Redacción/ Grau
Quedó en un susto pero podía haber sido un accidente grave. Un vecino de Proaza que viajaba ayer sobre las tres y media de la tarde por la ASS-228, junto a su madre y su hija pequeña, sufrió un siniestro cuando gran cantidad de piedras se desplomaron sobre su vehículo, a la altura de Caranga, en el kilómetro 16 de la carretera de los Valles. «Empezaron a caer y parecía que llovían piedras, como si nos estuvieran cayendo encima meteoritos. Por el rabillo del ojo vi una piedra más grande caer, frené para que no nos diera y la roca cayó en la carretera, frente al coche. Como seguían cayendo muchas y temí que nos entraran por la ventanilla, seguí adelante y la arrastré por debajo, lo que me dejó el coche hecho polvo. Allí paré y fui a donde habían caído las piedras, estaba la carretera llena. Un vecino de Teverga que pasaba por allí las apartó antes de que llegara atestados para que no hubiera más accidentes, tras ofrecerse a testificar. Ha sido un susto pero podía haber sido muy grave, y el coche sufrió muchos daños, la defensa, el eje de las ruedas, el capó, está pal arrastre», comenta el afectado. El estado del asfalto da fe de que en la carretera de los Valles hay zonas de alto riesgo donde llueven piedras.
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