Por José María RUILÓPEZ
Se celebró estos días la “III Ruta Vaquera de Alzada de Torrestío” en varias etapas pasando por Teverga hasta esa localidad leonesa. Fue Gaspar Melchor de Jovellanos quien definió a los residentes en las brañas como vaqueiros. Se dedicaban a la crianza de ganado vacuno, y de alzada porque eran trashumantes, alzaban sus asentamientos según la climatología. Los inviernos los pasaban en zonas costeras o de interior (Llanera), y los veranos lo hacían en Torrestío, donde se trasladaban con ganado y pertenencias.
Tal vez su planteamiento vital con movimientos geográficos estacionales los hacía más libres, según Jovellanos; pero también más independientes, incluso podría decirse, aplicando un término actual, que eran progresistas, en contra de la forma de vida de los xaldos, ocupantes estables de territorio agrícola, que no veían con buenos ojos a los vaqueiros y su trasiego de vida arriba y abajo a lo largo de la geografía asturiana.
Los Vaqueiros fueron marginados de modo escandaloso por la Iglesia, según Jovellanos. En ocasiones se les negaba la comunión. En el interior de las ermitas había una baranda que los separaba el resto de parroquianos. Incluso debían acceder al interior por puertas secundarias marcadas con inscripciones en losas del suelo. Quizás la consanguinidad de algunos matrimonios vaqueiros provocaba ese rechazo social.
Mis orígenes vaqueiros vienen por parte de mi abuela paterna, Josefa Álvarez Álvarez, nacida en Torrestío, León, el 27 de julio de 1885 y fallecida en Entrago, Teverga, 27 de noviembre de 1968. Sus padres eran Manuel Álvarez Fernández nacido en Villardeveyo, Llanera, el 15 de enero de 1854, y de María Álvarez Lorenzo, nacida en Bobes, Siero el 28 de noviembre de 1860. Éstos eran primos carnales. El padre de Manuel era Ramón Álvarez Montaña, Bobes, 1826. Y el padre de María era Celestino Álvarez Montaña, Bobes, 1830. Es decir, que el abuelo paterno y el materno de Josefa Álvarez, mi abuela, eran hermanos. Para más datos, los tatarabuelos de mi abuela eran los dos de Villadeveyo. El origen vaqueiro, comprobado, se remonta hasta 1750.
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