El tinetense Joseph Millariega decidió en 1984 que la vida es un maratón físico e intelectual y desde entonces no ha parado

M.L. / Tinéu
En la persona de Joseph Millariega, antropólogo nacido en Casa Tilia del barrio de El Espín, en La Millariega de Tineo y pasó su juventud en La Espina, se da también la doble condición de escritor y ultrafondista, pues ha publicado numerosos libros y participado en tantas carreras de ultradistancia que, contando los entrenamientos y competiciones, se cree que llegó superar con mucho la distancia de los 150.000 kilómetros desde 1984, que fue cuando él y su esposa Hilda decidieron comenzar a correr y a estudiar después de ver un vídeo retrospectivo del atleta Dave Wottle y de su remontada histórica en los 800 metros de los Juegos Olímpicos de Munich 1972. Y tomaron tan en serio esa promesa que Joseph Millariega estudió cuatro carreras universitarias e hizo cinco másteres (entre otras titulaciones), tomando parte en cientos de competiciones de todo tipo por el mundo.
Como “historiador olímpico” viajó a Grecia para comprobar sobre el terreno el lugar del desembarco de los persas en la playa de Maratón en el 490 a.C., el emplazamiento de su enfrentamiento con los hoplitas y platenses, así como el túmulo de Soros, que recoge las cenizas de combatientes helenos fallecidos. También hizo el trayecto entre Atenas y Esparta de 246 km (hasta el km 170 corriendo) observando con curiosidad los lugares por los que pasó el heraldo corredor Filípides cuando, con motivo de dicha invasión persa del 490 a.C., fue trotando hasta Esparta para pedir ayuda a las tropas espartanas
Su mujer Hilda cursó formación profesional química de grado superior y se licenció en Derecho, corriendo también infinitas carreras, subiendo al podio en múltiples ocasiones y llegando a correr la maratón. Por aquella época ambos aprobaron también sendas oposiciones al Estado.
No siempre había sido así. Primero había sido futbolista aficionado en varios equipos regionales de Tineo, Salas y Valdés, perdiendo después por un tiempo la forma física, llevando una vida sedentaria y frecuentando alguna taberna. Pero, tras la famosa promesa, los dos comenzaron a correr en Avilés (donde residían) sin ningún tipo de consejos ni adiestramiento por un parque de la ciudad. Como tenían la impresión de que mucha gente los miraba y se sentían cohibidos buscaron un lugar menos concurrido. Así que comenzaron a subir y bajar por una apartada carretera con una cuesta de tres kilómetros (totalmente inadecuada para empezar) por lo que estuvieron durante dos meses con grandes dolores musculares (casi con andares de pato en el caso de Joseph).
Así fue como, poco a poco, fueron mejorando en su condición física y logrando correr distancias cada vez mayores, a la vez que consiguieron ir teniendo acceso a literatura deportiva, en la que ya pudieron ir asimilando alguno de los secretos de la alimentación, del funcionamiento de los sistemas energéticos y del acondicionamiento físico.
Muchos años después sigue entrenando todos los días unos 20 kilómetros y alberga todavía la esperanza de volver a competir en una nueva prueba de 100 km o de 24 horas, a pesar ser ya un atleta veterano. Su mujer en la actualidad ya no corre, pero realiza grandes caminatas que la mantienen en forma.
Libro sobre El Pedregal
Ahora Joseph Millariega acaba de publicar su libro número 35, ‘El Pedregal: Historia, Vidas y Recuerdos’ un fantástico trabajo de ese pueblo de Tineo de casi 1.000 páginas y 555 fotografías antiguas y actuales sobre de la parroquia, con la prensa histórica desde. Todo el pueblo está muy emocionado con el libro (que tiene colaboraciones importantes como las de la profesora Mari Paz García González, las del historiador de Tineo Senén González Ramírez o la notable ayuda en el trabajo de campo de Jacinto García Fernández, el alcalde de barrio de El Pedregal.
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