Plácido Rodríguez: “La vieja guardia de IU nos hizo una encerrona”

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“Se usó el mercado para desautorizar una forma de trabajar más horizontal y menos autoritaria”

Plácido Rodríguez

L. S. Naveros/ Grado

Plácido Rodríguez, uno de los hombres fuertes del equipo de gobierno, en el que fue portavoz y concejal de Cultura, Seguridad Ciudadana y Urbanismo, además de coordinador de IU en el concejo, renunció a su acta de concejal a raíz de la reordenación del mercado, tras cinco años en el equipo de gobierno.

-Presenta su dimisión asumiendo responsabilidades por “un error” en la reorganización del mercado. ¿Qué error?

-Creo que yo nunca dije que fuese un error. Se trataba de reordenar el mercado provisionalmente, ampliando las zonas de venta ambulante, separando más los puestos y sectorizando la agroalimentación por un lado y el textil por otro. Una modificación basada en informes técnicos. Entiendo que donde se habló de error fue en el seno de mi partido en conjunción con los comerciantes y hosteleros que firmaron en contra de esas medidas. Es muy duro que te acusen de acabar con el mercado y de jugar con su sustento.

-Se va tras una asamblea de IU que decidió negociar con los vendedores de textil. ¿Se sintió desautorizado por su partido?

-La asamblea tenía mucho mar de fondo. En mi opinión se utilizó el mercado para desautorizar algo de más calado: una forma de trabajo que habíamos puesto en marcha los concejales a quienes nos tocó asumir la mayor parte de la pandemia. Frente a la concepción vertical que se lleva ejerciendo en el partido durante décadas, optamos por una forma de trabajo horizontal, que entiendo más acorde a la actualidad política. Nos reuníamos al final del día para ir tomando decisiones complicadas en todo lo que representó la desescalada.. No fue necesario votar nada, se decidía con argumentos, informes técnicos y la participación activa de todos los concejales. La reestructuración del mercado fue una de esas decisiones, que además avaló el Consejo Político. La asamblea fue una encerrona capitaneada por la vieja guardia en la que nos quedamos acorralados, en particular la alcaldesa en funciones y yo. Para rebatir los informes técnicos de que disponíamos, argumentaron cosas como: “es que caben más puestos en la plaza” o que “a los informes técnicos hay que hacerles poco caso”. Por decir que una imagen masificada del mercado lo iba a dañar seriamente y que si a ello se le añadía un rebrote en Grau el perjuicio sería incalculable, me dijeron que si me creía Nostradamus. No se me olvida una frase: “a ver si pensáis que vais a cambiar ahora lo que otros no pudimos cambiar en 40 años”. Que tus compañeros de partido te acusen de imponer posturas, te increpen y te interrumpan es desagradable, pero que se alíen con unos pocos hosteleros interesados resulta demoledor; máxime cuando estoy convencido de que algún peso pesado dentro de IU fue cómplice de la recogida de firmas en nuestra contra. Esto lo digo porque la primera recogida de firmas, que se hizo a base de presión y embustes, fue la que se utilizó en la asamblea en nuestra contra. Sin embargo, existe otra recogida posterior que duplica el número de firmantes y que apoya la reorganización del mercado, que en la fecha de esta entrevista y después de dos semanas de que fue registrada, no se ha tenido en cuenta en el partido

-¿Por qué la reticencia a abrir una negociación con los vendedores?

