
El miércoles 15 de octubre de 2025 un diario regional publica un artículo con el siguiente título: “El pitbull que atacó a sus dueñas en Langreo solo llevaba seis días con ellas” y también indica en la descripción del suceso que “el animal se encuentra ahora custodiado en el albergue municipal a la espera de la decisión de las autoridades sobre su destino.” Los hechos se produjeron cuando las dos mujeres paseaban por una zona residencial y el perro, un cruce de pitbull/american staffordshire, las mordió de forma grave. La megafonía del camión de un vendedor de patatas alteró de tal manera a tan sensible animal que no tuvo otra salida que herirlas gravemente. Las autoridades tienen que decidir ahora entre devolver el perro a sus dueñas (pese a la gravedad de las heridas no hay denuncia) o sacrificarlo.
Hay que devolverles el perro, una vez que tengan el alta médica, pues creo que seis días no es plazo suficiente para la adaptación del animal a su nuevo hábitat. Hay que prohibir la circulación por esa zona al ciudadano que vende patatas cuando pase el pitbull.
¿A quién se le ocurre?… ¡Faltaría más!
Me recuerda esto que a finales de los años 80 la Consejería de Cultura del Principado de Asturias planteaba acondicionar y consolidar caminos existentes en el concejo de Somiedo. Después del análisis de los proyectos por el responsable en aquel momento de la Fundación Oso, se ejecutaron varias pistas y caminos, pero un núcleo de población con más de 20 personas quedó aislado durante mucho tiempo debido a que había posibilidades de que el oso cruzase ese camino y que las obras alterasen su posible paso. Le comento, para tratar de revertir la situación, que los inviernos son muy duros y que en caso de enfermedad grave podría fallecer algún vaqueiro. Nunca se me olvidará la respuesta: “¡Hay más vaqueiros que osos!”
En nuestro caso también hay más langreanas que pitbulls.
P.D.: Adjunto escrito que en su momento se envió a periódicos de ámbito regional y nacional, no considerando éstos oportuna su publicación.
PERROS
Hace unos días escuché por la radio que el Ayuntamiento de Avilés está estudiando habilitar en parques y zonas verdes, lugares para que puedan campar a sus anchas algunos de los más de 12.000 perros que hay en Avilés. Esta nueva preocupación social por la calidad de vida de los perros, ya la ejerce desde hace tiempo el Ayuntamiento de Soto del Barco, permitiendo que cientos de ellos disfruten de la zona central de la playa entre San Juan de la Arena (Los Quebrantos) y el Playón de Bayas. La gran mayoría de los perros están sueltos, las carreras y ladridos saliendo del agua son impresionantes, como comprobamos los que, cada vez menos, somos asiduos a este paseo.
Rottweiler, pitbull, dóberman, etc., salen corriendo a gran velocidad hacia las personas que vamos caminando, sus dueños en ocasiones te indican gritando que no muevas los brazos y sigas tu recorrido sin mirar a los perros, estos consejos no los puso en práctica una pareja de septuagenarios a los que el susto y los ladridos provocaron la caída violenta del hombre al suelo…, El dóberman con las patas delanteras le hizo un rasguño
en la cara, que a consecuencia del Sintrom no paraba de sangrar, según nos explicaba su mujer, al tiempo que recogía llena de arena, la dentadura postiza que se le había caído a su marido.
Los dueños de los perros nos “convencieron” diciendo que estaban en su territorio y qué duda cabe, la culpa fue del hombre por gesticular. Después del paseo, comimos en un restaurante y en una de las mesas había tres
comensales sentados, dos humanos y un pastor alemán, este sin cubiertos, ya que la comida la compartían y se la acercaban a la boca los otros dos. Salvo los ladridos cuando se acercaba el camarero y los continuos jadeos, el perro se portó bien. Este mismo día, en casa, escucho por la noche en las noticias que los perros de la Reina Isabel II han asistido a su funeral, situándolos el Protocolo Británico en lugar destacado,
dentro de la Abadía de Westminster de Londres.
Es lo que hay.
Oviedo 29 de septiembre 2022
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