La bruxa de Muniellos, solera e innovación

La familia García Castañón regenta este punto de encuentro y resistencia frente a la estacionalidad turística y los desafíos rurales

Carlos BERNAL /Muniellos

A través de actividades culturales y colaboraciones vecinales, La Bruxa de Muniellos, se convierte en un punto de encuentro y resistencia frente a la estacionalidad turística y los desafíos rurales
Un cartel de «se alquila» en el último establecimiento abierto de Ventanueva, en Cangas del Narcea, fue la oportunidad de Andrea y Pedro para abandonar Madrid después de una dura pandemia. Así nació el bar-tienda La Bruxa de Muniellos, la primavera de 2023.
Custodiando el robledal de Muniellos, la familia García Castañón regenta este local atendiendo a sus vecinos y a los turistas que vienen en busca del oso, camuflado entre los robles que llenan este paisaje del surroccidente asturiano. “Es un lugar mágico del que atesoro recuerdos desde mi infancia”, explica Andrea, que no fue con su familia a parar al rincón más desconocido del paraíso natural por casualidad. “Mis abuelos son de Moal, mi padre emigró a Gijón, donde yo nací, pero siempre he mantenido un vínculo especial con Muniellos”, reconoce la Bruxa. Andrea habita ahora los bosques de carbayos que recorrió de pequeña con el propósito de divulgar la sabiduría rural heredada de su familia, combinándola con el progreso de la urbe en la que vivió durante veinte años con su marido madrileño, Pedro, al que conoció en el circuito que ambos frecuentaban como mú-sicos. Este talento lo ha heredado su hija Llara, que saca provecho de sus dotes artísticas para colaborar en el negocio familiar. “Siempre que or-ganizan un evento salgo a cantar”, dice orgullosa esta niña de once años, a la que apodan ‘la Sopranini’, refiriéndose a las legendarias fiestas temáticas de la Bruxa: Samhain, San Xuan y su Carnaval Medieval. Por su lado, Pedro acostumbra a retar a sus clientes a jugar una partida de ajedrez en el rincón del local acondicionado para ello, donde ya se han celebrado varios torneos. Si no, les invita a sacar uno de los muchos juegos de mesa que acumulan las estanterías, y que explica con ahínco cada tarde de domingo.

El equilibrio entre solera, innovación y colaboración es el empuje que mantiene a flote la Bruxa de Muniellos que enfrenta el desafío rural de mitigar la estacionalidad de una eco-nomía de servicios, tras el cierre de la minería, pero limitada al turismo veraniego. “Intentamos mantener un programa de actividades todo el año creando sinergias», detalla Andrea, que destaca la reciente incorporación a la asociación de Turismo Rural Fuentes del Narcea. “Nos interesa mucho mover actividades sin pantallas, dentro y fuera de la Bruxa de Muniellos, donde los protagonistas sean los más pequeños”, reflexiona La Troupe.
Los recurrentes concursos de tomates y vino de la Bruxa, fruto de la colaboración con los agricultores del valle, son otro clásico. “Los vecinos nos dan aliento, tenemos su apoyo incondicional, saben lo difícil que es emprender”, agradecen los García Castañón, que compaginan su programa cultural con una carta de pociones mágicas, cafés atípicos, vinos, quesos y embutidos de la zona. Además, venden productos de primera necesidad, solucionando el día a día de unos vecinos que residen a 16 kilómetros del supermercado más cercano.