Publicado el: 08 Mar 2023

En el Día de la Mujer no olvidamos a Clara Campoamor

Loli GALLEGO

Escribo esta corta biografía precisamente en el Día de la Mujer para recordar a los jóvenes y menos jóvenes la existencia de una mujer de clase trabajadora que toda su vida la dedicó a mejorar la situación socio-familiar de las mujeres. Su nombre, que quizá sea recordado por personas que vivieron la posguerra, debería ocupar un sitio preeminente en la historia de nuestro país.

Clara Campoamor nace en Madrid el 20 de febrero de 1888, su padre empleado de La Corresponsal de España, su madre es costurera. A la muerte de su padre tiene que dejar los estudios y dedicarse a la ayuda de la familia. En 1910 el Conde de Romanones a la sazón ministro de Instrucción Pública, permite matricularse libremente a las mujeres en enseñanza oficial y mediante una R.O. de 4 de septiembre, dispone que los distintos títulos a académicos habilitarán a la mujer para el ejercicio de cuantas profesiones tengan relación con el Ministerio de Instrucción Pública. Clara saca plaza en las escuelas de adultos.

Reanuda sus estudios de bachillerato, obteniendo el título de Bachiller; matriculándose en la facultad de Derecho, obteniendo el título de Licenciada en Derecho y siendo admitida en el Colegio de Abogados de Madrid.

Es una figura conocida del FEMINISMO español y será cofundadora de la Internacional de Mujeres de carrera jurídica. Se integra en el Partido Radical de Lerroux, siendo nombrada cabeza de lista por Madrid, es elegida y al mismo tiempo entra en las Cortes Victoria Kent, por el partido Republicano Radical Socialista y Margarita Nelken por el Partido Socialista Obrero Español.

Su andadura parlamentaria

Cuando se vota el sufragio femenino, no es la victoria de Clara Campoamor, es la victoria de todas las mujeres españolas. Clara se pronuncia también a favor del divorcio y de la supresión del adulterio del código penal.

En su debate sobre el voto femenino, Clara convenció al congreso por lo argumentación que hizo de este derecho siendo aprobado en la legislatura de 1933. Victoria Kent argumentó su abstención “recurriendo a las razones de oportunismo». Margarita Nelken no votó, “pues el voto femenino pondría en riesgo la estabilidad de la República.”

Ahora cuando se reivindican determinados personajes en aras de la Igualdad, conviene al menos echar la vista atrás para conocer un poco su pasado.

La defensa que hizo del sufragio femenino en el Congreso de los diputados la convirtió en una figura nacional. Como abogada llevó dos divorcios sonados. El de Concha Espina y Ramón de la Serna; así como el de Ramón del Valle-Inclán (presidente del Ateneo) y Josefina Blanco.

Ironías de la vida, en las elecciones de 1933, Clara pierde su escaño. Poco después en 1934, la izquierda y el catalanismo, dan un golpe de estado contra la República, es la llamada “Revolución de Asturias», la crisis más grave desde 1875 (final Primera República y la Restauración Borbónica).

Clara Campoamor se definía como liberal, a pesar de su modesta extracción social. Creía en las instituciones democráticas y en la Ley; creía en el conocimiento como motor del progreso y de la superación de las injusticias. Era republicana y jamás traicionó esos valores. Pocos diputados tuvieron un papel tan positivo como Clara en la II República.

La extrema derecha nunca la absolvió de ser republicana, de pertenecer a la masonería (esta fue la que no permitió su regreso a España); haber contribuido a asentar el divorcio, a querer fiscalizar las fundaciones privadas. La extrema izquierda, jamás le perdonó haber conseguido el voto de la mujer, haber condenado las salvajadas de la zona republicana durante la guerra civil.

Clara Campoamor representa la tercera España, ni roja ni azul. Clara molestaba porque no se adscribió dócilmente.

A ella todas las mujeres de este país le debemos poder decidir mediante el voto a aquellos/as que nos representan.

Frases de Clara Campoamor:

“La libertad se aprende ejerciéndola”

“Defendí en la Cortes Constituyentes que los derechos femeninos deben ser indeclinables, que necesariamente tienen que cumplirse, de la mujer que no puede traicionar su sexo”.

CLARA CAMPOAMOR, UNA ESTRELLA DE LA LIBERTAD

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