«Después del volcán no hay nada, sólo el malpaís…y te puede tocar a tí»

Inicio Salas «Después del volcán no hay nada, sólo el malpaís…y te puede tocar a tí»

Francisco Díaz Hernández, natural de La Palma afincado en Salas: “Aquí en el pueblo me siento arropado. Ha sido emocionante. Gracias por todo»

«Pido que se consuman plátanos canarios, el 50 por ciento son de La Palma, y una pequeña ayuda supone mucho»

Francisco Díaz Hernández, natural de La Palma y vecino de Salas

Por Manolo JIMÉNEZ/Salas

Se presenta a la entrevista un tanto cambiado exteriormente respecto a la última vez que lo vi, hace unos meses. Algún mechón entrecano brilla al sol en forma de onda, vestido informalmente y reposad. A pesar de todo no parece perder esa sonrisa y esas formas mitad afectivas mitad respetuosas que le caracterizan, como si quisiera hacer gala siempre de ese mantra canario: la vida merece la pena vivirla ¡siempre!

Francisco Díaz Hernández lleva 9 años en Asturias, una tierra que según dice guarda paralelismos con la suya: La Palma. Cuando le propuse acercar a nuestros vecinos lo que uno puede extraer tras una tragedia como la de su isla, arrasada por la lava volcánica, no lo dudó. Accedió como siempre reflexivo y diligente. Se ve que las buenas costumbres saben cruzar a nado.

-¿Qué hace un palmero como tú en un sitio como éste?
– Soy, según dice mi madre, un culo inquieto. (Risas ) Me gusta conocer sitios nuevos y quería probar otra cosa… me picaba la curiosidad con el norte donde nunca habia estado. Aquí conocí a mi esposa y llevo ya 9 años. Aqui me quedaré. Me gusta mucho su tierra.

– ¿Eres feliz aquí?
-Sí. Porque las cosas de Canarias las tengo aquí. Estoy orgulloso de ser canario pero he encontrado mi vida aquí. Me encanta Salas, donde vivo y también Taramundi a donde acudo regularmente.

– ¿Te sentiste arropado por los asturianos?
-En Canarias tenemos muchos lazos en común entre nosotros. Vinculos familiares. Estoy muy agradecido a los asturianos porque me he encontrado muy buenos amigos, he hallado esos lazos estrechos, especialmente en las zonas rurales, Me encanta esta tierra. Siempre se ha dicho que somos tranquilos. Pero nuestra característica es ser gente trabajadora y muy unida, por ese carácter isleño, estamos muy unidos… Eso se notó mucho en la ola dexsolidaridad canaria tras el volcán. Las islas se volcaron con La Palma.

– ¿Y los asturianos?
-Emocionante. Campañas de ayuda de Mieres, de Grado, de Avilés…. Emociona ver ese apoyo. Los pueblos canarios como el caso de La Palma, que para mí es como un pueblo grande, me recuerdan a Asturias, con una gran unión social. Lazos muy arraigados, especialmemte en las zonas rurales. Nunca olvidaré desde el primer instante las muestras de apoyo y como me acogisteis. Hicisteis que me sintiera orgulloso de ser canario.

-La eclosión, los ríos de lava, la tragedia… ¿en qué grado afectó a tu familia?

– Mi madre es de Llanos de Aridane, como yo, donde tengo mucha gente conocida afectada. Al igual que en Tasacorte, otro municipio arrastrado por el desastre. También tengo familia allí. Por suerte mi primo, el aparejador municipal de Aridane, perdió una bodega y una finca que arrasó por completo la lava. Digo por suerte porque no vivían de eso. Era una parcela donde cultivaban viñas de uva, una explotación familiar destinada a uso particular y reuniones que en cualquier caso, tenía un significado emotivo entrañable. Muy sentimental. Y no ha quedado nada.

-¿Qué queda tras el paso de la lava?
-Tras un volcán no queda nada… (silencio emotivo). Hoy tienes una finca de la que vives (muchos vecinos tienen trabajos encuadrados en el sector primario) y mañana no la tienes. Muchas personas han perdido su casa en plena hipoteca, ha arrasado su forma de vida. Y ojo…por donde pasa la lava no hay posibilidad de tener más vida. Por eso se llama malpaís: después de un volcán es el final, el malpaís…

– Y a día de hoy…
-Cada día es diferente, ahora la gran preocupación es cuándo acabará todo ésto, la incertidumbre es que hoy tienes tu casa y mañana no sabes… . La gente vive altos y bajos. Emocionalmente es duro.

– ¿Cómo se convive con un volcán?
-Es atronador. En todos los sentidos. El ruido te atormenta. Mi tía está tan cerca que no duerme. El estruendo no te deja desconectar. En la televisión no es la misma perspectiva.

– Debe ser duro residir aquí mientras ves a través de una pantalla tu tierra arrasada por un volcán.
– Al principio estaba 24 horas pegado a la televisión. No pensaba en otra cosa. Luego cuando lo asimilas y se estabiliza la situación ya intentas desconectar, por tu bien…

– ¿El volcán os ha acercado un poco a la península?
-En ocasiones se paga la insularidad. Cualquier artista, por ejemplo, que quiera crecer tiene que irse de Canarias. Estamos muy limitados y muy influenciados por la raíces americanas. De ahí que sea difícil limar esas diferencias. Hay un movimiento de personas que estiman que España trata mal a los canarios. Eso está ahí. También es cierto que los españoles disfrutan mucho en Canarias y que las relaciones son buenas.

– ¿Qué les pediría a los asturianos y vecinos de Salas?
-Yo siempre defiendo la cocina asturiana. Y el canario, como ocurre aquí, defiende su identidad. Yo que, en calidad de cocinero, he defendido los productos asturianos ahora pido que consumamos plátanos canarios que en el caso de La Palma suponen el 50 por ciento de la producción total del archipiélago . Una pequeña ayuda supone mucho. (Me abraza)

Deja un comentario

Your email address will not be published.