El Principado volverá a buscar la fosa de El Molín de Xilu, en Las Regueras

La dirección general de Memoria Democrática ha abierto un periodo de alegaciones ante la posible oposición de algún descendiente directo de los desaparecidos, al menos 8 personas entre los 21 y los 60 años

Una excavación anterior en la finca del Molín de Xilu

Esther Martínez/ Las Regueras

El Principado volverá a buscar la fosa común de El Molín de Xilu, tras varios intentos infructuosos de localizar los enterramientos de los desaparecidos, víctimas de la represión franquista. El Boletín Oficial del Principado de Asturias ha publicado una providencia del la dirección general de Memoria Democrática por la que se abre un periodo de alegaciones previo a la exhumación, durante el que los descendientes directos de los desaparecidos pueden, si así lo estiman conveniente, oponerse a la apertura de la fosa.El plazo de presentación de alegaciones es de 20 días y el expediente puede consultarse en las dependencias del Instituto de la Memoria Democrática del Principado de Asturias (Easmu, planta 6.ª, calle Antonio Suárez, n.º 2, de Oviedo).

En el Molín de Xilu, en Landrio, están enterradas al menos ocho personas, en una de las nueve fosas documentadas en el concejo de Las Regueras. Según la base de datos del Ministerio de Justicia, en esta fosa están enterradas ocho personas, que murieron fusiladas. Son siete hombres y una mujer, entre los 21 y los 60 años. Se cree que puede haber más víctimas.

Entre los asesinados que se cree están en esta fosa figuran dos taxistas de Grau, Manuel González Iglesias, ‘Manolo Chorizu’ de 57 años y José Manuel ‘Manelín’, su hijo de 24 años, que fueron asesinados a sangre fría en octubre de 1937 cuando ya había acabado la Guerra Civil en Asturias, por cinco falangistas de Grado. Esta familia denunció la desaparición de sus antecesores tanto ante la justicia española como en la llamada ‘querella argentina». Las denuncias se basan en en su «desaparición forzada, detención ilegal y asesinato y muerte». Tras los los intentos anteriores, encargados por el Principado a la Sociedad Aranzadi, se abre una nueva oportunidad para intentar cerrar esta herida.

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