Publicado el: 26 Ene 2023

Peyroux, novela nueva entre lo divino y lo humano

El escritor tevergano publica ‘En el siniestro brazo’ ambientada en una abadía en los años 50 del siglo XX

Celso Peyroux / Foto de Pablo Lorenzana.

F. R. / Teverga

El escritor tevergano Celso Peyroux acaba de publicar su quinta novela En el siniestro brazo, ambientada en una abadía en los años 50 del siglo XX, un relato que fue posponiendo «y que ya tenía ganas de escribir».

– ¿Su quinta novela? –

Pues sí. De los 34 libros publicados en medio siglo de actividad literaria, esta entrega es una nueva novela que hace tiempo tenía ganas de escribir. Entre ensayos, relatos, poemarios, cuentos y mi actividad como cronista de Teverga y miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos, lo fui dejando hasta que por fin me decidí a su publicación. Pero creo haber acertado porque en tan solo tres semanas la edición está a punto de agotarse.

– Una novela que se enmarca, segun su propia calificación, en el «realismo esotérico» ¿se diferencia mucho de sus anteriores trabajos? –

La diferencia es muy sustancial toda vez que intento engarzarla en un nuevo estilo que se aleja bastante de las anteriores. No se trata de un movimiento literario o corriente de relato novelístico, pero el ‘realismo esotérico’, término que acuña por primera vez un hispanista catedrático jubilado de la universidad de Toulouse y buen amigo, desde hace muchos años, va más allá del realismo decimonónico de Balzac o Tolstoi, y del también llamado realismo mágico de los novelistas latinoamericanos de mediados del pasado siglo que representa fielmente la realidad y se caracterizaban por la inclusión de elementos fantásticos en la narración de la obra. Lo esotérico, la misma palabra lo dice, es aquello que es inalcanzable a la mente humana. El paradigma más acertado para su definición se encuentra en el capítulo XVII de En el siniestro brazo, título de la obra, en el que dos imágenes del templo de la abadía tibericense toman vida en la noche de Jueves Santo y luego, de una largo y profundo diálogo, regresan de nuevo a sus hornacinas. Las relaciones entre dos personas difuntas que salen del camposanto en noches de plenilunio a pasear por las orillas del río Cartiana puede ser otro ejemplo de realismo esotérico.

– Hay en esta novela referencias a Teverga y al colegio de San Pedro ¿Aparecen sus propias vivencias? –

El tiempo y el espacio en el que se sitúa la novela puede ocurrir en cualquier abadía de la región o en Europa. Bien es cierto que las aulas del viejo colegio de San Pedro de Milanera y la torre de don Pedro Analso pueden servir de escenario con hechos acontecidos y vivencias de la juventud. Lo cierto es que cientos de abades y sacerdotes se han secularizado, se han enamorado y han vivido capítulos de verdadera pasión y erotismo. También la tragedia humana está presente y lo divino y lo humano forman, desde luego, una bella simbiosis.

– ¿Trabaja ya en algún nuevo proyecto literario? –

Sí. La pluma se desliza en negro sobre blanco en el momento más inesperado y habrá que estar atento cuando las musas llamen a la puerta.

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