Alfredo González Huerta

[Tribuna]

El 13 de abril de 2014 en la moscona plaza de El Cortijo, quedaba inaugurado el monumento Memoria Herida erigido en recuerdo de las personas muertas por el franquismo en Grao y posteriormente inhumadas en catorce fosas comunes ubicadas en distintos lugares del concejo.

Unos años antes, viendo que ningún organismo había tratado de reconocer oficialmente la existencia de estos crímenes y vejatorios enterramientos, un grupo de personas decidimos constituir una asociación, que denominamos “Para la Recuperación de la Dignidad y la Memoria Histórica de Grao”. Nuestro principal objetivo era la construcción de un monumento para recordar y dignificar a los hombres, mujeres y niños que, por razón de sus ideas y en defensa de la libertad, fueron asesinados desde 1936 y la inmediata posguerra e inhumados en fosas comunes de forma anónima y cobarde. Este monumento que denominamos Memoria Herida cumplió sobradamente con nuestras expectativas iniciales. Se trata de una extraordinaria creación de Fernando Alba consistente en una base circular de unos 6,50 metros de diámetro en la que se colocaron catorce pequeñas “lápidas” representativas de cada una de las fosas. En vertical un bloque de piedra, de 3 metros de altura por 1,80 de ancho y 4 toneladas de peso aproximadamente, marcado por numerosos orificios que simbolizan el impacto de las balas en el paredón de fusilamiento. Con estos agujeros, al ser de distintos calibres, profundidad y dirección del taladro, seguramente el artista trata de destacar los numerosos dramas vividos a nivel individual, aunque sin obviar, en modo alguno, la tremenda debacle global acaecida en España.

La construcción e instalación de este complejo arquitectónico, que por sus dimensiones tuvo cierta complejidad, se realizó bajo la dirección técnica del arquitecto moscón Abel Alonso que, al igual que el escultor, hizo su trabajo de forma totalmente altruista. La financiación se realizó con subvenciones de algunos ayuntamientos de la zona, destacando el de Oviedo que, con la gestión de sus ediles moscones Rivi y Triqui, colaboró con una significativa ayuda financiera. También los Planes Municipales de Empleo de Grao, las donaciones populares y, especialmente, las de los directivos Nando Arias y Plácido Fernández quienes, además de sus importantes aportaciones económicas, con su entusiasta trabajo, igualmente que el resto de los compañeros de la Junta Directica, contribuyeron de forma destacada a llevar a cabo el proyecto. En el interior del monumento fue depositada una porción de tierra de cada una de estas fosas para que, si bien de forma simbólica, estuvieran allí presentes estos mártires de la represión franquista que dieron su vida por las libertades que hoy disfrutamos.

Aquel 13 de abril fue un día memorable. Las numerosas personas que asistimos a la inauguración pudimos ver cómo los familiares de las víctimas entre lágrimas, cirios encendidos y flores, rodeados de banderas republicanas, homenajeaban a sus deudos. Era la primera ver que, tras muchos años de ostracismo, podían manifestar públicamente su sentimiento y por eso la emoción, compartida por los presentes en este emotivo acto, se reflejaba claramente en sus rostros. Tras la ofrenda floral y varias intervenciones se hizo un tenso silencio y, en este ambiente de cierta solemnidad, los acordes de una banda de gaitas interpretando el himno de Riego sonaron en el lugar como un desgarrador lamento dirigido al pasado.

En la actualidad hay mucho camino andado hacia la dignificación definitiva de estas personas que dieron la vida por sus ideales y que estuvieron olvidadas y vejadas durante tantos años. En este sentido es destacable la decisiva actuación del Ayuntamiento de Grao. La adquisición por el Consistorio de la finca La Chabola, donde se exhumaron sesenta y una personas, el reservar un lugar en el cementerio municipal donde dar descanso a estos mártires y, sobre todo, la voluntad política del equipo de gobierno, con su alcalde José Luis Trabanco al frente, son medidas para solucionar una abochornante situación y, así, alcanzar la meta deseada, meta que cada día se muestra más cercana. No tengo duda de que a los exhumados de La Chabola y la Garba pronto se unirán los asesinados que aún permanecen en el resto de las fosas del concejo y que, de esta forma, podrán pasar a ocupar el sitio digno que les corresponde.

Después de la inauguración de Memoria Herida y tras los tramites realizados por el Ayuntamiento moscón, opino que muy acertadamente, el lugar de su emplazamiento pasó a llamarse Plaza de la Memoria Histórica, donde posteriormente también fue ubicada una estatua en honor de tres moscones muertos en los campos de exterminio nazis, creándose en este céntrico espacio público un lugar de recuerdo y reparación. Por otro lado, en cierta medida, el nuevo nombre dio un carácter de universalidad a esta plaza generalizando nuestro reconocimiento y admiración, además de a los mártires moscones y asturianos, también a los miles de personas asesinadas y enterradas indignamente a lo largo de toda la geografía española.

Hay que felicitar a la junta directiva de la “Asociación Amigos de Grado” por la acertada elección de moscón Nacional-Internacional 2023, por su magnífica y desinteresada labor en la exhumación de las víctimas del franquismo en toda España incluidas las de nuestro concejo, a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Este importante premio, sin que en modo alguno desmerezca el extraordinario mérito de los galardonados, ciertamente podría hacerse extensible a todas las personas que, de una u otra forma, colaboraron en la reparación de una tremenda injusticia y, sobre todo, a los familiares de las víctimas que, pese a tantos años de indignante espera, nunca olvidaron a sus seres queridos. Como figura en el poema de Miguel Hernández grabado en una laja colocada el monumento Memoria Herida: “jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños”.