El espectacular puerto, que parte de los Valles del Trubia, será la principal novedad asturiana de la prueba ciclista, cuyo recorrido íntegro se desvelará el 10 de enero

Redacción/ Trubia

La comarca volverá a ser en 2023 una de las grandes protagonistas de La Vuelta. En esta ocasión será la subida a la Cruz de Linares, un puerto muy duro, de gran belleza, en los concejos de Santo Adriano y Proaza, que además cuenta con puertos circundantes que, en caso de integrarse en el recorrido del pelotón, pueden hacer de la etapa la más complicada de toda la competición. El puerto, con poco más de 8 kilómetros, tiene una media de desnivel de un 8% y rampas de hasta un 15%. La etapa que culminará en La Cruz de Linates saldrá de Pola de Allande, y será la segunda jornada, tras la de Ribadesella-Alto del Angliru, según han desvelado los organizadores, que presentarán el recorrido íntegro de la carrera el 10 enero. La prueba se celebrará, con salida de Barcelona, del 26 de agosto al 17 de septiembre.