Publicado el: 03 Oct 2020

Grado premia «la salud del planeta y de los moscones»

«La sociedad asturiana debe tomar nota de la residencia de Grado, en donde optaron por arremangarse para afrontar el COVID», dice la consejera de Derechos Sociales Melania Álvarez

Joaquín Araujo arremete contra el poder en la gestión de la pandemia: «Los políticos gobiernan a golpe de mentiras, caiga quien caiga; es más virus la mentira que el COVID»

El director de la residencia de Grado recuerda que la crisis no se ha superado aún y que en los centros de mayores «hay mucha soledad y sufrimiento»

Carlos Briansó y Joaquín Araujo

F. Romero / Grado

Grado celebró esta mañana la entrega de los Moscones de Oro en un ambiente extraño a causa de la pandemia del COVID. Es la primera vez en sus 28 años de existencia que este premio se celebra con restricciones y modificaciones de protocolo. Pero a pesar de todo, la Asociación de Amigos de Grado cumplió su objetivo y el personal, familias y residentes de la residencia de Grado (Moscón de Oro Local colectivo) y el naturalista Joaquín Araujo (Moscón de Oro Internacional) recogieron su galardón, y sus palabras en defensa de la salud y la naturaleza resonaron  entre las paredes barrocas de la Capilla de los Dolores. Por eso, como bien resumió el presidente de la entidad que promueve los premios, Claudio Menéndez de la Riera «premiamos la salud del planeta y la de los moscones».

La ceremonia comenzó al filo de las doce del mediodía, con la entrega de obsequios a los premiados por parte del Gobierno local en la sala polivalente de la Casa de Cultura. En esta ocasión, quien ejerció de maestra de ceremonias fue la concejala Marta Pravia, ya que el regidor moscón José Luis Trabanco lleva tiempo de baja por enfermedad y la alcaldesa en funciones Elsa Suárez estaba enfrentándose a un examen de asturiano en ese momento. Tras la entrega de libros y reproducciones en pizarra de la capilla de los Dolores la comitiva caminó hasta la capilla rodeada de gaiteros de la banda Conceyu Grau y de periodistas. Una vez en el edificio ejerció de maestro de ceremonia el cronista de Grado, Gustavo Adolfo Martínez.

La consejera de Derechos Sociales, Melania Álvarez, que estaba invitada para glosar a la residencia de Grado, tuvo también que abrir el acto para hablar en nombre  del Gobierno del Principado, ya que el vicepresidente Juan Cofiño, que había confirmado su presencia, declinó a última hora su asistencia al encontrarse enfermo. «Me conmueve glosar a la residencia de Grado. Las personas mayores merecen el mejor de los cuidados y son nuestra prioridad y nuestro ejemplo», señaló Álvarez. Recordó el daño que produjo el virus en la residencia moscona (fallecieron 23 residentes) y dijo que la sociedad asturiana «debe de tomar nota de Grado, en donde optaron por arremangarse para afrontar el virus siendo sabios y cabales. Hemos llorado por Grado pero estamos muy orgullosos de vosotros, aunque nos queda mucho por hacer a todos». Del otro premiado, el naturalista Joaquín Araujo, dijo la consejera que había bebido de las mejores fuentes del conocimiento humano. Melania defendió la naturaleza de Asturias como uno de sus principales patrimonios » tenemos 745 millones de árboles, es decir 745 árboles por cada asturiano». Habló de frenar el cambio climático, de la debilidad del ser humano frente a la Naturaleza, que se ha visto ahora con la pandemia y defendió la salud frente a la economía «porque no hay economía si no hay salud». Posteriormente el secretario de la Asociación Elías Fernández pasó a leer el acta de los jurados que otorgaron los Moscones de Oro 2020..

