Publicado el: 17 Nov 2020

Vestigios de la Guerra Civil en Trubia

El entorno de la villa cañonera conserva interesantes restos, como el refugio antiaéreo de Llamas, las trincheras blindadas de Picayo o búnkeres en Villarín

Interior del refugio antiaéreo de Llamas/ Foto: Toño Huerta

Por Toño HUERTA

Asociación por el Patrimonio Histórico Industrial de Trubia

El episodio más dramático de nuestra historia reciente ha sido la Guerra Civil española, un acontecimiento que ha marcado nuestra sociedad hasta hoy en día. Sin embargo es necesario e imprescindible conocerla y poder hablar de ella sin tabúes para poder avanzar y enriquecer nuestro ciclo vital. Se han escrito miles de artículos y libros sobre este hecho pero también han quedado gran cantidad de vestigios en el territorio que forman parte de nuestro patrimonio cultural. En Asturias son cerca de 600 las construcciones militares levantadas durante la guerra, con una variada tipología que va desde nidos de ametralladora, los más frecuentes, hasta baterías de artillería, blocaos, trincheras, refugios o puestos de observación, por citar tan sólo alguno. Trubia no fue ajena a esa historia, todo lo contrario. En el desarrollo de la contienda, cuando las tropas sublevadas llegan a Grao el 15 de septiembre de 1936 fijaron su objetivo en la Fábrica de Armas, pero la fuerte resistencia republicana haría que cambiasen de planes y se dirigiesen a Oviedo a través de El Escamplero. Para proteger este importante foco industrial, con su estratégica fábrica, a lo largo de 1937 se construyeron varios elementos defensivos. En la zona de Ladreda, en Villarín, se conservan dos magníficos nidos de ametralladora con sus trincheras de comunicación; fabricados en hormigón, formaban parte de una línea que continuaba por Udrión, donde existe otro búnker y desde la zona de La Canal ascendía hasta Las Cruces, con tres nidos de ametralladora más, además de varios emplazamiento para artillería excavados sobre el terreno en la sierra del Sanatorio. Cruzando fuego con los de Villarín, en el monte Nalón, al lado del depósito de agua existe otro búnker, conocido como “la sartén” por su forma. Completa la línea una zona fortificada situada entre Picayo y Siones, compuesta por dos grandes búnkeres y una trinchera blindada de piedra y hormigón que, a su vez, cuenta con varios refugios. Priañes presenta también un interesante conjunto con numerosas construcciones artilleras. Aunque esas defensas nunca llegaron a ser utilizadas, Trubia sí fue ataca desde el aire a través de diversos bombardeos que causaron víctimas mortales y la destrucción de diversos edificios en Junigro, como la “gota de leche”, el antiguo cuartel de la Guardia Civil o varias viviendas. Con el fin de proteger a la población se construirían diversos refugios antiaéreos, la mayoría galerías excavadas en la roca, como los existentes en Soto de Arriba, Udrión, Pintoria, Vega o el barrio de Cataluña. Uno de ellos, en Llamas, conserva varias inscripciones, pudiéndose leer entre otras “Año 1937” o “Armando”. En Godos, donde existen tres, en uno de ellos está grabada la fecha de su construcción, el 15 de octubre de 1937, así como la palabra “Guipúzcoa”, en alusión al batallón vasco que lo hizo. Este batallón, destinado en Trubia, realizaría otro gran refugio en la plaza del General Reina, delante del antiguo economato de Junigro, que contaba hasta con luz eléctrica. Vale la pena pasear por estas zonas y redescubrir estos elementos, aún visibles en su mayoría y que merecen todo el respeto por ser parte de nuestra memoria más reciente y formar parte del patrimonio histórico-cultural asturiano.

Trubia desde uno de los búnkeres de Villarín/ Foto: Toño Huerta

 

Tramo de la trinchera blindada de Picayo/ Foto: Toño Huerta

Deje su comentario

La Voz del Trubia