Tres cosas que unen el Camín Real al aniversario de Covadonga

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El Camino de Santiago, la batalla de Olalíes y el traslado de las Reliquias son parte fundamental de la historia del Reino asturiano

Crónica de los actos conmemorativos en la basílica por Esther MARTÍNEZ

Redacción / Grado

(Fotografías de Esther Martínez y Armando Álvarez)

La conmemoración ayer de los centenarios de Covadonga, con la presencia de los Reyes de España y del Gobierno asturiano, se celebró a más de 70 kilómetros de la comarca del Camín Real de la Mesa. Lógicamente, el entorno del monte Auseva, la Basílica y la Cueva son los puntos que explican el origen de un reino, el primero que se alza contra la invasión musulmana. Sin embargo, mucha gente no sabe la importancia que algunos de los territorios de esta comarca tuvieron para la consolidación de este pequeño reino desde el que algunos historiadores consideran que arrancó la Reconquista.

La formación del reino asturiano no hubiera sido posible sin la continuación del encuentro militar de Covadonga en Olalíes, un valle situado en el concejo de Santo Adriano y que conecta con Quirós, paralelo al de Las Xanas. Aunque siempre ha habido debates historicistas sobre su ubicación verdadera (los historiadores clásicos la situaban en Proaza) las últimas investigaciones históricas la sitúan en el actual Valdeolayés, en donde la toponimia y los restos encontrados en algunas excavaciones no dejan lugar a dudas. Se cree que en este valle murió el Gobernador musulmán Munuza cuando estaba realizando su huida hacia la meseta por La Mesa, después de Covadonga, sufriendo una emboscada por las tropas de Pelayo. En Valdolayés se encuentra un panel informativo, muy deteriorado, explicando esta historia.

El segundo hito importante que vincula este territorio a la Historia del Reino Asturiano es el traslado de las Reliquias. Tras la entrada de Tariq y Muza en la Península en 711, la iglesia goda de Toledo, así como muchos vecinos y nobles se refugiaron en las montañas del Norte huyendo de las tropas sarracenas. La leyenda habla de que las reliquias de la Cristiandad que se custodiaban en Toledo fueron trasladadas hacia Asturias, desde el Puerto de La Mesa, hacia el Monsacro (y posteriormente la Cámara Santa de Oviedo, donde se encuentran en la actualidad). El traslado se produjo por tierras de la comarca, atravesando las cotas altas del Aramo. Todavía en ese trayecto existe la llamada ruta de las reliquias, que viene de León, entra en Asturias por Ventana (Teverga) para continuar hacia Quirós. Estas reliquias fueron muy importantes dado que, antes y después de la apertura del Camino de Santiago, eran un centro de peregrinación.

El tercer hito, el más importante para la consolidación del reino astur y su proyección hacia la Europa cristiana, fue el Camino de Santiago. El original, hoy llamado primitivo, fue el que inaugura Alfonso II el Casto desde Oviedo, pasando por Las Regueras, Peñaflor, Grado y siguiendo por Salas y Tineo. Hoy ésta es una de las rutas más importantes de las del Camino, con un cada vez mayor número de peregrinos que atraviesan estos concejos.

Pero además, hay algunos elementos del patrimonio histórico de la comarca que nos enlazan directamente con aquellos tiempos convulsos. Así tenemos los castillos de Alba, en Quirós, y Guanga, en Trubia, hoy prácticamente inexistentes, y que se cree de la época del reino asturiano para controlar el paso de La Mesa hacia Oviedo. Otros son las iglesias prerrománicas de Santo Adriano de Tuñón y la de San Pedro de Nora, de este momento histórico. También existe la leyenda de que en la iglesia de Santa María de Trubia, de origen prerrománico está enterrada Creusa, esposa del rey astur Mauregato. El motivo es que era hermana del obispo de Braga, un gran propietario en este territorio.

