Este año se han recibido las inscripciones de 22 familias interesadas en participar en el mismo. Los objetivos planeados en la primera sesión era que las familias se conociesen entre sí y que se relacionasen unas con otras. «Que cada persona y cada hijo  tiene sus propias características y que todos merecemos un respeto. También de que se diesen cuenta de que  las preocupaciones que tienen la mayoría de las familias con los hijos de una determinada edad suelen ser muy parecidas entre sí y que la mayoría se preguntan con frecuencia si estarán educando correctamente a sus hijos», explica la psicóloga Silvia Fernández Suárez, que participa en esta experiencia.

La parentalidad positiva se basa en el respecto a las necesidades de los niños y niñas y en la puesta en marcha de acciones que favorezcan su desarrollo, como pueden ser el fortalecimiento del apego, la interacción a través del juego, la comunicación sin exposición al conflicto, teniendo en cuenta el entorno de cada familia y las habilidades de los padres. Sus defensores señalan que los buenos tratos a niñas y niños favorecen un desarrollo y un bienestar adecuados.