Publicado el: 27 Mar 2021

Pequeños guardianes del Parque Natural

Alumnos del colegio púbico Flórez Estrada departen con el conservacionista de Fapas Alfonso Hartasánchez sobre el impacto de la instalación de estas torres en el concejo

Los escolares escuchan a Alfonso Hartasánchez

Manuel Galán / Somiedo

El pasado miércoles, el alumnado de Pola de Somiedo tuvo una visita muy especial. Alfonso Hartasánchez, Fonso el de Fapas, estuvo un largo rato departiendo con ellos y ellas sobre el tema de los eólicos y el impacto de su instalación en el Parque Natural.

Silvia Calvo, directora del Colegio Público Flórez Estrada, comenta que “tras saber por las publicaciones en prensa de que en Somiedo se estaba iniciando un movimiento en contra de la construcción de un parque eólico en nuestro Parque natural, nos pareció imprescindible que la infancia de Somiedo también opinara al respecto e hiciese su manifiesto. Son las generaciones a las que les va a tocar batallar con el cambio climático, que han estudiado en la escuela las causas del mismo y saben que las energías renovables como la eólica son fuentes de energía limpias puesto que no producen emisiones de carbono. Había que explicarles bien lo que está sucediendo. Pero claro, resulta que esta fuente de energía en Somiedo no parece ser tan limpia. Necesitábamos, añade, una persona que supiera mucho de Somiedo, de su biodiversidad y de lo que supone la instalación de un parque eólico de semejante envergadura. Alguien que estuviera dispuesta a informar a nuestro alumnado del impacto que esto provocaría y los estragos que se producirían si nos colocan esos gigantes en nuestra reserva. Contactamos con la plataforma informal “Xente de Somiedo” que medió para que viniera a visitarnos a Alfonso Hartasánchez. Él nos habló de todo lo que necesitábamos saber para poder decir no desde el conocimiento”.

Kevin, de 12 años, comenta que le impresionó mucho saber el volumen y tamaño de los molinos. “Me llama la atención las dimensiones que tienen, que alcancen los 250 metros de altura y que su instalación suponga construir una carretera ancha y otra específica para cada torre”. Además, añade, “las aves migratorias pueden chocar contra los eólicos que les produce la muerte, especialmente a los buitres leonados, que dejan de comer carroña. Ésta, supone el envenenamiento de otros animales salvajes y no salvajes, como los perros”.

A Yago, también de 12 años, le llamó la atención “el ruido que producen y que impida la reproducción del sapo partero por la confusión de los ruidos. También a los pájaros les impide la reproducción”.

Por su parte, Rosa y Hugo, comentan que “nos impresionó saber el impacto que tienen en la mortalidad que puede generar en las crías de osa”.

A Jorge, de 13 años, le impactó que “la distancia entre molinos es en torno a 300 metros y ocupan mucho espacio en las cumbres”.

Yago, por su parte, añade que “a los murciélagos les afecta porque se guían por las ondas sonoras que emiten. Los molinos les engañan porque van a velocidades de 100 km por hora y pueden morir y cambiar sus rutas de migración”. No en vano, se calculan más de 2 millones de muertes de murciélagos en el país en los últimos 20 años fruto de los parques eólicos.

Silvia me comenta que “sabemos qué tipo de aerogeneradores se pretenden instalar, cuántos serían, cuánto ocuparían, cuántas pistas de acceso para cada uno de ellos se planean construir además de la pista general. Fonso nos ayudó a visualizar esa monstruosidad rotando a 100km/hora. Saber esto nos hizo ver el impacto medioambiental que sufriría toda la biodiversidad de esas montañas. Además del impacto visual, las consecuencias que esto supondría para los principales sectores económicos de los somedanos: ganadería y turismo. Cómo afectaría la contaminación acústica a especies como el sapo partero y los pájaros. El daño que las aspas producen a insectos polinizadores, aves rapaces, buitres, murciélagos, etc. También nos acercó a las consecuencias que tiene para los ecosistemas la reducción en número o desaparición de estos animales y como la deforestación ocasionada por la instalación de estas infraestructuras perjudicaría a muchas especies que quedarían si refugio ni alimento. Entendimos la importancia que tienen las zonas altas de esas montañas para nuestros osos, especialmente para las osas y sus crías y que el estrés de no tener ese espacio de refugio sería fatal para la especie. Y que a los lobos les obligarían a bajar puesto que arriba no podrían estar, lo que sí podría generar en un problema para la ganadería. También nos fuimos dando cuenta de que las empresas quieren ganar los mismo que ganaban con los combustibles, que los dueños de la energía siguen siendo los mismos y que las decisiones no pueden ser económicas, tienen que ser ecológicas”.

Por su parte, Fonso se mostraba encantado con la actividad y la actitud de alumnado y profesorado. “Me encantó volver al colegio de Pola. Hacía mucho tiempo que no lo visitaba, unos 14 años. Me gustó ver su enorme sensibilidad, el conocimiento de su medio natural y el enorme cariño que le profesan. En un futuro no muy lejano serán los guardianes de este paraíso, quienes gestionen este territorio y tienen que conocerlo bien para poderlo defender”.

Directora y alumnado se despiden comentando que “entendemos que hay que buscar alternativas al carbón y al petróleo, que son muy contaminantes, pero en Somiedo, la deforestación que generaría, afectaría mucho a la fauna y las personas. Agradecemos a Fonso el habernos transmitido sus conocimientos desde la sensibilidad, el respeto y el amor por este lugar. Ya estamos preparados y preparadas para decir NO sabiendo por qué lo decimos y todo lo que estamos defendiendo con ello”.

 

Una pancarta elaborada por los estudiantes

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