Publicado el: 11 Oct 2015

El tesoro olvidado de Trubia

Elena Nieto Torrejón / Documentalista

El patrimonio de la villa cañonera sigue siendo una asignatura pendiente

Laboratorio de micrografía. Análisis micrográfico. Foto de Ana Mateo

Laboratorio de micrografía. Análisis micrográfico. Foto de Ana Mateo

Trubia. Por la carretera general, entre enrejados, se vislumbran figuras. Son edificios, uno detrás de otro, viejos, entregados a la naturaleza, escondidos, callados, ausentes… como Titanic varados en la superficie, de una belleza que te transporta al pasado. ¿Qué ocurrió? Se antoja descubrir sus historias. Entonces es cuando, después de divagar, imaginar, piensas en su capacidad de transformación, lo imponente de su presencia, el entorno privilegiado. La suma equivale y nos lleva a una sola frase: una segunda oportunidad.
Trubia mantiene su valor cultural e histórico a la sombra, su memoria, la herencia histórica. Hablamos de lugares recuperables, con relevancia local, regional y nacional.
¿Por qué es importante recuperar este patrimonio? Porque por sí mismo explica una historia, tiene un sentido, ocupa un lugar en el espacio y reutilizarlo daría la oportunidad de conectar con el pasado y reconectar con el lugar de donde vienes, donde vives, encontrar una identidad.
La Fábrica de Armas fue la más importante de España en su especialidad. Después de muchos años, lamentablemente, algunas edificaciones sufren un importante deterioro, pero aún se mantienen en pie, omnipresentes en la historia y el paisaje de la población.
Se ha de plantear un proyecto cultural viable. Una oportunidad para dar un impulso socioeconómico y cultural a la zona, aunque es un proyecto que promete ser duro. Es necesaria una respuesta serena y firme por parte de las instituciones, tanto del Ministerio de Defensa como del Ayuntamiento de Oviedo y el Principado de Asturias, claves en este proyecto, que participarían en el honor y el deber de promover y custodiar las mejora de todo un entorno en pro la sociedad.
Lejos de esto, sentada en el muro, al lado del río Trubia y a lo largo de parte de su recorrido, presencio el magnífico espectáculo al atardecer, cuando las luces y las sombras están poco definidas. Es reconfortador y relajante asomarse a ese balcón y admirar la asombrosa armonía que logró el hombre con la naturaleza en el entorno de la localidad. Imposible no detener la vista y su meditación en la obra y el significado histórico, social e industrial de la Fábrica de Armas de Trubia, de los edificios residenciales que la complementan y acompañan a lo largo de los años.
Podemos, ahora, hacernos una idea de lo que significaron estas construcciones, vinculadas íntimamente a la vida de las gentes del lugar, padres, hijos, nietos, generaciones que, por testimonios de vida y de estudio riguroso, fueron una sola cosa, vida-sociedad-cultura-trabajo. Ahora, el devenir histórico ha dibujado este paisaje de abandono, testigo de su grandeza y de su declive. Es necesario un esfuerzo continuo e inteligente para ganar el pulso al estancamiento, a la apatía. La memoria de una comunidad es algo que hay que construir positivamente, conservar, para dar equilibrio y forma a espacios que son recuperables.
Pero pese al indudable interés patrimonial de estos bienes muebles e inmuebles, lamentablemente no han tenido la protección que merecen. Estas edificaciones serían magníficas sedes para, por ejemplo, Archivo Histórico, sala de exposiciones, sala de reunión de organizaciones, asociaciones, intelectuales, estudiosos, biblioteca para niños y jóvenes, zona de dinamización, adecuación de áreas para atraer empresas como centro de trabajo (alquiler de oficinas), salas de trabajo, de estudio, de arte, de cultura. Lanzar los más de dos siglos pasados a la actualidad, en edificaciones perfectamente aprovechables que, además, conservan el espíritu de antaño.
El modelo de pueblo-industria de Trubia, se debe a la arquitectura propiamente industrial a la que se suman los edificios destinados a residencia y equipamientos sociales. Entre el patrimonio arquitectónico reutilizable se encuentran: la casa del director, el Casino de oficiales, la Residencia de Ingenieros, pabellones de oficiales, pabellones del Vasco y Laboratorio. Son edificios que están en mal estado de conservación, sufren el mayor deterioro, a pesar de su notable interés.
“Ciertamente, la continuidad en la actividad productiva de la fábrica ha sido el mejor garante de la preservación de su patrimonio, pero no es menos cierto que se han perdido valiosas piezas, salvo honrosas excepciones, respetuosas con el valor documental y estético de los edificios”, afirma en su estudio sobre la fábrica Natalia Tielve.

