Una década después del primer avispón asiático detectado en Asturias, la especie invasora avanza imparable

Esther Martínez / Candamo

La velutina sigue su imparable crecimiento en Asturias, tras el primer caso detectado en julio de 2014 en San Tirso de Abres.

Este último año la plaga se ha cebado especialmente en el concejo de Candamo, aunque no es ajeno ningún municipio de la comarca.

En Cuero, Sergio Linde y su familia cultivan un pequeño viñedo, para autoconsumo de la variedad, Alvarín Blanco I.G.P., Vino de Cangas. Sus ejemplares tienen entre tres años, las más jóvenes que aún no están a plena producción y cinco años, que producen al 100%.

«Este año tuve que adelantar la vendimia dos semanas. Aunque la graduación que quería conseguir era entre 13º/13,5º, que es la óptima para un blanco, no me podía arriesgar igual que el año pasado que esperé y fue desastroso. Este año preferí lograr un caldo de 12º. Es para consumo propio, con lo que pude embotellar unos 250 litros de los 400 que debería conseguir. En 2022 solo llegué a los 80 litros, y añadido es el peligro para quien recoge la uva en esas condiciones, cuando está inundado de velutinas.» Un enemigo natural que tiene la especie, es el halcón abejero y en esta línea, lleva investigando varios años un equipo de la Universidad de Alcalá de Henares en varias zonas de Galicia. «Aunque el aumento exagerado de vespa velutina hace pensar que no habrá halcones suficientes para frenar su expansión.», añade Linde, que considera que además de las trampas y todos los recursos existentes, deberá seguir investigándose porque en unos años, peligraría cualquier cosecha de fruta en cualquier lugar del Principado.

Racimos que no maduran

Adela Fernández, responsable de Viveros Candamo en Santoseso, tuvo peor suerte. Su familia recuperó las vides que quedaban de las antiguas cepas tradicionales en varios lugares del concejo.

«Tenemos unas 300 plantas de Alvarín blanco y tinto de Candamo. Desde hace tres años, no conseguimos que llegue a madurar ni un racimo. Utilizamos todo tipo de trampeo, incluso pusimos bolsas de protección, pero nada sirvió.», afirma la viverista.

Hay constancia documental, que desde el siglo XII, en Candamo se producía vino. En los diarios de Jovellanos, así se reflejó y por ello animados por recuperar la esencia tradicional, en Viveros Candamo, buscan las plantas madres desde hace más de treinta años.

«Los años normales podíamos embotellar entre 200 y 400 litros. Este año todo se perdió».

La responsable del vivero considera que se necesitan más recursos y más medios para luchar contra esta plaga, y también más unión de todos los sectores y de todas las zonas.

«Hay que conseguir un frente común, que aglutine a todos los sectores afectados, desde apicultores y productores de fruta hasta las distintas administraciones. Con los trampeos y los medios utilizados ahora no conseguiremos la erradicación», finaliza Adela Fernández. En 2022 en Asturias, se eliminaron 11.909 nidos, un 36,75% más que en 2021, principalmente por la mejora de los mecanismos de aviso, verificación y eliminación. También contribuyó a este registro la implicación de la red de ayuntamientos colaboradores. La mayor densidad de nidos se registró, una vez más, en las zonas central y costera. Además, se contabilizaron 13.543 avisos en el centro de coordinación, el máximo histórico desde su puesta en funcionamiento en 2020.