El presidente de la Asociación Amigos de Grado, Claudio Menéndez de la Riera, aplaudió la gestión sanitaria del Gobierno regional frente a la pandemia «chapó para la sanidad asturiana» y aprovechó la ocasión para recordar que este año Amigos de Grado cumple su treinta aniversario, por lo que hizo un recorrido destacando los hitos más importante de esta trayectoria. Menéndez destacó que en esta nueva edición tan especial se había querido premiar, «tanto la salud del planeta como la salud de las personas». Le ayudó el director de La Nueva España Gonzalo Peón, quien reconoció que había acudido al archivo documental del periódico para informarse de toda la actividad de la Asociación «y me encontré con muchísima actividad», pero valoró sobre todo en  esta entidad su concepto de la amistad, que considera como un valor superior. Recordó que esta Asociación había sido la que luchó en su día por conseguir la Autovía Oviedo-La Espina, hoy ya una realidad, destacando así la importancia que ha tenido para la historia de Grado y de Asturias.

Al Moscón de Oro Nacional e Internacional Joaquín Araujo le glosó su amigo y colega Víctor Vázquez, biólogo y que fue Director General de Recursos Naturales del Principado. Calificó a Arujo de «supermán polifacético», pero sobre todo destacó su honestidad y su espíritu acogedor y hospitalario.

Araujo tuvo un bello discurso, muy en su línea filosófica. «Somos agua y vida. Lo humano es parte del «humus», somos humus». Agradeció el premio aunque declaró que no había hecho esfuerzos por hacer todo lo que hizo en su vida porque «la mía es una forma de estar en el mundo». Defendió la salud del planeta y de la naturaleza como lo más  preciado y se lamentó de que los seres humanos «la hayamos carcomido, lo que nos impide estar sanos». Previamente, en el acto de recepción de la corporación que tuvo lugar en la Casa de Cultura se había mostrado «conmovido» por la naturaleza asturiana, mencionando entre otros rincones el de Somiedo, que puso como ejemplo y dijo que su lucha era «defender la belleza, la salud, la vida». Criticó que el PIB tenga como índice contable la enfermedad y no la salud y pidió a los asturianos que siguieran cuidando su paraíso y su libertad. «Los campesinos somos defensores de la continuidad de la vida, al igual que los médicos cuidan el cuerpo». Centró su discurso en dos conceptos: la salud y la verdad. «Nos caen encima mutilaciones agresivamente. Una verdad es que el bosque de Siberia se quema. Otra verdad es la de que vivimos la sexta gran extinción, otra verdad es que los plásticos invaden las playas, de esto no se habla pero la mitad de lo que circula por ahí es mentira. Más virus es la mentira que el virus. En el ámbito político y del poder se gobierna a golpe de mentiras, caiga quien caiga. La verdad más grande es respirar, comer y vivir, es lo más importante y hay que defenderlo».

Finalizó el acto el director de la residencia de Grado, Carlos Briansó, quien dijo que dentro de unos años «nos daremos cuenta de la importancia de esto, que los familiares, residentes y trabajadores del centro soportaron. En unos años podremos celebrarlo, hoy, sumidos aún en la pandemia, solo podemos hacer una reflexión porque no somos conscientes de lo que tenemos encima. Tenemos 50 residentes que salen a pasear con cuentagotas». Briansó expresó su «pudor» por el premio, porque los residentes «siguen confinados» y pueden ver poco a sus familiares. «Hay que recordar que hay muchos mayores que sufren la soledad. Pensad en ello». Sobre la difícil etapa que les tocó vivir con la primera oleada y el elevado número de fallecidos en su residencia explicó que se dijeron «vamos a probar a hacer esto o lo otro», y así fueron mejorando el protocolo de actuación y la lucha contra el virus, lo que sirvió luego de modelo para otras residencias de Asturias. «Fueron litros y litros de lejía, de comunicación con unos y otros, de unidad entre todos… Combatimos sabiendo que estábamos en medio de una catástrofe mundial, pero había que intentarlo», añadió.

El broche de oro tras el acto de entrega de premios fue la actuación de la Capilla Musical Palacio de Meres, bajo la dirección de Rebeca Velasco, que dirige además la Escuela de Música de Grado.

Melania Álvarez entrega el Moscón de Oro a Joaquín Araujo

Carlos Biransó junto a los representantes de familias, trabajadores y residentes y la concejala Marta Pravia, que entregó el galardón

Pasacalles con la banda Conceyu Grau

Premiados y miembros de la Asociación Amigos de Grado delante de la capilla

Carlos Briansó, Araujo y la consejera de Derechos Sociales

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