Desde óleos de Paulino Vicente a bronces de 1846

Los archivos de documentos, guardados en la torre de la factoría, conservan el rastro de la vida de cientos de trubiecos

Estación del Vasco, en Trubia

Estación del Vasco, en Trubia

La Fábrica alberga gran cantidad de bienes muebles, como pinturas o bronces. Hay óleos, realizados algunos por el pintor asturiano Paulino Vicente, retratos del General Cubillo, el Comandante Pomares, el General Elorza o el General Esteban, entre otros muchos; elementos ornamentales: vidrieras -como en las que se reproduce el emblema de artillería y de cada uno de los talleres en lámparas- cierres, verjas, puertas y toda clase de herrajes, utilitarios o decorativos; objetos litúrgicos vinculados a la capilla, piezas escultóricas que representan a Santa Bárbara y a Cristo Crucificado; piezas escultóricas de fundición realizadas en hierro y bronce documentadas desde mediados del siglo XIX: bustos de personalidades ilustres de la política o del ámbito militar como el de Gaspar Melchor de Jovellanos, el Conde de Toreno, Francisco Antonio Elorza, Pedro Velarde y Santillana, María Luisa Fernanda de Borbón. En total, se conservan más de una treintena de piezas producidas desde 1846. Hay fuentes, obras de rejería, balaustres, escaleras, adornos, campanas, etc.
La Torre, situada en lo alto del edificio de oficinas centrales (1918), sirve de depósito para una parte importante del archivo histórico. Teniendo en cuenta su interés y en atención al valioso patrimonio documental que acoge, se deben acometer urgentemente obras de restauración o, por lo menos, de reparación y que se ponga a buen recaudo la documentación.
La riqueza documental de los depósitos de la fábrica, es digna de exposición y puesta en valor como patrimonio documental. De este modo se frenaría la pérdida de información que por destrucción o expolio se ha venido dando en los últimos 30 años.

Laboratorio / Foto Ana Mateo

Laboratorio / Foto Ana Mateo

La Fábrica de Trubia existe desde hace más de doscientos años. En el desarrollo de su actividad se ha generado documentación que representa la historia viva de la empresa: estudiantes, trabajadores, militares, familias, profesionales de primer orden, todo unido conformaba una cuidada comunidad. Los fondos documentales de la Fábrica de Armas de Trubia representan una de las más importantes huellas en su género, por trayectoria, por brillantez pionera y excelencia en su conjunto. El patrimonio documental de la Fábrica de Armas está considerado como uno de sus más importantes vestigios materiales, en consecuencia, su recuperación y conservación deben ser en estos momentos una tarea prioritaria. Tengamos en cuenta que los orígenes de la Fábrica de Armas se sitúan a finales del siglo XVIII, su desarrollo ha sido un ejemplo de proliferación empresarial, de avances técnicos y tecnológicos. A su vez, por su génesis y la identidad que posee como fábrica de armamento que depende de un Estado, un gobierno, un devenir histórico, ha vivido todo tipo de convulsiones sociopolíticas, guerras, sublevaciones, situaciones que se plasman en la documentación. Documentos que reflejan vivencias personales y que estas vivencias, unidas, conforman una imagen global y clara de cómo se vivieron ciertos momentos de la historia.