-Hablamos en más de una ocasión con algunos representantes de los vendedores en un tono cordial por las dos partes, y les ofrecimos alternativas de ubicación en las calles de la villa. Pero dentro de este colectivo parece que existen diferentes grupos, y la respuesta que se nos hizo llegar, y que estoy seguro que no es el sentir de la mayoría, fue que querían seguir en su sitio, tal como si la vía pública fuese suya. Además, en un escrito que registraron en el Ayuntamiento,pidieron reunirse con el Alcalde, Don José Luis Trabanco, y no con la Teniente de Alcalde. Me parece una actitud reprobable que ni si quiera nombran a Elsa Suárez. Algunos de esos representantes llegaron a decirnos que si los ubicábamos a ellos en los sitios que ocupaban antes, al resto de vendedores, que son la mayoría, los podíamos instalar donde nos pareciera. Con todas estas premisas, me parece inaceptable que la agrupación local de mi partido secunde una negociación que se inicia desde una postura machista y de injusticia con respecto al resto de afectados.

-¿Se decidió abrir la puerta a la entrada de vendedores nuevos ante la resistencia de los habituales a trasladarse?

-El plazo de presentación de solicitudes de continuidad en el mercado y apertura de nuevos puestos fue para actualizar los datos y reubicar los puestos. Si no se hubiera paralizado el proceso e inventado una negociación, que creo sólo va a servir para dilatar el problema y seguir desgastando al equipo de gobierno, el mercado debería haber estado funcionando en su totalidad en la tercera semana del mes de julio. A día de hoy entiendo que la situación sigue igual o más enquistada.

-Al margen de la crisis sanitaria, ¿cree que el mercado necesita una reforma?

-Creo que son dos cosas diferentes. Conozco muchos mercados dentro y fuera de España, una gran parte de ellos dan esa sensación de aglomeración y caos controlado que les proporciona una identidad especial, y a mí particularmente me gustan. Lo que ocurre es que en este momento es algo totalmente inviable por el Covid-19, por lo que es necesario hacer esas modificaciones. Si esa reforma se consolida y hace que el mercado gane en seguridad y afluencia, entonces sí que sería un error retornarlo a su estado inicial.

-Tres dimisiones desde las últimas elecciones municipales. ¿Casualidad o hay algún problema interno?

-¿De verdad alguien piensa que tres dimisiones en un año son casualidad? El concejal de Obras dimitió por problemas de salud, sin embargo su marcha tiene puntos en común con mi dimisión, y yo, a tenor del último reconocimiento médico que me hicieron como bombero, en general gozo de buena salud. Si mi marcha sirve para que se deje de puentear la actividad de algunos concejales y dinamitar el trabajo en equipo, entiendo que será beneficiosa para el futuro del partido.

-Durante la crisis sanitaria lograron un pacto inédito con la oposición. ¿Cómo se tejió, en un concejo de fuertes pasiones políticas?

-Trabajo en equipo, humildad dentro de una mayoría absoluta, negociación con quien quiso negociar, ausencia de egos personales, responsabilidad institucional frente a un problema excepcional, mano izquierda, talante democrático… Fue un cóctel de ingredientes que propició un documento de análisis y de propuestas para afrontar la crisis en el ámbito municipal; hasta creo que hubiésemos sido capaces de consensuar unos presupuestos, al menos con el PSOE. Pero fue un cóctel que no gustó a algunos sectores, fuera de los grupos municipales del PSOE e IU. La decisión de la Asamblea local de IU tuvo mucho que ver con ese cóctel, ya que habíamos conseguido un acuerdo histórico en nuestro municipio de una manera participativa y horizontal, algo que entiendo rechina en el pasado y el presente de la agrupación, ya que, además, habíamos conseguido, prácticamente unanimidad de todos los grupos políticos para reubicar el mercado. Tengo muy claro que la Asamblea fue el detonante que hizo romper el consenso con la oposición en cuanto al mercado, y que más pronto que tarde también se romperá el pacto que alcanzamos sobre el coronavirus.

-¿Qué tal es un relación con el alcalde, José Luis Trabanco?

– A día de hoy me parece el mejor candidato que se puede presentar a unas elecciones en Grau, le deseo una pronta recuperación. Es una persona trabajadora que se esfuerza en atender a los vecinos y vecinas del municipio, además de hacer lo posible por cumplir el programa electoral. Por otro lado, la gestión del grupo municipal, el trato con algunos concejales y los métodos que utiliza para conseguir sus objetivos, ese es otro cantar. Me atrevo a decir que lo que ocurrió en la Asamblea de la discordia tuvo bastante que ver con esos métodos de los que hablo.

