Sharon Springdal: «Asturias y el arte están hechas una para el otro»

La artista autodidacta de origen iraní y afincada en Reino Unido expondrá su obra en noviembre en el Club Ley Seca, de Trubia

V. F. Cuerdo/ Trubia

Sharon Springdal llega a Trubia para quedarse. Aunque su residencia habitual se encuentra en Essex (Reino Unido) ha querido dejar una parte de su alma plasmada en una muestra de su obra que se podrá visitar durante todo el mes de noviembre en el espacio del Club Ley Seca. 

El tiempo vuela y ella lo sabe. Nació en Irán en 1957. Vivió en Suecia y Londres hasta finalmente establecerse en Clavering, rodeada de campos y de un idílico entorno rural que no puede dejar de influir en su obra. 

Aunque es completamente autodidacta, también es plenamente consciente de cómo fue su madre, una excelente pintora, la que sin duda plantó las semillas del arte en una jovencísima Sharon: “Recuerdo que cuando yo tenía unos cinco años, ella estaba pintando un jarrón lleno de flores blancas. Usaba óleo sobre lienzo. Fue a la cocina a prepararse un té. Cogí el pincel y pinté una flor. Obviamente, era tosca e imperfecta. Cuando regresó se dio cuenta de que algo había sido añadido a su pintura. Me sonrió y me dijo que era preciosa. Firmó el lienzo con mi nombre y el suyo y aseguró que lo habíamos pintado juntas. Ese fue el momento en el que me di cuenta de que no debía tener miedo y simplemente lanzarme.” Y asegura que “cuando no existían Internet ni las redes sociales la creatividad era pura.” 

La explosión de vida que su obra transmite traspasa fronteras una vez más. Son varias veces al año las que Sharon Springdal pasa temporadas en Trubia, y de nuevo la naturaleza asturiana vuelve a despertar sus musas. Admira el realismo y ama el impresionismo. Me explica que un río puede plasmarse de forma similar a una fotografía, pero también de manera abstracta, una afirmación que se plasma en sus tres óleos titulados “Nalón”, elegantes y reconfortantes, un homenaje a su nuevo y amado vecino. 

Cuenta que trabajó durante un tiempo en una floristería, y que con su primer sueldo corrió a comprar una cámara de fotos para retratar todas las flores que veía cada día. Pero pronto pensó que a través de esas fotos no sentía que pudiera capturar sus almas como acostumbraba a hacerlo con la pintura. Así que volvió a pintar. Le encantan los colores y experimentar con ellos mucho más que con las formas. Nunca sabe cuál va a ser el resultado al comenzar una nueva obra, pero considera que es parte de la diversión. Y puedo asegurar que ese carácter alegre y siempre divertido la acompaña también en su día a día, es ese tipo de personas que te cambia la energía si tienes la suerte de tenerlas cerca. Asegura que cualquier artista que ponga sus pies en nuestra tierrina se sentirá de inmediato hipnotizado e impresionado por su belleza y grandeza: “Asturias es el paraíso”. Sharon es humilde, rápida e inteligente, lo que se aprecia constantemente en su sentido del humor: “ Si un artista llega a Asturias y de inmediato no se siente cautivado, quizá debería dudar de su credibilidad artística”. A ella la cautivaron las montañas, los exuberantes bosques y el verdor intenso que se ve roto por su querido Nalón, que la tiene realmente enamorada: “Su belleza radica en que no es azul, sino verde, como los árboles que refleja. Es como la vida misma. Nutre la naturaleza y a la gente que lo rodea. Es sinuoso, inesperado, rápido en algunos tramos y calmado en otros.” 

El toque Vintage

La cabra tira al monte y una servidora tiende a preguntar por tiempos pasados. Le pido a Sharon que eche la vista atrás y me cuente qué le evoca el S.XX. Reconoce que aunque la mayor parte de su inspiración emana de lo que sus sentidos captan en el presente, los sentimientos que la acompañan viajan desde mucho más atrás, de los recuerdos de infancia y de las experiencias vividas. Y todo queda plasmado en el lienzo o en el papel. “Somos el resultado de nuestro pasado y construimos el futuro en función de nuestras circunstancias. El arte no es una excepción, por eso cambia a través de los años y de los siglos”. Las décadas de los años 20 a los 60 le evocan un compendio de líneas simples y tiempos románticos, una perspectiva de escapismo, de confusión y agitación previas a los tiempos de cambios que nos esperaban. 

[ Para visitar la muestra de Sharon Springdal es imprescindible reservar cita: leysecaclub@gmail.com]