Publicado el: 19 Oct 2023

El malogrado puente de Puerto

La construcción del paso sufrió numerosas vicisitudes y las consecuencias de la corrupción

Paso en barca desde Casielles a Puerto. Cortesía de «Valle de Las Caldas y su entorno»

Ángel de la Fuente / Las Caldas

El río Nalón divide la antigua Ribera de Abajo en dos partes asimétricas; la margen derecha baña la parroquia de Priorio, concretamente los lugares de Casielles, Las Caldas y Priorio y la margen izquierda Puerto y Caces. Un río de esta envergadura genera un inconveniente a la hora de cruzarlo para ir de un pueblo a otro. La solución más económica fueron las barcas y así consta en diferentes estudios sobre los caminos históricos, la presencia de estas en Caces y Puerto, pero será la toponimia la que constate su existencia; por ejemplo, El Barcu de Puerto o La Barquera en Nora. La llegada de la fotografía ha permitido inmortalizar numerosas instantáneas que afortunadamente se pueden ver en los álbumes publicados en la fanpage Valle de Las Caldas y su entorno.

Los puentes de Olloniego, Puerto, Godos, Gubín, Carril, Peñaflor son algunos de los pasos que facilitaron las comunicaciones entre la capital asturiana, León y Galicia. Puerto y Carril por desgracia han sucumbido al transcurso del tiempo; solamente permanece su recuerdo en la documentación que descansa en anaqueles que han sido objeto de atención en investigaciones recientes. Hacia el año 978 aparece mencionada la barca de Puerto y en el año 1306 vuelve a haber una referencia a este medio de transporte, pero hay que esperar a finales del siglo XV en pleno reinado de los Reyes Católicos para conocer el proyecto de levantar un puente sobre el río Nalón en Puerto. El 22 de febrero de 1496 los monarcas autorizan echar sisa sobre comestibles, a falta de propios, para iniciar la fábrica de un puente en esta localidad. Ocho meses después el Príncipe de Asturias emite una real provisión por la que se permite contribuir a cualquier vecino con lo que quiera para tal fin. Dos años después, 1498, una provisión de los monarcas ordena reconocer el sitio en el lugar de Godos para construir este equipamiento por ser más económico su costo y se concede facultad para hacerlo donde mejor convenga. Todo parece indicar que era más fácil salvar el Nalón por esta localidad que aguas arriba del castillo de Priorio. La entrada del nuevo siglo abre una esperanza para poner en marcha su edificación a partir del último cuarto del siglo XVI -1580- en el que una real provisión del rey abre la posibilidad de erigir un puente en el lugar de Puerto y sitio llamado de “Abís”, con varias cartas de pago. Cuatro años después -1584- la ciudad de Oviedo dicta instrucciones a Toribio de Ribera para conocer el estado de varias obras entre las que se encuentra este viaducto, pero habría que esperar al año 1591 cuando el licenciado Mexía de Villalobos exponía que Su Alteza había mandado repartir para su ejecución 7.500 ducados. Esta cantidad había sido acordada con Diego Vélez que se comprometió a ejecutarla en el plazo de tres años, pero no lo hizo porque en 1586 a causa de las lluvia se destruyó lo hecho, quizá por mala cimentación y el empleo de materiales deficientes. Nada de extrañar, cuatro siglos después la riada del Nalón en la primavera de 1977 dejó al descubierto cómo se construyó el puente de Caces al quedar a la vista los materiales empleados. La recuperada transparencia de sus aguas permite constatar cómo se levantaron los pilares que durante medio siglo sustentaron su tablero.

La construcción del puente de Puerto no estuvo exenta de lo que hoy llamaríamos apropiación de fondos públicos pues según las crónicas el dinero destinado estaba en manos del regidor Diego de la Ribera que hacía y deshacía a su antojo con los recursos asignados. Era normal que estas personas no administrasen las partidas que se les libraba con criterios objetivos. Generalmente lo iban dando poco a poco en pan, vino y en otras cosas, cargando a los maestros -arquitectos, ingenieros de la época- precios excesivos. Nada nuevo en la historia de nuestro país, por lo que considero muy necesario conocer nuestra historia para entender el tiempo en el que nos ha tocado vivir. Siglos después, el robo, la corrupción, el enriquecimiento indebido, el abandono de los compromisos adquiridos reproducen lo que ya ocurría en pleno siglo XVI. Hay cosas que es difícil cambiar y el espíritu hispano por mucho que nos esforcemos en materia de educación sigue fiel a sus principios. La mediocridad es un mérito en España, porque gracias a ella se fomenta el clientelismo para mantenerse en el machito como se suele decir.

El ingeniero de caminos Pedro Pisa Menéndez en su libro “Caminos reales de Asturias. Zona Central” fija la riada que llevó por delante lo que se había construido en el año 1602. Ubica el puente de Puerto prácticamente en el mismo lugar que el de Fuso por el que durante casi un siglo se deslizaba a través de los raíles el antiguo ferrocarril Vasco-Asturiano. El trabajo de José María Fernández Hevia y José Jorge Argüello Menéndez “Dos puentes antiguos al suroccidente de Oviedo: los puentes de Gubín y Godos” en Asturiensia medievalia Nº 7 (1993-1994) hace referencia a este puente y cita dos avenidas en los meses de mayo y septiembre de 1586 cuyas graves consecuencias quizás pueden explicarse a partir del refrán “En septiembre o seca las fuentes o lleva los puentes”.

Esta infraestructura se enmarca en el camino de Oviedo a León por el puerto de Ventana. El origen se sitúa en el arrabal ovetense El Rosal y se dirigía hacia el Fresno, Cristo de las Cadenas, Santo Medero, Ayones, La Corrapiedra, Las Caldas, Puerto y desde aquí a Lavares para llegar a Santo Adriano, Proaza, Teverga y por el puerto de Ventana pasaba a León. La imposibilidad de franquear el río Nalón a través de un puente se solventó con barcas que permitían cruzar el río hacia Puerto en el lugar llamado El Barcu y en las inmediaciones del puente de Caces a los pies de las Torres de Priorio; sin embargo, limitaba el tráfico de mercancías, lo cual hizo que esta ruta haya perdido importancia en favor de la de Pajares que evitaba el Nalón mediante el puente de Olloniego.

El día 4 de junio de 1792 Jovellanos estuvo en Las Caldas. Iba camino de la elección del priorato de San Marcos de León a través del puerto de Ventana y no le quedó más remedio que atravesar el Nalón en un bote que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Su desaparición estuvo ligada a la puesta en servicio del puente de Caces del que nos ocuparemos en otro artículo. La importancia de esta vía de comunicación ha contribuido a fomentar la buena y estrecha relación que hubo siempre entre Puerto y Priorio, de la que dan fe el número de matrimonios entre vecinos y vecinas de estas dos feligresías. No estaría de más colocar por parte del Ayuntamiento un panel informativo con imágenes y una breve reseña de este puente a los pies de la mole caliza de Peña Avís.

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