-Ser concejal en concejos pequeños pero muy movidos, como Grado, tiene mucho de voluntariado. ¿Cuántas horas le echaba? ¿Le salía a cuenta?
En una ocasión me planté y dije que no estaba dispuesto a echar más de 20 horas a la semana, tengo muy claro que incumplí ese propósito. Está claro que por 2.000 euros de dietas al año, económicamente no te sale a cuenta. Sólo te sale a cuenta si tienes vocación de servicio público y ves que esas horas se emplean para mejorar el entorno en el que vives.

-¿Qué ha sido lo peor de su experiencia política? ¿La repetiría?
-Lo peor es nadar contra corriente, sobre todo en aguas que se supone deberían discurrir a tu favor. Siempre dije que para continuar en política es muy importante echar escamas, precisamente para sortear el rozamiento y las arremetidas de los que se supone forman parte de un proyecto común. Desde hace un tiempo ese ofensiva es casi constante, creo que alguien entendió que estaba buscando peso y protagonismo de cara a un futuro, sin embargo, sólo me limité a trabajar y a decir lo que pienso, dos cuestiones que juntas suelen sacar ronchas. Como digo en cinco años de concejal me salieron muchas escamas, aunque no sé si las suficientes.
-¿Y lo mejor?
La satisfacción personal de hacer cosas que redundan en beneficio de la gente o que haya personas que te de las gracias por tu trabajo sin pedirte nada más a cambio, ese tipo de cosas son las que más compensan.

-¿Qué destaca como concejal de Cultura?
-Fomentar la participación ciudadana en la cultura. Conseguir que las asociaciones culturales se pongan de acuerdo para repartir las subvenciones que les corresponden. Duplicar el tiempo de apertura y atención al público de la biblioteca y el telecentro. Abrir un museo de la Guerra Civil que sirva para entender la realidad de una época aciaga de nuestra historia. Pelear por la llingua asturiana y abrir una oficina de normalización llinguística. Colaborar en asentar la cultura tradicional en Grau, como por ejemplo con un evento único en Asturias como son los Sones de la Navidad. Conseguir algunas exposiciones, me atrevo a decir que únicas en España. El ciclo “Me queda la Palabra”. Y creo que llegar a implicar un poco más a los trabajadores del Ayuntamiento en la promoción y desarrollo de la Cultura en Grau. Aprovecho para darles las gracias a todos y todas por su colaboración.
-¿Y en Urbanismo, qué deja pendiente?
-Con la crisis sanitaria, apenas tuve tiempo de profundizar en este tema. Entiendo que nuestro concejo necesita un plan de ordenación que sea capaz de preservar el patrimonio, los valores culturales y el medio ambiente, aunque aplicando una normativa más flexible, que permita aumentar la escala y autorizar actuaciones que ahora mismo están condicionadas por un marco muy genérico y restrictivo, sobre todo en el medio rural.
-La seguridad ciudadana fue otra de sus áreas de gobierno. ¿Hay un problema de inseguridad y de falta de efectivos?
-Creo que los problemas de seguridad son puntuales, aunque determinados acontecimientos tensionan un municipio en general tranquilo. La plantilla de la policía se mantiene en un ratio de un agente por mil habitantes, y está por encima de la media de otros municipios similares, lo que ocurre es que las bajas y las jubilaciones anticipadas merman mucho el número de efectivos. Necesitamos mecanismos más ágiles para cubrir vacantes y bajas, de manera que se agilicen las oposiciones y la contratación de interinos, lo que ocurre es que son cuestiones que dependen de otras administraciones y que plantean muchos impedimentos legales. Es una problemática común en muchos ayuntamientos.

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