Las que vimos (Otra vez)

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Jorge Caparrós Cuadrado

El panorama del entretenimiento ha cambiado radicalmente desde el 2020, si bien ya se podía ver el humo blanco del cambio en las montañas, no prendieron todas hasta que la circunstancia nos llevó a quedarnos
en casa. Pues las series de consumo por maratón habían llegado al trono para quedarse. Igualmente.

Entre ellas siempre me llamaron la atención, pues considero una idea interesante, con un resultado más que monótono, aquellas que son el reflejo, maduro, sexual y oscuro de las que nos criaron. Y es que en los últimos años hemos gozado con la oscuridad insípida y sensual, de Archer en la serie Riverdale (Netflix), el nuevo aquelarre seudo-terrorífico de Sabrina (Netflix) y recientemente la construcción ingeniosa, sin resultar genial por perder el hilo durante su progreso, de la serie Pesadillas (Disney Plus). Destacando Miércoles (Netflix), por el uso de un personaje querido para volverlo aún más querido. Todas ellas adaptadas a los nuevos tiempos y la nueva juventud que difiere ,de la que en su momento disfrutamos de cada una de las series originales.

Estas series, junto a otras que dan continuidad años después, pero que depende del mismo concepto, nostalgia, como el caso de Justified (Disney Plus) y Dexter (Movistar plus), cuya última temporada, no os voy a engañar, me pareció la mejor, considerándome además un amante de la serie original, son renovadas a favor de la reinvención. Es decir, la nostalgia nos ha empujado a creer que lo pasado es lo mejor y ahora la fórmula consiste en coger lo pasado, dramatizarlo con nuevas y complicadas historias y mediante esa entrada, comenzar a ofrecerte algo nuevo y original, o al menos intentarlo dentro de los parámetros de que
ya es imposible crear algo que no suene a otra cosa, no por otra razón que la inspiración que los creadores de contenido cogieron de su propia nostalgia cultural.

Volviendo a las series, la base suele ser siempre la misma, los personajes que tanto quisiste, pero con un nuevo giro dramático para que los conozcas más allá de la simplificación de la década en la que se emitieron. Por ello tenemos a Velma (HBO), con un giro de humor en ocasiones absurdo, en ocasiones negro, que desde la animación presenta otro “nuevo origen”, concepto innecesario que adoro por lo absurdo que suena, con el equipo de Scooby, sin Scooby y sin equipo, enfrentándose a males paranormales. En este caso considero que los creadores se lanzaron a la animación y al concepto de comedia absurda, así como a otros cambios que resultaron polémicos para gente sin mejores cosas en las que pensar, por salirse de ese tiesto oscuro y dramático de los ejemplos anteriores.

Todos coinciden en el mismo concepto. Si algo te gustó, puede continuar o adaptarse, de tal forma que los ya crecidos, nos atrincheraremos al sofá por ver que fue o que podría ser de nuestros queridos personajes en una nueva historia y los nuevos, descubrirlos. Pero resulta curioso verlo en la otra dirección, si bien puedes haberte relajado en la sobremesa con Sabrina, eres capaz de ver a la nueva Sabrina y disfrutar, incluso, de los “cameos de nostalgia” que tiene cada cierto tiempo, para recordarte: “¡Ey! ¿Recuerdas esto? ¿Molaba eh?, pues está también aquí. ”. Sin embargo, querría ver a alguien de la generación de la nueva Sabrina, engancharse a la anterior. Eso es porque las originales (entendiendo por original con las que crecimos, a pesar de que la mayoría son otra reinvención de otras series de nuestros padres), representan el entretenimiento sencillo que fueron los 90 y principios del 2000 con la madurez o falsa madurez, que representan las nuevas.

Sin embargo, entre ellas, como digo, encontramos reinvenciones o continuaciones innecesarias, más que entretenidas. Por ejemplo, Full Monty, en su nueva temporada (Disney Plus) ya no trata de un grupo de desempleados que toman una loca idea para ganar dinero y valor personal, mientras son un reflejo de la sociedad inglesa de aquellos pueblos que perdieron sus industrias. Trata de un grupo de empleados casi jubilados que toman una serie de ideas locas para sobrevivir. Y resulta curioso lo que se aleja de la cinta original y al mismo tiempo refleja otra vez las mismas debilidades de la sociedad.

Estas series viajan por una senda personal y vinculada al gusto de cada uno por su propia infancia y adolescencia. Podemos obstinarnos y aborrecer estas creaciones por considerar que ensucian la original o carecen de respeto a la misma, sin ser autores de esta, o podemos sencillamente disfrutar de esa ampliación de camino que se ha creado para todos aquellos personajes que quisimos y que nos guiaron en varios momentos de nuestra vida.

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