Publicado el: 11 Jul 2023

Machismo, fábrica de cobardes

Plácido Rodríguez

[ LA MOSCONERA]

Si yo no condenara explícitamente los crímenes de ETA, argumentando que lo que condeno es el terrorismo en general, lo más probable es que en Grau/Grao/Grado me acusaran de etarra. Aquellos que no condenan la violencia de género, arguyendo que lo que condenan es la violencia en general, yo los acuso de machistas. Si no reprobara con rotundidad a los asesinos sin escrúpulos que, aprovechando la condición independentista de miles de ciudadanos vascos, intentaron lograr sus objetivos, utilizando el chantaje, el dolor y la muerte, en Grau/Grao/Grado muchos me llamarían terrorista. El mismo calificativo se puede aplicar a quienes niegan la violencia de género, aprovechando la condición de debilidad de las mujeres, sobre las que también se ejerce chantaje, dolor y muerte. ETA asesinó a 864 personas en 42 años. En 20 años, desde enero de 2003, fecha en la que se empezaron a registrar oficialmente víctimas de violencia de género en España, fueron asesinadas 1202 mujeres hasta el pasado mes de junio.Los números estremecen, y aún estremece más la falta de una condena unánime, en ambos casos, por parte de todos los representantes electos en todas las administraciones del Estado. Afortunadamente ETA ha dejado de matar, pero la lacra machista continúa sin tapujos, avalando desde sus cargos institucionales, desde sus sillones parlamentarios, el maltrato y la muerte. Y habrá quien se congratule porque desde esa supremacía masculina los hombres salgan ganando, y habrá también mujeres que prefieran la tutela de los machos. Sin embargo, a quienes de verdad beneficia el machismo es a quienes tienen el poder. Y el poder trata de educar a su conveniencia y tiene la capacidad de proporcionar cobertura institucional. Por eso muchos hombres, convencidos de la superioridad que les confiere su género, se frustrarán cuando las mujeres, merced a su inteligencia y perseverancia, pasen por encima de sus propias capacidades. Por eso el machismo es una fábrica de cobardes, porque hace que los hombres se escondan detrás de la superioridad que les confiere el poder. Algo que, por desgracia, también pasa en Grau/Grao/Grado. Lugar desde el que me permito opinar, convencido de la importancia de que los moscones y mosconas, que empaticen con lo que estoy diciendo, no dejen de ir a votar el próximo 23 de julio.

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