Santa María del Puerto: lucha y ejemplo

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Javier Pérez Fernández

Casa Javier (Salas)

Escribo estas líneas para felicitar a todos los somedanos y en especial a los del Santa María del Puerto, galardonados con el premio a Pueblo Ejemplar 2021. Conocí la noticia después de cerrar la tienda al mediodía, lo reconozco, me emocioné mucho. Salas y Somiedo siempre han tenido un vínculo muy especial, la trashumancia vaqueira desde las brañas salenses hasta El Puerto y La Peral se pierde en el tiempo. Mientras leía este periódico, se agolparon en mi cabeza montones de historias sobre el arraigo, el folclore y la tradición… también me asaltaron fragmentos del libro “El Tesoro de Los Lagos de Somiedo”, de Mario Roso de Luna, que versa sobre estos parajes y sus gentes. Me vino a la mente la figura de Alan Lomax, en su incursión por tierras asturianas y, cómo no, sus grabaciones. Precisamente uno de sus audios fue la banda sonora de todos estos recuerdos, una vaqueirada que se perfila como la travesía de la alzada, pasando por el cortejo en Caunedo, recogiendo a los mozos de La Peral y acabando en El Puerto removiendo el cuechu.

Lo bucólico de sus valles y montañas, el misticismo sobre el origen de la raza vaqueira, la unión y la belleza incalculable de sus pueblos, encumbran a Somiedo como un edén dentro del paraíso.

Desde muy temprana edad, casi puedo decir que nací detrás de un mostrador, vi pasar por el comercio familiar a muchos somedanos y vaqueiros… si cierro los ojos puedo recordar con nitidez la voz de mi abuelo detallando el pueblo y la casa de la que procedían cada uno de aquellos clientes, los cuales, después de tantos años, ya eran amigos. Robledo, Corés, El Valle… mi familia, como muchas otras de Salas, siempre fue una enamorada de Somiedo, es por ello que el vínculo que nos une con este concejo va mucho más allá de la vecindad.

Este reconocimiento, que no hace muchos años sería impensable, ensalza la figura de los vaqueiros de alzada, un colectivo luchador en total sintonía con la naturaleza y, sobre todo, leal, la virtud que mejor define al vaqueiro. Posiblemente esta cualidad sea la que más valor puede aportar a una persona que se precie. Con estas líneas quiero felicitar a las gentes que dan forma a la idiosincrasia somedana y desearles lo mejor.

¡Viva El Puerto! ¡Viva Somiedo! ¡Vivan los vaqueiros!

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