La biblioteca custodia 9.000 volúmenes

La Fábrica de Armas trubieca mantiene –gracias, en parte, a la intervención y preocupación de la Comisión Inspectora, sección militar dentro de la Fábrica- en buen estado de conservación una imponente y cuidada biblioteca que atesora una gran riqueza en cuanto a patrimonio bibliográfico, un fondo muy variado de valor histórico incalculable. El fondo no solo lo conforman volúmenes de temática militar, sino de muy diversas materias, dato que muestra el interés que siempre manifestó la factoría por la formación de sus trabajadores, alumnos de la Escuela de Formación Profesional y Oficiales.
El fondo actualmente cuenta con aproximadamente 9.000 volúmenes, según los datos recogidos en el censo realizado en el año 2002 por Natalia Tielve, si bien, según un libro de registro se evidencia que en el año 1994 existían un total de 11.394. Es decir, parece que ha habido en las últimas décadas una importante pérdida.
Aun así, el fondo bibliográfico conserva obras de gran relevancia con un valor histórico considerable, de materias que responden a las más variadas disciplinas. Destacan también la importancia de muchas de las ediciones. Los ejemplares más antiguos datan del siglo XVIII (1725). Por desgracia, es mucho lo que se ha perdido, y es urgente intervenir con rigor para detener el deterioro.

Un kilómetro de documentos

Maquina abandonada / Foto Ana Mateo

Maquina abandonada / Foto Ana Mateo

La documentación de la fábrica de armas de Trubia recoge muchas vivencias personales.
En el caso de la Guerra Civil Española se relatan pérdidas humanas, familias distanciadas, traslados de personas a otras zonas de la geografía, incluso al extranjero, lo que implicaba un traumático desarraigo familiar…Hay comunicaciones de pésame a familiares (esposas, madres…etc.y en todos estos papeles se palpa la esencia de los sentimientos de las personas que los escribieron.
El fondo carece de criterio archivístico, ordenación y conservación. Cuenta con una variada tipología documental, libros, publicaciones, planos, fotografías (fondo por desgracia bastante mermado, casi inexistente), expedientes, correspondencia personal, etc. El total aproximado es de unos 1.000 metros lineales.
El fondo documental se encuentra actualmente repartido en varios depósitos. Lo más antiguo nos sitúa en 1812 y hasta 1986. Aunque este dato podría cambiar, pues en los trabajos de clasificación y recuperación que se están llevando a cabo en La Torre, están descubriendo nuevas piezas que hasta el momento eran invisibles debido a que, entre otros motivos, no existe inventario ni clasificación exhaustiva, fiable y actualizada. Solamente en este depósito se encuentran 135 metros lineales de documentos, legajos, además de planos, unos 150 tubos porta planos con una media aproximada de 25 planos cada uno, a los cuales se les proporcionará el tratamiento adecuado y su puesta en conocimiento y valor.
Existen otros dos depósitos de mayor envergadura que triplican el volumen de La Torre.
En este edificio se conservan escrituras, certificaciones, libros de órdenes, cuadernillos cosidos, manuscritos, expedientes personales, relaciones de personal, presupuestos, proyectos, solicitudes, becas, gran número de libros de contabilidad, de caja, de entradas y salidas, de jornales, de actas, de autoridades, acuerdos, libros mayores, de gastos generales, etc.
En cuanto al fondo de imagen fija, la fábrica contaba con un taller de fotografía, situado en el laboratorio. Según el censo realizado por Eduardo Núñez (1999), aquí se localizaba un volumen de imágenes de gran valor de las cuales en la actualidad no queda nada y explica que este fondo “se encuentra seriamente mermado desde 1997, fundamentalmente por expolio indiscriminado”.
Nuñez ya insistía hace 16 años en la relevancia del patrimonio documental, “en su lamentable estado de conservación en el que éste se encuentra y, consiguientemente, en la acuciante necesidad de tomar medidas en aras de su preservación para evitar un deterioro irreversible e incluso su desaparición”.

