José Ramón Arias García reflotó en 2017 la asociación quirosana, y logró el respeto y el cariño del concejo

Beatriz Álvarez/ Quirós

En el año 2017, José Ramón Arias García, Pepín el de Teverga recibió un merecido homenaje de sus compañeros y compañeras, pero no solo de ellos sino también de la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (FAMPA) y del Ayuntamiento de Quirós. Cuando la Fampa se puso en contacto con Pepín, el de Teverga, para intentar salvar la Asociación de Mayores de Quirós, que parecía condenada a la desaparición, lo meditó mucho. Se trataba de reflotar un proyecto que había nacido en 2002 y que, de repente, se encontraba sin nadie que enderezara el rumbo de una nave que iba a la deriva. Conocedor del esfuerzo que iba a suponer volver a ganarse la confianza de unos socios desengañados y con la gente desmotivada, sabedor de que aquella tarea iba a traerle más de un dolor de cabeza y robarle muchas horas de sueño, aceptó el reto. En aquel setiembre de 2017, Pepín contaba a este medio que era una persona muy responsable, «si me comprometo lo hago de verdad». La presidenta de la FAMPA buscó a la persona que iba a sacar adelante el proyecto, le colocó entre los brazos una patata caliente y él cumplió, primero lideró una gestora que puso orden en la asociación y más tarde aceptó ser el presidente de la asociación. Ayer le despedimos, una noticia que no por esperada es menos triste. De aquellos días hasta los últimos meses y mientras la salud se lo permitió, ha trabajado mucho, pero además se ha rodeado de personas muy válidas, ha reforzado la asociación más importante de Quirós y ha conseguido el cariño y el respeto de los quirosanos y quirosanas que hoy lloran su pérdida.

La asociación se queda huérfana, una asociación que lleva mucho tiempo y que está donde está gracias al trabajo de Pepín y de sus colaboradores. La labor de este hombre, preocupado por las necesidades de la población mayor que consideraba el asociacionismo como una magnífica forma para conseguir la convivencia entra las personas mayores que salen de su entorno, abandonan su zona de confort, hablan unas con otras, comprometido con el envejecimiento activo, buscar actividades de ocio, espacios comunes y con la realidad rural. Se abre un tiempo de transición en el que el espíritu incansable de Pepín ha de ayudar a la formación de una Junta Directiva, quizás más joven, aunque no necesariamente, pero sí fuerte y con ganas de trabajar. Aquella ilusión del principio ha de garantizar la continuidad.

José Ramón nació en Sobrevilla en 1936, hijo único, inquieto por naturaleza, estudió en Valdediós, aunque no tardó en descubrir que su vocación no era el sacerdocio, pero sí cierta tendencia a lo social. Completó sus estudios de Bachillerato examinándose por libre en el Alfonso II. Más tarde fue conductor y profesor de autoescuela y presumía orgulloso de haber enseñado a muchos quirosanos. Contaba como anécdota con una sonrisa que la primera vez que vino a Quirós lo hizo por San José del 1956. «Estábamos en Teverga, alquilamos un coche y nos plantamos aquí. Había una pista que se llamaba «Cuatro Vientos», llovía si Dios tenía agua y bajamos andando hasta la Pachuca». Años más tarde se convertiría en quirosano por matrimonio. Padre de tres hijos, abuelo de cuatro nietos y bisabuelo. Su compromiso social le robó tiempo a la familia, «demasiado tiempo» nos decía entonces, sin embargo, siempre contó con el apoyo de los suyos. Hoy teverganos y quirosanos le despiden.