El Hotel Soto, de Salas

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Ejemplo de autenticidad y elegancia, es obra de Nicolás Casielles y fue construido en 1896 por Marcos Álvarez Campo

Fotografía antigua y estado actual del Hotel Soto de Salas / Javier F. Granda

Javier F. Granda / Salas

[Edificios con historia]

El Hotel Soto, situado en la intersección de las calles Arzobispo Valdés y San Roque, frente a la Plaza de la Iglesia, es un ejemplo destacado de autenticidad y elegancia en Salas. Construido en 1896 por Marcos Álvarez Campo, conocido como Don Marcos, originalmente funcionaba como una combinación de negocio y residencia. En la planta baja, Don Marcos instaló su relojería, la cual fue reemplazada décadas más tarde por una sucursal bancaria que ha sido renovada a lo largo del tiempo. El diseño del edificio, elaborado por Nicolás Casielles, un antiguo profesor de la Escuela de Bellas Artes de Oviedo, se completó en mayo de 1896 y algunos de los planos originales aún se exhiben dentro del hotel junto con fotografías antiguas de Salas. Desde los balcones y miradores del hotel, se puede disfrutar de una vista panorámica incomparable de la Colegiata, el Palacio Valdés y la Torre de Salas. En 1974, Dª Manolita Quintana Menéndez adquirió la propiedad y comenzó a operar una casa de huéspedes en el primer piso, además de gestionar el Bar Soto en la plaza adyacente. En 1988, adquirió la totalidad del edificio, realizó importantes reformas para convertirlo en un hotel y actualmente ofrece diez habitaciones distribuidas en dos plantas, conservando el ático como vivienda. Originalmente, el edificio contaba con tres dormitorios, un gabinete, una sala, cocina, comedor y galería en la planta principal y segunda. Hoy en día, ha sido adaptado para albergar a peregrinos, viajeros y varias personalidades y celebridades, incluido el actor Enrique Simón y el equipo de la película Tristesse.

El Hotel Soto está incluido en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Asturias y destaca por su fachada principal orientada al oeste, ordenada en tres ejes con acceso a las plantas superiores desde el portal izquierdo y acceso a la sucursal bancaria en el derecho. La fachada ha experimentado transformaciones a lo largo de los años, especialmente en el bajo donde se encuentra la sucursal bancaria. Las características arquitectónicas originales, como los balcones con arcos escarzanos en la planta primera y ventanales con dintel recto en la segunda, se han conservado. Además, se destacan los miradores centrales en el eje principal, elaborados con vidrio artesanal original con detalles de color. La fachada sur, más extensa que la principal, presenta una distribución similar de huecos y una buhardilla central. En la parte trasera, se encuentra una galería de madera enrasada con ventanas en las plantas primera y segunda, así como acceso a la terraza actual. La fachada norte sirve como medianera con el edificio adyacente, mientras que la cubierta presenta una disposición a tres aguas con varios tragaluces. La estructura está construida con mampostería enlucida y sillería en vanos, recercos, esquinas y cornisas, conservando su elegancia y sabor antiguo en el casco histórico de Salas.

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