Publicado el: 26 Sep 2020

Rober contra el cáncer: «Disfruté como un niño pequeño»

Roberto González, que afronta con admirable entereza una enfermedad muy dura, culminó el reto de ir en bici a Covadonga, pese a la lluvia, y logró recaudar para una ONG casi 4.000 euros

Roberto González, a la llegada a Covadonga

Redacción/Grado

En mayo del año pasado Roberto González recibió la peor de las noticias: tenía un cáncer gástrico muy agresivo. Este moscón mira a la vida de frente y no se agachó. Un año más tarde, con un durísimo tratamiento experimental y tras haber superado ocho meses de quimioterapia, ayer se montó sobre su bicicleta y pese a la lluvia y el viento cubrió los 110 kilómetros que separan Grado de Covadonga. «Fue un día maravilloso, disfruté como un niño pequeño», resume Rober, que cubrió este reto personal junto a su amigo y antiguo cliente de su tienda de bicis, Gelín el de Los Molinos, y junto a un reportero de TPA. Salieron a las diez y media de la mañana, pararon en Nava para hacer una entrevista, y en Arriondas para cambiarse de ropa «porque no nos cabía una gota de agua más» y en Cangas de Onís les recibió el alcalde. Llegaron a Covadonga con el sonido de las campanas que dan las cuatro de la tarde. Un reto físico pero sobre todo mental, que da idea de la fortaleza de carácter de Roberto. «La bici me motiva. Subo y hago 40 kilómetros, y al día siguiente me cuesta menos, y así voy afrontando los días». Del cáncer habla como hace todo: directo y con valentía. «Es algo que le puede pasar a cualquiera, un día ocurre y hay que mirarlo de frente. Yo estoy en un tratamiento experimental, ya muy testado, y que tiene muchos efectos secundarios, pero para qué te los voy a contar. Tuve que firmar un consentimiento de más de veinte páginas de efectos secundarios, ni los leí. Prefiero tener síntomas que no tener nada». La enfermedad le obligó a cerrar su tienda de bicis, porque perdió sensibilidad en las manos y le era imposible hacer reparaciones en el taller, pero mantiene intacta su fortaleza. Hace unos meses lanzó un reto por redes sociales: 10 euros el kilómetro para sumar apoyos, enviados directamente a una ONG que se dedica a la investigación, la Fundación SEOM. «Todo transparente, el dinero no ha pasado por mis manos, fue directamente a la cuenta de la fundación». La semana pasada ya llevaban más de 3,700 euros de recaudación. Toda una lección de solidaridad, fortaleza y valentía.

El moscón, junto a su bicicleta

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