Este domingo se puso en marcha en la Senda del Oso, en el pueblo de Ronderos, un punto de préstamo de libros para que los montañeros, senderistas y todo aquel que se acerque hasta allí pueda tomar prestado un libro y dejar otro

Beatriz Álvarez / Quirós
Este domingo se puso en marcha en la Senda del Oso, en el pueblo de Ronderos, un punto de préstamo de libros para que los montañeros, senderistas y todo aquel que se acerque hasta allí pueda tomar prestado un libro y dejar otro (aunque esto último no es necesario a priori). La iniciativa se ha bautizado como la Senda de los Libros y pretende extenderse por otros puntos de la Senda del Oso para lo que se espera implicar al Ayuntamiento quirosano.
Tomar un libro, leerlo, una vez leído depositarlo en algún lugar semejante donde se realice también este tipo de intercambio es el objetivo de forma que estos libros se conviertan también en libros viajeros. También se anima a los lectores a que compartan su experiencia en redes sociales. La iniciativa es de la poeta Cristina Alvarez, natural de Villamarcel y es una forma de fomentar la lectura, pero también de poner el foco de atención en esta senda tan transitada y que así se convierta en un lugar de encuentro con la lectura. Alvarez ha contado con el apoyo de su marido Jorge García Viejo, apasionado de la madera que ha construido para la ocasión la caseta que actúa como estantería para los libros protegiéndolos de la intemperie.
El punto de intercambio ofrece libros para niños y mayores. En la actualidad se pueden encontrar clásicos como Platón, Goethe o Maquiavelo, pasando por los poetas Elvira Sastre, el asturiano Pelayo Fueyo y el poemario de la propia Cristina Álvarez «Zarpazos al aire» y algunos libros infantiles como el Diario de Nikki, pero la idea es que esta oferta se vaya actualizando con los libros que depositen los lectores que lleguen hasta allí.

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