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Dejarnos vivir y cuidar de lo nuestro

Inicio Quirós Dejarnos vivir y cuidar de lo nuestro
Por Cris Álvarez

Vecina de Villamarcel (Quirós)

Las imágenes hablan por sí solas, no cabría decir mucho ayer, pero ahora toca hacer balance. Ayer no comenté nada por la preocupación, los nervios, la desolación y también por prudencia, no quise opinar así “en caliente”, y aunque aún quedan rescoldos hoy sí que toca, vamos por partes y poco a poco.

Sin entrar en el tema del origen y de los culpables, que de eso ya se ocuparán los payasos justicieros, sí, esos que con sus santas narices señalan a los ganaderos, a los habitantes de los pueblos en general, que ayer también tocó oír eso de “la culpa es de los vecinos que prendéis fuego”, decirles que nos encanta tirar de cerilla para después andar con postes y alambre cerrando las fincas, los que quemamos el cierre somos tontos, los del pueblo somos unos catetos que primero quemamos para luego gastar perras y tiempo en cerrar los praos. También nos mola apagarlo a nosotros y pasar el gran sofocón pa que no se nos quemen los establos. Nos mola mucho que si queremos apagar el fuego del cierre del prao los bomberos nos manden pa casa, porque como ellos son los responsables tenemos que dejar que queme el zarro y quedarnos mirando junto a ellos, que también se quedan mirando, ni intervienen ni dejan intervenir.

Desde mi ignorancia y desconocimiento en extinción de incendios no voy a entrar a juzgar el trabajo de nadie y menos el de los bomberos que hacen su labor dignamente ateniéndose a sus normas y protocolos y ponen en juego sus vidas, algo que de por sí merece el mayor de mis respetos y admiración. Ellos hacen lo que les mandan y lo que pueden, pero el zarru ye del paisanu y está viéndolo arder sin poder tirarle un calderáu de agua porque el bombero tien orden de que los paisanos pa casa. La colaboración vecinal para la extinción de incendios desestimada y despreciada por una cuestión de protocolos. ¡La de veces que los paisanos apagaron fuegos y no apareció ni el Tato!,

Estamos a principios de marzo con temperaturas de hasta 27°, el año pasado por estas fechas había nevado, hace bastante que no llueve y está todo muy seco. El viento también colaboró con que esto fuera peor, el montón de árboles y ramas que se rompieron y quedaron tirados por todos lados desde la nevada de octubre fue leña para el fuego y el estado de los montes, todo matu, y en el parque natural… si es que ayer se daban todas estas circunstancias, ¿ayer?

Preguntémonos ¿por qué ye todo un matu?

En esta zona del parque natural no se puede ni cortar un palo sin permiso, no se puede quemar un montón de broza sin permiso, tienes que tener un número limitado de caballerías, etc. etc. y muchos etc. más que nos imponen y nos limitan, normativas elaboradas desde un despacho que sólo piensan en lo guapo que ye venir al monte los domingos con la Nikon y un gran angular y hacer fotos a los osos y a los lobos. Esa ye otra, ahora ya hasta pocos jabalíes quedan, volviéronse urbanitas y gústales más San Lázaro y La Florida que los montes de Quirós. ¿Y eso? ¿será que les mola más la basura de los cubos que fozar un castañeu? Mirai a ver si ye que igual hay un exceso de lobos bien alimentaos con los xatos de los paisanos y los echan a fozar pa la ciudad. ¿Esto ye un ecosistema en equilibrio?

Habrá que hacer mirar esto del afán proteccionista de las Administraciones, tanta prohibición, tantas limitaciones en la zona rural, no sé … ¿está dando algún resultado? Pa muestra un botón, se prohíbe cortar acebos. ¿Cómo están ahora los acebos? Mirai a ver si tan mejor desde que se prohibió, y esto por hablar sólo de acebos que ye una especie autóctona y protegida. Y ahora pregunto yo ¿por qué se permite plantar un pinar al lado de un núcleo de población? Otra pregunta, ¿por qué no se pueden hacer quemas controladas como se hacía antiguamente en las oxas pa mantener el monte limpio y no se hiciera todo un matu? ¿por qué no se puede podar un fresno (antes las vacas comían la hoja del fresno) o un roble o cortar unos palos de avellano pa les fabes?

Pues yo que no soy bióloga, que no tengo ni idea de flora y fauna, que de lo único que sé ye de cuidar de lo mío y lo mío ye el mi pueblu, las mis fincas, el mi monte, la mi xente. De lo único que sé ye de cómo las generaciones precedentes lo cuidaron y lo mantuvieron hasta nuestros días, ahora sólo sé que no nos dejan cuidarlo como nos enseñaron los padres los y los güelos. Ahora sólo sé cómo desde un despacho nos imponen normas y prohibiciones que nos abocan a desastres de este tipo. Sólo sé que mientras la zona rural se convierte en un matu pa osos, lobos, raninas de colores y animalinos guapos pa la foto del domingueru, tenemos que escuchar que nosotros lo quemamos, metiéndonos a todo en mismu sacu, para tener más pasto. ¡Si cada vez hay menos ganao, sobra pasto, sobra monte!

Cabemos todos, osos, lobos, domingueros, guardas de montes jubilados llamando la atención a un ganadero porque se le hizo de noche en el monte, hasta las fatos que dicen que cuidan del monte pero lo que hacen ye venir a joder al catetu pueblerín y a soltar faltosaes por doquier. Sí, cabemos todos, pero ayer cuando estaba quemando el monte ¿dónde estaban esos que tanto cuidan y protegen, los de la Nikon con el gran angular, los que usan las pistas de uso exclusivo ganadero para subir en el coche a comer el bocata en el monte y dejar tirado el papel de Albal y la lata Coca-Cola?. Ayer no apareció ni el Tato a ver si hacía falta echar una mano a los vecinos de Villamarcel o Ronderos, solo aparecieron unos chavales de Llanuces y Villagime a ver en qué podían ayudar, muchas gracias rapaces. A todos los demás que no saben nada más que venir a los pueblos a tocar las narices y luego nos culpan a los ganaderos de prender fuego, metiéndonos a todos en mismu sacu, no nos hacéis falta, dejarnos vivir y cuidar de lo nuestro.

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