Publicado el: 07 May 2022

Danone nos deja…tirados

 

Manolo JIMÉNEZ

El cierre de la factoría de Danone, un mazazo devastador en todos los órdenes para la Comarca, es plausible desde el orden económico,  descorazonador desde el social. Que una firma asentada en el suroccidente desde hace décadas que creció con la ciudadanía y cuyos trabajadores han dedicado toda una vida, entregada a sus obligaciones, a la causa de esta fábrica y de esta empresa, se vaya de la noche a la mañana representa la esencia del mercantilismo despiadado que nos asola.

Escucharán cantos de sirena, lavados de imagen, cortinas de humo de aquí a finales de año en torno a este desmantelamiento pero la cruda realidad es que este éxodo se ha cocinado a fuego lento, desde hace tiempo. Los planes de las grandes firmas, así ocurrió con la de bebidas Coca Cola y su factoría en Siero, pasan por la concentración de plantas y reducción de gasto corriente. La rentabilidad en este mundo feroz prima por encima de todas las cosas. Como diría el sabio de Hortaleza: “Ganar, ganar y volver a ganar…” (mucho dinero). Eso es la vida hoy en día. Es cierto que la factoría se ha quedado limitada en relación a los otros centros de producción, que los Danonino y los productos de queso y choco van en dirección contraria a la alimentación saludable que marca la OMS. Es cierto que la factura eléctrica, las comunicaciones y el contexto actual no invitan a dispendios pero nobleza obliga. Cada año Salas da beneficios, según relatan los ejecutivos en sus encuentros con los trabajadores, lo que en Barcelona le sirvió en en su día el  calificativo de la “gallinas de los huevos de oro”. La cualificación de los trabajadores, populismos aparte, es muy alta, y la integración en los territorios con nuestras ganaderías y sus gentes indisociable.

Da igual. La pela es la pela. No albergo esperanza alguna. Danone nos deja tirados. Se ha dejado morir el proyecto, sin carga de trabajo ni plan de viabilidad ni inversión, tal y como denuncia el comité de empresa. Sólo espero que se dé una solución a todos los trabajadores, incluidos los auxiliares de las subcontratas, se gestione un plan en estos terrenos y alguien en Oviedo o en Madrid comience a trabajar ya para revitalizar esta comarca. De lo contrario en unos años, en Salas,  serviremos café a los lobos, daremos Pilates a los osos y en las autoescuelas enseñaremos a conducir a los corzos.

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