 

Covadonga rememora la historia de Asturias

Crónica de Esther MARTÍNEZ

Pasadas las 12 del mediodía y con casi media hora de retraso sobre el horario previsto llegaban a la explanada de la Basílica del Real Sito de Covadonga, los Reyes de España, acompañados de la princesa Sofía y la infanta Leonor, para conmemorar los actos con motivo del I Centenario de la Coronación canónica de la Virgen de Covadonga y de  la creación del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, así como  el XIII Centenario del Reino de Asturias.

El leve retraso se debió a la visita que realizaron en una residencia de mayores de Cangas de Onís, lugar elegido para el aterrizaje del helicóptero y  donde permanecieron veinte minutos departiendo con los residentes.

A Covadonga desde primera hora de la mañana no dejaron de llegar autobuses cargados de curiosos que deseaban vivir de primera mano, el primer acto oficial de Leonor, la heredera a la corona de España.

Con atuendos similares; vestidos firmados por Carolina Herrera, Leonor de  azul pastel y Sofía en tonos rosados, saludaban a las autoridades que les esperaban al pie del vehículo que les transportó desde Cangas.

 

Todas las miradas y todos los objetivos apuntaban a Leonor, que con melena suelta al igual que su hermana se mostraba más tímida que Sofía. La primogénita, casi siempre a la derecha de su padre, buscaba en ocasiones las miradas de aprobación de la reina. No en vano era el primer acto que acudia en calidad de heredera de la Corona, a la misma edad que su padre, que lo hizo en 1977, ésta a punto de cumplir 13 años, aunque esta vez, la niña no habló en público. A la comitiva real les acompañaba el ministro de agricultura, Luis Planas

El presidente del Principado, Javier Fernández, el de la Junta General, Pedro Sanjurjo, la delegada del gobierno Delia Losa y el alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González fueron los encargados de la recepción inicial, en cuanto a las autoridades civiles. El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, el abad de Covadonga, Adolfo Mariño y el Vicario de la diócesis de Oviedo, Jorge Juan Fernández les esperaban en representación de las eclesiásticas. A la entrada de la cueva a la gaita sonó la Jota de Cangas.

Visitaron después la Santa Cueva, donde a las niñas les fue impuesta la medalla conmemorativa del Centenario de la Coronación de la Santina y donde el gaitero Hevia interpretó el himno de Covadonga, que también se estrenó hace hoy cien años.

Tras una breve parada en el túmulo de D. Pelayo se asomaron al balcón de la cueva desde donde saludaron y posaron para los cientos de medios informativos que cubrían la noticia, entre ellos LA VOZ DEL TRUBIA.

 

Posteriormente tuvo lugar una misa cantada en la Basílica donde se encontraban ya presentes todos los expresidentes asturianos, miembros de la Fundación Princesa de Asturias, patronos de la misa y varios alcaldes de ayuntamientos asturianos, entre los que destaca David Álvarez, de Pravia, sede del reino asturiano en tiempos del Rey Silo.

A la salida se celebra una ofrenda floral a la estatua de D. Pelayo en el exterior de la Basílica realizada por dos niños cangueses, Ángela y Javier que fueron más tarde felicitados por la familia real. Mientras tanto la banda de gaitas interpretó el himno de Asturias.

Visitaron además la sala capitular y el museo de Covadonga acompañados del consejro de la Presidencia Guillermo Martínez y el de Cultura Genaro Alonso. A la salida firmaron en el libro de honor de la abadía.

Antes de la visita de la tarde al Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, recibieron en el Hotel Pelayo a todos los invitados presentes.

La comitiva fue despedida con vítores especialmente a la princesa Sofía que saludó e incluso se paró a hacer alguna foto, siempre bajo la atenta mirada de la reina Letizia que vestía totalmente de rojo y que cedió en numerosas ocasiones el protagonismo a su hija Leonor, aunque los presentes alababan la frescura de Sofía, que sin verse sometida a la misma presión que su hermana repartía sonrisas y saludos.

 

 

 

 

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