¿Y el fondo fotográfico?
Desde que Núñez diera la voz de alarma nada se ha hecho y, por poner el ejemplo más representativo, el fondo fotográfico es inexistente en la actualidad.
En el Archivo Histórico se necesita urgentemente un “barrido” en el que se debe localizar cada documento, fotografía, plano, volumen, así como un inventario para su reagrupación, contextualización y conservación en condiciones dignas.
Los inventarios que aportaron los trabajos desarrollados en 1999 por Eduardo Núñez y en 2002 por Natalia Tielve, son censos sumarios debido, al menos en el segundo caso, al exiguo tiempo que pudo dedicar.
Las labores de recuperación se deben extender a la totalidad de los depósitos, la Fábrica de Armas de Trubia porque es documentación representativa de la historia de un país e imagen de la evolución y revolución empresarial en Asturias.

Apoyo institucional necesario
¿Quién no siente admiración por estas edificaciones, su entorno, las características de su arquitectura, el mobiliario que aún se conserva, la vida que hubo, que se intuye a través de sus pasillos…?
Es necesario el apoyo institucional, un consenso para dar un tratamiento responsable y riguroso a este legado, contemplar la rehabilitación y reutilización de los edificios susceptibles de ello y también los que se encuentran al margen de la producción de la factoría. Sería aconsejable realizar la segregación de los mismos para su reactivación e integración social para poner a Trubia y su magnífica historia en el lugar que le corresponde.

Tratamiento global
Es indispensable el traslado de la documentación a un espacio adecuado vinculado a la fábrica. La totalidad del fondo documental que se conserva en distintas dependencias se debe tratar como un conjunto unido y a la vez vinculado inexorablemente a la fábrica.
Eduardo Núñez habló en su trabajo sobre “estrategia de integración”. A su entender, sólo en casos excepcionales, relacionados, en particular con la desaparición o destrucción irreversible de su entorno industrial podría justificarse el alejamiento de los fondos documentales de su lugar de origen. Esta estrategia de integración, además, desde una perspectiva más utilitarista, debería tener en cuenta la explotación cultural de este patrimonio documental en el marco de proyectos de recuperación y puesta en valor del Patrimonio Industrial así como en iniciativas más globales de desarrollo territorial”.

Comentarios:
  1. Margarita de Miguel Martinez dice:

    Toda mi familia materna, nacieron en Trubia, empezando por mi abuelo Olegario Martinez. Mis tios, han sido aprendices en la Fabrica de Armas.Algunos continuaron trabajando en ella, otros no, pero la buena formacion profesional que recibieron en ella, les sirvio muchisimo en sus posteriores trabajos. En Trubia, pasaron la Guerra Civil y la Postguerra. Mi madre, me ha contado anecdotas de todo tipo, unas buenas y otras no tanto. Tambien uno de mis tios Cesar Martinez, siendo joven, se encargaba de que en Trubia, se proyectaran en el Cine, peliculas de muy buena caldad. Ha sido para mi un placer, poder tener esta oportunidad

  2. luis dice:

    El tesoro olvidado de Trubia, da para una Enciclopedia, pero el tesoro olvidado de La Vega, con el «supuesto expolio de su Biblioteca, maquinaria, instalaciones, talleres, oficinas, departamentos, etc» darían para una película digna de Woody Allen: a medio camino entre el drama, la tragedia y la comedia. Y lo lamentable, es que dicho «supuesto» expolio» fue denunciado por la Asociación 55 despedidos 55 despedidos General Dynamics – Fábrica de Trubia​ a todas las Instituciones Locales, Regionales y Estatales, a todos los políticos, alcaldes, concejales, diputados autonómicos, nacionales…..En fin. Esto es lo que les importa su «Asturias Paraíso Natural».

