La carrera se presenta esta tarde en el Palau de la Música de Barcelona, aunque ya se han desvelado algunas finales de etapa, entre ellas la de la Cruz de Linares, que será una de las protagonistas de la prueba

L. S. N,/ Proaza

La comarca volverá a ser en 2023 una de las grandes protagonistas de La Vuelta. En esta ocasión será la subida a la Cruz de Linares, un puerto muy duro, de gran belleza, al que se llega por los concejos de Oviedo y Santo Adriano, por Castañeo del Monte, para hacer cumbre en Proaza. Se trata además de un puerto que cuenta con alturas circundantes que, en caso de integrarse en el recorrido del pelotón, pueden hacer de la etapa la más complicada de toda la competición. El puerto, con poco más de 8 kilómetros, tiene una media de desnivel de un 8% y rampas de hasta un 15%. La etapa que culminará en La Cruz de Linares saldrá de Pola de Allande, y será la segunda jornada, tras la de Ribadesella-Alto del Angliru, según han desvelado los organizadores, que presentarán el recorrido íntegro de la carrera hoy, 10 enero, en un acto que se celebrará a las 19,30 horas en el Palau de la Música de Barcelona, y que contará con la presencia de la consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán. La prueba se celebrará, con salida de Barcelona, del 26 de agosto al 17 de septiembre. La etapa de La Cruz de Linares sustituirá, con su belleza y espectacularidad, a otra cima cercana, que protagonizó La Vuelta el año pasado, la de Colláu Fancuaya, en Yernes y Tameza. Desde La Cruz de Linares, de hecho, hay una bellísima ruta a pie hasta el Colláu Fancuaya, por Cuevallagar, desde donde se pueden admirar algunas de las cimas más impresionantes de ambos concejos. La comarca ha protagonizado en numerosas ocasiones etapas consideradas ‘reina’ en la prueba ciclista, una de las más prestigiosas del mundo, junto al Tour de Francia y el Giro de Italia: han sido final de etapa el Gamoniteiru y Alba, en Quirós, y también el Alto de la Farrapona, en Somiedo