Desde el Partido Popular de Somiedo queremos dejar claro, desde el inicio, que la revisión del modelo actual de Secretaría-Intervención y de la agrupación con el Ayuntamiento de Belmonte de Miranda forma parte expresa de nuestro programa electoral. No es un debate nuevo ni oportunista. Lo que sí es nuevo —y profundamente preocupante— es la forma en que el Alcalde pretende resolverlo: con prisas, sin garantías y por la vía rápida.
Las prisas han estado presentes en todo el procedimiento. Desde el escrito remitido al Principado en verano, utilizado como excusa para acelerar aún más el expediente, hasta dos convocatorias de Pleno encadenadas, una de ellas abortada y otra celebrada con la única obsesión de llegar a un acuerdo cuanto antes. Y cuando en un asunto de esta trascendencia hay tanta urgencia, la pregunta es inevitable: ¿prisa para qué?
Lo cierto es que lo único que ha cambiado en los últimos meses no es la normativa ni la carga administrativa del Ayuntamiento. Lo que ha cambiado es que hoy la Secretaría-Intervención ejerce con rigor sus funciones, fiscaliza, informa y controla el gasto municipal de forma efectiva. Y cuando el control estorba, llegan las prisas.
La propuesta del Alcalde carece de una motivación real y coherente. No hay un análisis serio de necesidades, no se explica por qué el modelo actual debe sustituirse por otro concreto ni por qué ese cambio debe hacerse ahora y de esta manera. La ausencia de motivación conduce directamente a la arbitrariedad, y eso es exactamente lo que se aprecia en el expediente.
Además, se pretende desmantelar un puesto agrupado que, con sus limitaciones, es objetivamente atractivo para los funcionarios, para crear otro puesto que no lo es: con peores condiciones, sin una estructura clara y con un alto riesgo de acabar en soluciones provisionales, interinidades o acumulaciones, que es lo que parece perseguir el Alcalde. Frente a un modelo exigente pero estable, se propone otro más débil, menos atractivo y con menos garantías de independencia y continuidad.
El Partido Popular de Somiedo puede considerar necesario un puesto propio de Secretaría-Intervención en Somiedo, pero no a cualquier precio ni de cualquier forma. En la actualidad, el Ayuntamiento paga un tercio del coste del puesto agrupado, cuando la dedicación efectiva a Somiedo es de un solo día a la semana, frente a los cuatro restantes en Belmonte de Miranda. Una situación claramente desequilibrada y que fue buscada en 2013 por el propio Alcalde, para tener la Secretaría-Intervención que quería. Desde entonces —como vuelve a suceder ahora con la nueva organización pretendida— se ha venido exigiendo una reflexión profunda y una reorganización seria del puesto, evitándose las decisiones apresuradas.
Desde la oposición somedana llevamos tiempo defendiendo que cualquier reorganización seria debe partir necesariamente de la aprobación previa de una Relación de Puestos de Trabajo. La RPT no es un trámite accesorio: es la única garantía de que los puestos se definen con criterios objetivos, con funciones claras, niveles adecuados y condiciones transparentes. Crear o modificar puestos “de cualquier manera”, sin RPT, es justo lo contrario de hacer las cosas bien, y no lo dice el PP de Somiedo, así se deduce de la ley y lo confirma la jurisprudencia.
A ello se suma que la modificación de la plantilla se plantea de forma extemporánea, vinculada a un Presupuesto de 2025 que ya no producirá efectos reales y que, en la práctica, pretende desplegar consecuencias en 2026, cuando ese presupuesto ya no es eficaz ni admite alteraciones de este calado.
Por todo ello, desde el Partido Popular de Somiedo ya estamos trabajando en la presentación de alegaciones tanto al procedimiento de disolución de la agrupación como a la modificación de la plantilla de personal. Alegaciones que no buscan bloquear nada, sino evitar que se consolide una reorganización improvisada, arbitraria y carente de garantías.
Como señala la portavoz del Grupo Municipal Popular, Josefina Álvarez, “Somiedo necesita decisiones pensadas, no decisiones aceleradas; una administración fuerte, no soluciones de conveniencia”. Resulta llamativo que esta urgencia no aparezca en otros ámbitos de la gestión municipal, pero sí cuando está en juego el puesto encargado de fiscalizar, informar y poner límites al Alcalde más veterano de Asturias, acostumbrado durante décadas a “tirar palante” sin demasiados obstáculos.
Nosotros lo tenemos claro: sí a revisar el modelo, sí a hacerlo mejor; no a hacerlo deprisa y mal. Porque cuando se debilita el control, quien pierde no es la oposición: pierde Somiedo.
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