Hacer de la música virtud

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Beatriz Álvarez

Sin apenas darnos cuenta agosto queda atrás. Un agosto de primeras veces, de besos consentidos, de manos sudadas que se buscan y se encuentran, de adolescentes que se descubren e inventan mientras los mayores observamos atónitos como la vida que creímos larga va pasando despacio y acortándose rápido.

Un agosto de yerba y de tormentas, de días de niebla que asfixia y de calor asfixiante que invalida. Un agosto que, como todos, se va con la creencia absurda pero esperanzadora de que volverá pronto. Un tiempo lleno de lugares que acogen y en los que te sientes acogido y que en Quirós ha traído alicientes nuevos en espacios conocidos y que tímidamente ya habían puesto en marcha actividades semejantes, nacidas con ánimo de una continuidad que no fue tal porque los proyectos, a veces, pandemia por el medio, no salen como esperábamos.

Y así, en uno de esos locales amables de nuestro concejo, con nuevos gestores, la música fue protagonista del verano convirtiéndose en virtud, ofreciendo a turistas y vecinos además de un marco excepcional por su belleza, buena mesa y buen trato, banda sonora original y diferente a nuestro estío. Cada fin de semana, las largas tardes estivales se convirtieron en festivales particulares a tamaño reducido, combinando copas y ritmos para un público entusiasta. Y sonó la música en diferentes estilos y de diferentes formas, vocalistas, dúos, DJs, ofreciéndonos algo nuevo y la Vega de Arrojo fue refugio de sonidos y risas, porque si algo ofrece la música en verano es alimento a los sentidos y ánimo para compartir sonrisas. No olvidaré este año alguno de los conciertos que nos regalaron, todos de calidad, todos bien recibidos. Una oferta amplia y variada que buscó satisfacer a quienes acomodados en la terraza escuchaban con la iglesia de San Pedro como testigo. Innovar es posible, también en hostelería.

Apostar por la música en un concejo de montaña, alejado de dunas de playa y de olor a crema solar. Apostar como lleva haciéndolo con éxito la Taberna Narciso en el vecino concejo de Teverga. Apostar y arriesgar creyendo que la música mueve montañas y si no, moverá a algunos a venir a conocernos. Y, de pronto, cerrando agosto, setiembre a la vuelta de la esquina, cargado de promesas, novedades y planes, mantengo la confianza de que la música seguirá presente en nuestras vidas, también en nuestros bares, en esta estación que nos espera y que en la que es muy probable nos acompañe el tiempo. Queremos música en vivo y la queremos en los bares.

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