El campo no levanta cabeza al bloquearse el relevo generacional

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La Union de Agricultores constata el envejecimiento de población activa en el campo y las promesas de mejora incumplidas por las administraciones

Imagen de archivo de una manifestación de ganaderos ante la Consejería

Redacción / Trubia

Tiempos difíciles para emprender en el campo. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha presentado un informe que constata la caída en inversiones y en cifras de ganaderos y agricultores en activo a nivel nacional, tras analizar tanto los datos de la estructura de las explotaciones agrarias en España, como el Informe del Tribunal de Cuentas Europeo sobre la incorporación de jóvenes al sector agrario.

El informe alerta de que en España está entre los países con peor tasa de relevo generacional en el campo dentro de la UE. Ello obedece «a la caída en nuestro país del número de titulares de explotación menores de 35 años, que se han reducido a 27.413 en 2016, frente a los 67.724 de 2003», expresa la entidad. En este sentido, la encuesta titulada Estructura de las Explotaciones Agrarias sitúa en un 3,1% la proporción de titulares de explotación menores de 35 años en 2016. Prácticamente la misma (3,0%) que se dio en 2013, pero muy lejos del 6,2% que representaban en 2003, año desde el que la bajada ha sido continua. Contrariamente, el porcentaje de titulares mayores de 65 años ha venido creciendo desde representar un 33,6% en 2003 hasta un 40,3% en 2016.

El envejecimiento en la población activa en el entorno agrícola, por un lado, y la falta de apoyo institucional que fomente inversiones estables en el sector configuran un futuro incierto para el campo. Según la Unión de Uniones, «estas cifras ponen de manifiesto el fracaso del relevo generacional en el sector agrario y de los actuales programas de incorporación de jóvenes agricultores, pese a las campañas de promesas y anuncios que habitualmente se hacen desde las Administraciones”. En Asturias, los informes de SADEI tampoco apuntan a un crecimiento sustancial del sector agroganadero en ninguna de sus ramificaciones, con la salvedad de pequeñas industrias frutícolas, de momento circunscritas a productos concretos como el kiwi o los frutos rojos pero cuyo alcance, de momento, no se acerca al de los tiempos de esplendor de las cabañas ganaderas locales. Por otra parte, la emigración de jóvenes, que en las ciudades es un hecho patente, es un hecho manifiesto en el campo, donde el éxodo rural ha dejado de ser noticia para ser una realidad cotidiana y que en todo el área occidental asturiana se constata con un simple vistazo a las cifras del censo de habitantes.

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