Los clientes belmontinos, indignados por la reducción de horario, que les obliga a desplazarse hasta Grado y ocasiona colas

Redacción/Grado
Clientes del Banco Santander en Belmonte de Miranda están molestos por el nuevo horario del banco en el que solo abrirá un día a la semana, los martes de 08:30 a 14:30 horas. Muchos de ellos, además, no tuvieron conocimiento por su propio banco, si no por el comunicado que realizó el Ayuntamiento de Belmonte de Miranda, al que agradecen que ofrecieran información sobre cómo se pueden realizar las oportunas reclamaciones. «Desde la Asociación Vecinal La Voz del Pueblo, creemos que esto va en detrimento de la zona rural, si poco a poco vamos perdiendo servicios está claro que con el tiempo también iremos perdiendo población, lo que agrava el despoblamiento- En Belmonte muchos de sus residentes y clientes del banco son personas mayores que no saben utilizar el cajero para realizar diversas operaciones, que no pueden depender de un solo día para acudir al banco, además al abrir solo un día en ocasiones hay colas de espera de más de una hora», denuncia el presidente de la asociación, Julio Cabal, que destaca que ello obliga a desplazarse a Grado para cualquier gestión. El malestar ha aumentado esta semana, pies el día de apertura, martes, coincidió en festivo. «Los usuarios esperaban que abriera hoy la oficina, pero no ha sido así, se forma que este mes serán 15 días con el banco cerrado», señala el dirigente vecinal. Los usuarios también se quejan de que pese al recorte del servicio se les siguen cobrando las mismas comisiones. «Persigue un objetivo meramente economicista y de rentabilidad sin tener en cuenta las peculiaridades propias de la población afectada, dispersa y envejecida, con las dificultades añadidas para desplazarse y, en su inmensa mayoría, sin formación ni posibilidad de acceso al banco a través de banca online o cajeros automáticos”. Este proceder agrava la dinámica del despoblamiento del medio rural “porque si a la precarización de los servicios públicos se le suma la imposibilidad de acceder a los servicios financieros más básicos, cualquier posible medida contra la despoblación será inútil”. Desde la asociación vecinal se hace un llamamiento a las entidades para que apuesten por mantener los servicios de proximidad con la población y la actividad asentada en nuestros pueblos y mantener así un tejido social y económico imprescindible para su supervivencia.
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