Publicado el: 07 Ago 2017

[Perfil] Rosa Manzano: «Vuelvo al lugar al que pertenezco»

La acuarelista, que dejó Quirós con cuatro años, regresa a sus orígenes con una exposición en el Museo Etnográfico, que se inaugura el próximo viernes

Rosa Manzano, pintando

Beatriz Álvarez/Oviedo

Quedo con Rosa Manzano en Oviedo un día gris, de orbayu y niebla. Al día siguiente se va a Caminha (Portugal) a participar en un encuentro de acuarelistas junto a Francisco Castro, que es junto a José Manuel Mendez, uno de sus referentes en esta disciplina. A la vuelta de Portugal tiene que montar su exposición en Quirós. La finalidad de nuestro encuentro es hacer una foto para ilustrar este texto, pero el día no acompaña. Rosa me dice que me manda una y entonces charlamos de ayer y de hoy. Las dos coincidimos que estos días tan asturianos, tan quirosanos, tienen su encanto. De hecho la exposición que inaugura el próximo viernes lleva ese título, «Nel color de la niebla alcuentro abelugu». Un título sugerente que nos conduce a ver, por ejemplo, «al teixo de Bermiego bailando entre la niebla» junto a la espadaña de la iglesia de Santa María que se erige a su lado.

Rosa nace en San Salvador (Quirós), hija de Mercedes de Villaxime y de Julio de Pasolrío. Cuando tiene cuatro años, buscando un futuro mejor, sus padres dejan Quirós y se instalan en Oviedo, rompiendo así su vinculación con su tierra natal, sin embargo, la inquietud por volver permaneció siempre viva en ella. Guarda muy pocos recuerdos de aquellos años en San Salvador primero y en Bárzana después donde nace su hermano pequeño, el hoy reconocido escultor Adolfo Manzano. Cuenta, con una sonrisa, que siendo muy pequeña hizo un dibujo que todos celebraron y que quizás fue entonces cuando empezó su pasión por la pintura. Años más tarde, vuelve a Quirós, ya es una mujer hecha y derecha que conduce su propio coche. Recuerda que casi se pasa de largo de Bárzana: «Cuando me quise dar cuenta había salido de Bárzana. Lo recordaba todo mucho más grande». Desde entonces ha seguido yendo sobre todo a visitar a su primo Gerardo, el de Pasolrío. Y es él, en parte, el culpable de esta exposición. Cuando Gerardo conoce la actual dedicación de Rosa a la acuarela le dice que porqué no se anima a exponer en Quirós y así «un poco de forma casual Gerardo habló con Eva y Eva se puso en contacto conmigo».

Ante la exposición que se inaugura a las 19,30 de este viernes día 11 y que se podrá ver hasta el 31 de agosto, su primera exposición en solitario, declara estar un poco nerviosa y muy emocionada: «Creo que es intrínseco al ser humano volver a la tierra donde naciste y te criaste. Siento que vuelvo al lugar al que pertenezco. El Museo Etnográfico de Quirós es un escenario privilegiado, estrenarse en casa y en ese sitio…, es como un sueño. Además con Alva he conectado muy bien.»

El teixo, acuarela de Rosa Manzano

La muestra que trae a Quirós está formada por unas veinticinco acuarelas de distintas dimensiones que ha pintado a lo largo del último año. Al principio quería que fueran solo escenas del concejo, pero no había tiempo y descartó la idea. Así y todo hay algunas pintadas ex profeso para esta ocasión: el pantano de Valdemurio, los Molinos de Corroriu, el Palacio de los Miranda en Llanuces y el teixo de Bermiego, junto a ellos se incluyen otros árboles, dunas, marismas, etc. Respecto a la acuarela que ilustra el cartel de la exposición nos cuenta que «el día que la pinte había intentado dibujarlo varias veces y sobre las tres de la mañana decidí dejarlo. Cuando me iba a acostar, pensé venga, una vez más y entonces el poderosísimo árbol dibujóse solu.»

Nos cuenta que siempre dibujó «pero a los 16 años tuve mi primer contacto con la pintura en la escuela de Artes y Oficios de Oviedo. El procedimiento de la acuarela lo descubrí muchos años más tarde, de modo casual. La formación académica es fundamental para el desarrollo creativo. En mi caso, cursé estudios de pintura en la Escuela de Artes y Oficios en Oviedo y también de dibujo técnico (delineación). Luego acudí a clases impartidas por el pintor asturiano Carlos Sierra, y más recientemente, y en relación con la acuarela, acudí, y sigo acudiendo, a cursos con notables artistas del panorama mundial». Cuando le pregunto que por qué acuarela, me dice que «Tuvimos un taller mi hermano Adolfo y yo, pero cuando él empezó a profesionalizarse y a necesitar más espacio, lo dejamos, entonces para pintar en casa, si no tienes sitio, es mejor la acuarela. Además de un tiempo a esta parte la acuarela vive un momento de esplendor. Hay un punto, que casualmente coincide cuando yo empiezo, hace unos seis años, que todas las propiedades del pigmento mejoraron de forma extraordinaria y con ello mejoraron también la permanencia, la resolución, la transparencia.»

Rosa participa habitualmente en certámenes de pintura al aire libre. Comenta como idea que ligar un lugar a uno de estos certámenes atrae a mucha gente. «Tener un certamen es muy atractivo y da visibilidad a un sitio». Actualmente está inmersa en el proceso de formación de Acuarelastur, Agrupación Acuarelistas de Asturias, asociación que agrupa a más de cincuenta miembros y que está empezando a dar sus primeros pasos. Esta asociación celebrará el viernes por la tarde previo a la inauguración de la exposición una sesión de acuarela «plein air» en las instalaciones del museo.

Dice Sabina en sus «Peces de ciudad» que «al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver». Sin embargo, Rosa Manzano apuesta por volver a casa, a encontrarse con sus raíces y sus paisanos y serán la familia y los amigos, no la niebla, según sus palabras y su deseo, los que la «abeluguen» en lo que seguramente será una inauguración llena de la emoción de alguien que sí es profeta en su tierra.

 

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