Semblanza del célebre director y violinista, figura de destacada relevancia en la historia musical asturiana del siglo XX
Luis Álvarez Pola
Doctor en Musicología
El veinticinco de septiembre de 1903 nacía en Oviedo Ángel Muñiz Toca, hijo del carbayón Acislo Muñiz Vigo, catedrático de Historia y Geografía y experto cervantino y de la santanderina Rosalía Toca Berertervide. En 1912, con nueve años, ingresó en la Escuela Provincial y Elemental de Música, perteneciente a la Academia de Bellas Artes de San Salvador de Oviedo que dirigía Anselmo González del Valle. Allí tuvo como maestros a Víctor Sáenz y Saturnino del Fresno (piano), Francisco Torres (violín) y Rufino Nuevo (Solfeo y Canto Coral). Entre 1914 y 1919 alternó los estudios de Segunda Enseñanza con los de Solfeo y Violín, siendo Francisco Torres su maestro. Fue en agosto de 1920 cuando una beca de la Diputación Provincial de Oviedo le permitió acrecentar su formación en el Conservatorio de Madrid, siendo alumno predilecto de Antonio Fernández Bordás (discípulo de Pablo Sarasate y Jesús de Monasterio). Una vez establecido en la Residencia de Estudiantes, entabló amistad con el también ovetense e insigne musicólogo Eduardo Martínez Torner y conoció a multitud de destacados intelectuales del momento. En junio de 1926 culminó sus estudios compartiendo con la virtuosa Albina Madinaveitia el Diploma de Primera Clase del Conservatorio y el Premio Sarasate. A su regreso a Oviedo demostró sus progresos a través de varios recitales que le sirvieron para que la diputación ovetense le otorgara una nueva beca. Esta concesión le permitió viajar a Colonia (Alemania) para especializarse en Música de Cámara y Análisis de las Formas Musicales, estudiando en profundidad la técnica de los instrumentos de arco bajo las enseñanzas de maestros como Bram Eldering. En la ciudad alemana colaboró con la emisora «West Deutsche» impartiendo diversas disertaciones en torno a la música española. En Italia cursó estudios en la Academia Chigiana de Siena, donde el holandés Paul Van Kempen lo seleccionó entre cincuenta aspirantes para dirigir la Orquesta Sinfónica del Maggio Florentino en el concierto de clausura del curso.
Establecido de nuevo en Oviedo, fue nombrado en 1926 profesor auxiliar supernumerario de violín en el Conservatorio, profesor titular en octubre de 1930 tras la jubilación de su maestro Torres y decano del centro tras la de Saturnino del Fresno en marzo de 1952. Contrajo matrimonio en marzo de 1931 con Consuelo Argüelles Pando, que era hija del entonces ex-alcalde tevergano Recaredo Argüelles. En estos años colaboró con Radio Asturias ofreciendo disertaciones sobre música española y actuando con el Sexteto Radio Asturias, que funda y dirige en 1934 junto a otros músicos como los Del Fresno (padre e hijo). Durante los años de la República alternó la docencia con los recitales, que ofreció tanto en solitario como acompañado de pianistas como Mario González-Nuevo Urdangaray, Cipriano Pedrosa Rodríguez o Manuel del Fresno. Este último dedicaría en 1931 a su amigo Muñiz Toca la fantasía sobre cantos asturianos titulada Vetusta y juntos escribirían el pasodoble Óscar, estrenado por la banda de música La Unión. A finales de 1939 publicó su obra Metodología del violín: iniciación en su estudio, de empleo en diversos conservatorios de España. Obtuvo entonces el cargo de Delegado Provincial de la Obra Sindical de Educación y Descanso, en el que encuadró al Orfeón Ovetense y un año más tarde a la recién creada Orquesta Sinfónica Provincial, dirigida por Amalio López, que transformó en 1943 en una orquesta de cámara y asumió por dos décadas su dirección.
Como director, fue invitado a dirigir las orquestas Sinfónica, Filarmónica y de Cámara de Madrid, la Sinfónica de Bilbao y en 1954 y 1958 realizó sendos viajes a México para dirigir a la Orquesta Universitaria de la Ciudad de México. En 1961 publicó Vida y obra de Eduardo M. Torner (musicólogo, folklorista y compositor), obra resultante de su discurso de recepción como académico del Instituto de Estudios Asturianos. Muñiz Toca estaba en posesión de títulos y condecoraciones como la de Comendador de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Medalla de Oro de Educación y Descanso. Entre otros cargos, ostentó los de titular de la Cátedra «Cultura Musical» de la Universidad de Oviedo (1955), académico de la Real Academia de San Fernando (1959), jurado del I Festival Melodía de la Costa Verde (1960), miembro de número del Instituto de Estudios Asturianos (1961), vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Ovetense de Festejos y, tras su muerte, acontecida el once de febrero de 1964, fue nombrado Hijo Predilecto de Asturias a título póstumo. Sus restos descansan en un notable panteón levantado por suscripción popular con aportaciones de ciudadanos españoles y mexicanos. En la actualidad, el recuerdo de tan insigne músico ha quedado grabado en el callejero de Oviedo, ha dado nombre a una escuela de música ovetense y también a un destacado premio que es otorgado por el conservatorio carbayón desde 1965.
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