Publicado el: 02 Ene 2016

Cien años del accidente minero de San Andrés (Teverga)

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Pozo en Santianes

Seis personas murieron a causa de una explosión de grisú

Roberto F. Osorio / Teverga

Grucomi (Grupo Coleccionista Minero)

La primavera se mostraba en todo su esplendor en los prados y montes de Teverga. En Europa el paisaje era un campo de batalla, donde cada día morían miles de soldados de multitud de países involucrados en la I Gran Guerra (nefasto calificativo para una contienda bélica).
Era el viernes 14 de mayo de 1.915 cuando una gran explosión de grisú en la Mina San Andrés se llevó la vida de seis mineros y causó graves quemaduras y heridas a otro. Eran las once y media de la mañana cuando en el 2º piso de dicha mina de montaña en la capa 7ª /8ª los obreros salían al almuerzo. Hay que recordar que en esa época era normal que las mujeres o niños acercaran, hasta las bocaminas, a sus familiares el pote con cocido caliente. Muchos de los trabajadores de la mina habían salido al exterior, pero seis de ellos, los del segundo piso, iban camino de ello cuando fueron sorprendidos por la muerte.
Los compañeros rápidamente se movilizaron para el rescate pero no pudieron hacer nada, salvo rescatar al herido grave. Manuel López (32 años, soltero, de Mieres) fue trasladado a la casa de socorro con extensas quemaduras. En la galería quedaron seis cuerpos, “algunos horrorosamente desfigurados…” según consta en el informe del ingeniero actuante que investigó las causas de la desgracia.
Vecinos del pueblo de Santianes, el más cercano a la explotación, familiares angustiados, autoridades y la Guardia Civil se personaron en la zona. La falta de humanidad, educación y tacto de un mando de la empresa se demostró cuando indicó a las mujeres que venían con la comida para sus familiares que “dieran la vuelta que no tenían a quien llevársela”. Quizás como decía aquella poesía del Romance del prisionero “dele Dios mal galardón”, por su poca consideración con la desgracia ajena.

Hipótesis de las causas
Hubo varias hipótesis sobre las causas de la deflagración. Se había detectado, por la mañana, la presencia de grisú. Un cigarro encendido cuando salían por la galería era una de ellas. La otra fue el disparo de unos barrenos mientras los obreros almorzaban.
Dos gallegos, un palentino, un tevergano, un langreano y un quirosano fueron los infortunados que el mortal gas grisú se llevó aquel día de las entrañas de las tierras teverganas. La extracción de mineral en Teverga se llevo en toda su actividad a 72 mineros hasta el cierre de Hullasa en 1.995.
Hace un siglo el mundo estaba patas arriba, como ahora mismo. Y los trabajadores siguen dejando la vida de la manera más triste y a la vez más honrosa: trabajando.

Los nombres de los infortunados eran:

Rafael Pascual. Picador de 34 años. Casado con tres hijos. Natural de la provincia de Palencia. Vecino de Santianes.
Ángel Rodríguez. Barrenista de 30 años. Soltero. Natural de Lugo.
Leoncio Álvarez. Picador de 21 años. Casado. Quirosano de Vil.lamarcel.
Estos tres cobraban 5 pesetas diarias.
José Vázquez. Ayudante barrenista de 33 años. Soltero. También de Lugo. Cobraba un jornal de 4,25 pesetas diarias. Vivía en Entrago.
Juan Fernández. Pinche de 16 años. Soltero. Tevergano, vecino de Entrago.
Avelino García. Pinche de 19 años. Soltero. De Tuilla en Langreo. Vecino de Entrago.
Ambos pinches tenían un jornal de 2,75 pesetas.

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