  3. borja dice:

    mucho nos gusta copiar de los europeos y americanos pero a medias privatizamos la sanidad como en eeuu pero en cambio rechazamos todas las ayudas que hay en eeuu para montar un negocio y en el tema de la cultura andamos 500 años de tras de los americanos
    los americanos tiene grades museos en casi todos los generos aqui mietras despreciamos la guerra civil española por uno y otro bando los americanos tiene un gran respeto por su guerra de cesecion donde los articulos mas valiosos son del bando revelde los museos estatales son tam pequeños que es lo que un particular tiene como colecion privada nuetros museos son pequeños palacetes con 4 objetos en museo de la ciencia eeuu que lo lleva la nasa es tan grade que tiene asta un parque de atraciones y aqui tenemos alguno un poco grade y sin inagurar tienes elde la informatica que tiene ordenadores preistoricos como abacos el del ejercito del aire tiene casi todos los aviones del mundo menos ant 224 y este no lo tiene porque solo hay uno contruido tiene museos de barcos de guerra como el arizona este ademas considerado tumba o el missuri barco museo que con las visitas y con escenarios de pelis y donacion del ejercito y veteranos se mantiene a flote ademas este barco ademas de estar dado de baja si estados unidos necesitara barcos en una hipotetica guerra volveria a entrar en servicio ya que cuado se retiro la orden de eeuu para el missuri tenia que tener un remate de piezas y municion y que se nos ocurre a los españoles cuado un barco de guerra es obsoleto y no es retable su mantenimiento desguazarlo di que si tenemos unos minitros de defesa muy inteligentes que no es retable vale pero cual es el coste anual de matenerlo activo y tenerlo parado por lomenos el ahorro es casi de 70% por no decir mas el gasto de combustible es cero o muy poco con que le pusieran combustible una vez al año y un par de horas para que no se gripe el motor me refiero al principe de asturias con estos antecedentes no me estraña que desapareca el patrimonio de la fabrica de armas

  4. fjsrodrigo dice:

    Hay muchos agentes involucrados en esta historia como para que quede en el olvido. Hay que moverlo, promoverlo, difundirlo….Muy buen trabajo Elena. A mi lo que se me ocurre es un buen guion cinematografico. Tienes todo los elementos para ser llevada al cine.

    • Elena Nieto dice:

      Gracias Javier, y a todos los que habéis comentado sobre el patrimonio documental y artístico de la Fábrica de Armas de Trubia. Como bien dices Javier, hay varios agentes involucrados en este tema, o así debería ser…No perdamos de vista nunca que estamos hablando de historia, no lo confundamos con políticas o política…No nos durmamos en burocracias ni jerarquías, esa es la clave del primer paso, de una recuperación, un reencuentro…y sobre todo una esperanza de que las cosas buenas y el trabajo bien hecho tienen el beneplácito del éxito. No sirve de nada lamentarse, quejarse, hablar y no actuar, de nada sirve…por eso hay que llamar a la participación. Unamos esfuerzos para que esta localidad consiga lo que siempre ha tenido, lo que nunca ha perdido pero sí olvidado. Puede que aquellas generaciones que vivieron los años gloriosos de la comunidad trubieca ya sean mayores…, pero tened en cuenta que la gente más joven somos el relevo generacional…peleemos pues para mejorar, para recuperar y después disfrutar de lo conseguido y entregarlo con orgullo a nuestros hijos. De estos trocitos se escribe la historia…, de cada ente, de cada persona que lucha por un bienestar social. Cada paso hacia una mejora local ya es un triunfo.

  5. Diego Navarro dice:

    Buenos días: Mi reciente (y rápida) visita a Gijón no me permitió lamentablemente disfrutar de las Jornadas sobre Patrimonio Industrial pero leí atentamente los reportajes de Elena en La Voz del Trubia. Enhorabuena sincera y gran satisfacción es lo que siente uno al ver estos resultados. No es un mensaje extenso pero sí intenso el dejado en mi Facebook y el compartido con mis alumnos de la facultad. Abrazos y, de nuevo, mi más sincera felicitación:
    «Cuando buenos alumnos consiguen sus sueños y nos ofrecen estos maravillosos ejemplos de entrega, entusiasmo y pasión por el patrimonio documental tal vez nos está permitido pensar con satisfacción en que algo positivo se hace en las clases. Enhorabuena a Elena Nieto por los resultados. Esperamos la exposición fotográfica y las conclusiones de las Jornadas sobre Patrimonio Industrial (Trubia, octubre 2015)»
    Diego Navarro (uc3m.es)

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