Publicado el: 23 Feb 2023

Adiós a Juan de la Fuente, un amigo y un artista

Juan de la Fuente con Nando F. Arias

Nando F. Arias

El insistente timbre de mi móvil martilleaba, a primeras horas de este miércoles de ceniza, mis tímpanos que aún no se habían repuesto del estruendo de los tambores de las comparsas de Ribadeo. Mi primera reacción era de pasar y no responder a la llamada de quien perturbaba mi placido relax matinal de jubilado.

La pantalla marca Darío. Una alarma se enciende en mi mente, contesto y, de pronto, mi cerebro recibe el tronar de todas las charangas de los carnavales juntas: «Nando, acaba de morir Juan».

Quedé paralizado y a mi mente me vino nuestro último día juntos tomando unos vinos en la casa de la Mata celebrando con Mori su, según él, 60 cumpleaños.

En esta  maravillosa jornada Juan rebosaba de optimismo y alegría y sus palabras salían atropelladas relatándome los proyectos que tenía en mente para desarrollar, junto con otros miembros de la asociación cultural ArtGrao. Estaba orgulloso porque su último proyecto, el monumento a los tres moscones asesinados por los nazis en Mauthausen, había sido un éxito y alguien de Oviedo, no me concretó quién, le había llamado para realizar algo similar en la capital.

Paradojas de la vida, habíamos quedado una semana después, a mi regreso de un viaje a Galicia, para matizar no solo este proyecto, sino que preveía proponer al C.D. MOSCONIA la realización de un pequeño monumento que recordase a tres ilustres del club: su padre Julio, Amalín Guisasola y Manolo Tarralva. También matizaríamos la realización de unos murales en los pasillos de la Residencia de Ancianos en cuyo proyecto está trabajando ya su entrañable amigo Favila.

Juan nunca dejaba nada inacabado y una de sus grandes cualidades era cumplir con los compromisos adquiridos y, a estas tareas enumeradas, me recordó otras pendientes debido a la pandemia y que debíamos retomar en este 2023: la realización de un mural dedicado al médico D. Francisco Crego, tro en las escuelas de Fuejo y un trampantojo en la plaza de Ponte dedicado a las vendedores de leche.

Ayer sus manos quedaron paralizadas para siempre y no volverán a manejar los pinceles impregnados en los oleos que suaves se posaban en los lienzos formando unas bellas imágenes de luz y color. Tampoco moldearan el barro que servirá para dar forma a unas esculturas llenas de vida. 

Acabo de perder un gran amigo y Grao un artista, un altruista y un personaje que en algún rincón de la villa bien merece un recuerdo

Deje su comentario

La Voz del Trubia