Asociaciones vecinales de Candamo, Grau, Illas y Les Regueres se unen en una plataforma contra el parque eólico Bufarán

El nuevo colectivo vecinal denuncia que el desarrollo de esta central eólica supondría también la instalación de decenas de kilómetros de líneas eléctricas de alta y media tensión

Redacción / Grau

Asociaciones vecinales de Candamo, Grau, Illas y Les Regueres se unen en una plataforma contra el parque eólico Bufarán. La Plataforma Contra el Proyecto Eólico de Bufarán denuncia que el desarrollo de esta central eólica supondría también la instalación de decenas de kilómetros de líneas eléctricas de alta y media tensión, subestaciones eléctricas y kilómetros de pistas de acceso, que pondrían en riesgo el patrimonio natural del entorno y la salud y calidad de vida de sus
habitantes.

Ayer, vecinos de Candamo, Les Regueres y Grau, además de otros concejos, acudieron frente al Ayuntamiento de Candamo a protestar por este proyecto, que cuenta con el apoyo del PSOE y la oposición de IU (ambos son socios de gobierno) mientras que el PP hasta la fecha mantiene silencio.

Según denuncian, el proyecto eólico de 68,2 MW que la empresa Repsol pretende desarrollar en la Sierra de Bufarán, en los montes de Sollera, Cimeru y Tablao, y que afecta a la población y al patrimonio natural de los concejos de Candamo, Grau, Illas y Les Regueres, será uno de los mayores complejos eólicos planteados para Asturias, con 11 aerogeneradores de 200 metros de altura, 19,61 km de líneas eléctricas de alta y media tensión, 9,5 km de pistas de 6 metros de anchura y una subestación eléctrica. 

Es un enclave declarado por la normativa asturiana de ordenación y zonificación del aprovechamiento eólico como “zona de baja capacidad de acogida”, donde únicamente se pueden desarrollar “instalaciones eólicas de pequeña entidad, pero no para grandes parques”. La misma norma legal establece también la prohibición del desarrollo de estas instalaciones industriales en el “área de distribución actual y potencial de oso pardo”, siendo esta una de ellas, como así lo demuestran no solo las observaciones habituales en los enclaves afectados, sino también el pago de los daños provocados en la zona por el plantígrado mediante la apertura de expedientes por parte de los Agentes del Medio Natural del Principado. 

Señalan desde la Plataforma que además esta zona del centro de Asturias «es un enclave con una gran concentración de pequeños núcleos rurales y viviendas dispersas, que se distribuyen en un entorno único, con un patrimonio natural y cultural bien conservado y donde sus habitantes gozan de una gran calidad de vida». 

La Plataforma denuncia que el proyecto «afectará directamente a la población del entorno, a su modo de vida, y en definitiva a la salud y calidad de vida de la gente, pero también a sus negocios y sus viviendas ya que provocaría contaminación acústica, contaminación electromagnética, contaminación lumínica, riesgo de destrucción o contaminación de acuíferos, manantiales y puntos de toma de agua de consumo humano, graves afectaciones a carreteras y caminos, pérdida patrimonial de viviendas y terrenos, aumento exponencial del riesgo de incendios en una zona considerada como de “muy alto riesgo” por el Principado y con gran número de casas y núcleos rurales junto a zonas arboladas, afectación a negocios de hostelería y turismo rural, reducción de las ayudas de la PAC y graves afecciones a explotaciones agroganaderas». 

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