La influencia que tienen las tecnologías en el día a día de las personas es innegable y las relaciones románticas no escapan a esta realidad. El uso de los dispositivos móviles con acceso a internet y el aumento del número de conexiones rápidas han posibilitado el acceso a distintas redes sociales y aplicaciones disponibles para el gran público.

Según los expertos en citas de este sitio web, el mundo de las citas ha cambiado muchísimo en los últimos veinte años y uno de los factores responsables de ello ha sido la aparición, generalización y evolución de los Interne. Hoy en día se puede acceder a páginas para conocer gente desde cualquier lugar y en cualquier momento, gracias a los Internet y dispositivos . Hay redes de todo tipo y las especializadas en contactos con mujeres, hombres o potenciales parejas se han convertido en una de las mejores alternativas para concertar microcitas y/o iniciar una relación afectiva. Esta manera de comunicarnos tecnológicamente en la que podemos expresar ideas, sentimientos e intereses a distancia juega un papel muy importante en cómo ligan, mantienen o ponen punto final a sus relaciones románticas las personas. Como todas las cosas, la influencia de la tecnología en nuestras relaciones sentimentales tiene su parte positiva y lado más negativo.

En las relaciones que empiezan

Para los más tímidos, la tecnología ofrece la oportunidad de poder expresar sus sentimientos de una manera más libre y desinhibida. Esto es especialmente útil para encontrar pareja y aumenta la posibilidad de contactar más personas con gustos y afinidades similares con las que se pueda compartir. En el lado negativo hay que admitir que su vida personal tiene el riesgo de no ser tan privada como les gustaría.

A la hora de conocerse, las tecnologías potencian la idealización del enamoramiento. A nadie se le escapa que en la mayoría de los casos los usuarios solo dejan ver sus aspectos más atractivos en los perfiles de internet.

En las relaciones consolidadas

En las relaciones románticas ya establecidas, la influencia del uso de la tecnología se vincula al mantenimiento de la relación. Por ejemplo los mensajes instantáneos están asociados a la rutina de la pareja, las responsabilidades y compromisos que tienen en común. La instantaneidad que nos brinda la tecnología para enviar mensajes románticos permite a las parejas estar en mayor sintonía y experimentar la satisfacción de unas relaciones más placenteras.

Claro que también pueden surgir conflictos. Por ejemplo, cuando el hecho de compartir o no una contraseña se pueden considerar como una manifestación de fidelidad, deshonestidad, transparencia o invasión de la privacidad por parte del otro. De hecho, una acusación habitual hacia internet y las relaciones de pareja es que con el uso de estas aplicaciones también es más fácil ser infiel, pues facilitan mucho el acceso a encuentros de sexo casual.

La tecnología también tiene algo que decir en el aspecto más consumista de las relaciones. Recibir como regalo un dispositivo de última generación o una suscripción a una plataforma que brinde algún servicio que nos interese puede considerarse como una excelente expresión de amor.

Sin embargo, sigue habiendo quienes afirman que el uso de la tecnología le resta tiempo de calidad a las parejas y en muchas situaciones les ocasiona problemas innecesarios que se podrían evitar. Así como ayuda a muchas personas a relacionarse, la tecnología también puede aislarlas aun estando de cuerpo presente. Es el caso del uso compulsivo del móvil o phubbing que lleva a ignorar a la pareja o la persona que se tiene al frente.

Al final de la relación

La tecnología no solo influye en cómo disfrutamos de las mieles del ciberromance. Cada vez más personas deciden utilizar la tecnología para poner fin a su relación en vez de hacerlo cara a cara. Más triste es el caso del hostigamiento sexual o ciberacoso en las redes sociales. Por no mencionar la cibervenganza romántica que ha adquirido su espacio a través de la publicación de información sensible o íntima de la expareja sin consentimiento del otro.

En todo caso, la influencia de la tecnología en las relaciones románticas depende del uso que se le dé y, generalmente, sus desventajas están asociadas a problemas preexistentes de las parejas y no al uso en sí de la tecnología.