El pueblo-calle de Les Caldes

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La importancia que tuvo la explotación de sus aguas termales fue tan considerable que incidió en la disposición de las casas

 

Procesión en el pueblo-calle de Las Caldas. Años 30 del siglo XX. Archivo: Ángel de la Fuente Martínez

Ángel de la Fuente / Las Caldas

El lugar de Les Caldes forma parte de la parroquia de Priorio que se encuentra bajo la advocación de San Juan Evangelista; sin embargo, una consulta a la web de la Sociedad Asturiana Estudios Económicos e Industriales (SADEI) me ha dejado perplejo al constatar que Les Caldes sustituye a Priorio en virtud de lo dispuesto en el Decreto 14/2019, de 13 de marzo, por el que se determinan los topónimos oficiales del concejo de Oviedo (BOPA, 2 de marzo de 2019). ¡Ver para creer! No consta qué criterio ha adoptado la administración para tal decisión que no tiene fundamento ni sentido, pues obedece a un evidente postureo.

La referencia a este enclave ciertamente es lejana en el tiempo. El Libro de Acuerdos del Ayuntamiento de Oviedo en el año 1599 menciona a Las Caldas en relación con los baños y en 1644 se vuelve a citar en el contexto de reparación de una casa habilitada para tal fin. Será a partir de la edad contemporánea cuando Les Caldes pase a formar parte de uno de los lugares de esta feligresía y tal es así que en muchos documentos consta Caldas de Priorio y luego Caldas de Oviedo. El nombre que habla por sí solo fue ganando terreno como consecuencia de la importancia que ha adquirido el complejo termal en el último tercio del siglo XIX. Nuestros predecesores con cierta ironía decían que sus habitantes durante el verano manifestaban que eran de Las Caldas y el resto del año de Les Caldes, que por otro lado dio lugar al dicho de: “En Les Caldes, chocolate, buenes tardes y agües por les espaldes”.

La importancia que tuvo la explotación de sus aguas termales fue tan considerable que incidió en la disposición de las casas. Si recorremos los lugares de Priorio, La Piñera y Casielles observaremos que la disposición de los edificios es muy diferente a la que vemos en Les Caldes e incluso las tipologías arquitectónicas. El hábitat en estos lugares responde al modelo asturiano con una clara tendencia a la dispersión tal como lo describe Valdés-Salas . El caserío se halla intercomunicado por una red anárquica de caminos -caleyas- y a su lado se extienden los pequeños huertos o llosas, de hecho en Casielles el topónimo La Llosa de La Villa no hace más que confirmar esta cuestión. Generalmente los edificios son del tipo bloque a ras de suelo o en altura con cuadra y pajar adosados, aunque hay algunos que obedecen al modelo de casa mariñana con un amplio portal que da acceso a la vivienda y a la cuadra, mientras que en otros casos a partir de un amplio zaguán se accede a dos viviendas independientes con planta baja y piso.

Les Caldes, se ha desarrollado a lo largo de ambas márgenes de la carretera AS-322. La edificación no es uniforme entre la entrada del pueblo y la salida.

Hay una clara diferencia en el tramo que media entre La Glorieta y la actual farmacia. Aquí las viviendas han ido transformándose con el paso de los años y conviven con inmuebles construidos entre los años cincuenta y setenta, pero aún se conservan una panera y dos hórreos. Otro se derrumbó hace cincuenta años y parte de sus elementos constructivos fueron a parar al restaurante La Colonda en Oviedo. Otra edificación oculta por la vegetación y en ruinas es el Molín de Baxo del que dio cuenta en 1752 el catastro del marqués de La Ensenada junto con el Molín del Medio cuyo edificio goza de un buen estado de conservación, pero sus rodeznos han sido privados de la fuerza motriz que otrora les imprimió el río Gafu.

Los dos tercios restantes de la carretera que a la vez es calle muestran una edificación acorde con la importancia del balneario. Son las antiguas casas de huéspedes de las que ya hemos hablado en este periódico. La tipología arquitectónica responde al modelo de casa bloque en altura con planta baja, dos pisos y buhardilla. La planta baja acoge la cocina, una sala de estar y el comedor. Las dos plantas superiores las habitaciones, generalmente de pequeñas dimensiones y el excusado, uno por piso. Las buhardillas están divididas en cuartos para el descanso de los propietarios del establecimiento. Este tipo de viviendas tenía un número de habitaciones variable según el tamaño, de modo que no se podía comparar por ejemplo, la fonda La Parra con La Santa (La Vizcaína). Los vanos solían ser adintelados en formato balcones en los dos pisos, pero en la planta baja en algunas fondas se abrían puertas con arcos rebajados y tanto la rosca como las jambas son de cantería. Solamente la antigua fonda de Aniceto González incorporó miradores y La Castellana así como La Paz en cada piso contaban con una galería con amplios ventanales. El espacio que media entre la vía de comunicación y las edificaciones lo constituían aceras más o menos amplias en las que los huéspedes descansaban en bancos de madera o sillones de mimbre lo que facilitaba mantener concurridas tertulias aprovechando la sombra que generaba la arboleda que crecía en la margen externa de este espacio. Una pequeña plaza al oeste del hotel-balneario conocida primero como Alameda de Las Caldas y desde 1933 Paseo de Pablo Iglesias forma parte de la trama de este lugar. Su función fue variada, pequeña plaza con puestos de venta, lugar para representaciones teatrales, la última “Crónica y ficción del mucho mogollón” del grupo de teatro Margen, lugar de reunión de bañistas durante las tardes, de vecinos en las noches de verano y en algunas ocasiones acogió la misa de campaña del 15 de agosto. El pueblo finaliza en el antiguo bar Peñón, pero como consecuencia del auge del balneario se optó por abrir un paseo hasta El Barcu del que aún se conserva el topónimo “El Recreo”, una calle con una sucesión de inmuebles entre los que destacan las viviendas construidas por don Moisés Álvarez al calor de la Ley de 15 de julio de 1954 con la placa acreditativa, que por desgracia fruto de una torticera interpretación de la memoria histórica fue retirada al igual que ha ocurrido con las de los patronatos de Puerto y Caces.

La interpretación tendenciosa del pasado histórico es la responsable de estas erróneas decisiones, pues los hechos históricos no se pueden ocultar porque suceden en un contexto temporal y en un espacio concreto que debemos conocer en su justa medida.

Esta calle acogió la procesión con motivo de la solemnidad de la Asunción y entre 1978-1982 se adelantó al día 14 en horario vespertino. También facilitó el desfile de carrozas en la tarde del día grande de las fiestas que partía primero del castillo y en los últimos años tenía como punto de inicio El Recreo para finalizar en el prado del Deán, hoy dentro del campo de golf de Las Caldas. El intenso volumen de tráfico que soporta este vial debería inducir a la reflexión por parte de las autoridades locales y autonómicas con el objetivo de buscar una solución que pasaría por dejarlo como una calle de servicio y paso de la línea G1-G2 del TUA con el consiguiente trazado alternativo para dar entrada a los vehículos procedentes de la N-634, A-63 y A-66 o acceder a estas vías de comunicación de estas parroquias.

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