Total pa ná Por Juan Carlos AVILÉS “¡Que pare el mundo, que me apeo!”, dirá más de un espíritu mansurrón ante semejante disloque universal. Basta con asomarse a la tele, o a los diarios, o simplemente a la ventana, para que el desaguisado te cale los huesos, y el alma, aterida, se encoja como el...