Beatriz Álvarez/Quirós
No hubo lleno en el sencillo Santuario de Cortes (Quirós), pueblo que vio nacer a San Melchor hace dos siglos. Apenas un puñado de fieles y sacerdotes peregrinaron hasta esta aldea quirosana para la celebración de la misa solemne, programada para las 12,00 de la mañana y en la que tampoco hubo gaitas. La situación de pandemia y las medidas sanitarias han impuesto la prudencia en la celebración de este bicentenario que en situación de “normalidad” se haría de otra forma aunque siempre desde la sencillez que caracterizaba al joven misionero quirosano muerto en martirio en 1858 a la temprana edad de 37 años en lo que hoy se conoce como Vietnam.
Melchor García Sampedro de Quirós nacía un 28 de abril de 1821 en el seno de una familia humilde y cristiana de Cortes (Quirós) siendo bautizado al siguiente día en la parroquia de Cienfuegos. Melchor, primogénito de siete hermanos, presentó desde su tierna infancia una fuerte inclinación por la religión. Ejercía la bondad y la caridad y tenía un fuerte espíritu de sacrificio debido a las penurias que le tocó vivir. A la edad de 7 años se trasladó su familia a Arroxo dónde recibió la Primera Comunión al tiempo que comenzaba a destacar como un gran estudiante. Desde Quirós prosigue sus estudios en la Universidad de Oviedo y es allí donde madura su vocación religiosa y decide irse a misiones a Tonkín actual Vietnam. Desembarca en Manila en 1848 a la edad de 24 años y de allí se encamina a Tonkín conocedor de la situación de persecución que sufrían los cristianos pero guiado por su fuerte vocación evangelizadora, labor incansable que ejerció con admiración de los demás misioneros. En 1855 con apenas 34 años se convierte en Obispo titular de Tricomía y coadjutor de Tonkín central, recayendo en el la responsabilidad de dirigir una amplia comunidad cristiana, conocedor de la exposición y peligro que eso supone, igualmente acepta. En 1857 tras el martirio del obispo Díaz Sanjurjo, Fray Melchor queda al mando, en un momento el afirma que “el infierno entero se ha conjurado contra ellos” dada la situación de violencia que les acosa. Muchos cristianos son apresados y decapitados y Melchor, consciente de la posibilidad del martirio, muere, tras sufrir públicamente un tremendo suplicio, un 28 de julio de 1858 tras haber sido hecho preso 20 días antes.
Este dominico asturiano fue canonizado por S. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988, en Roma siendo testigo de la misma una numerosa delegación de quirosanos encabezada por el entonces alcalde Agustín Farpón, Miguel Coviella, sacerdote en Quirós que sigue ejerciendo su sacerdocio en la actualidad y Manolo Quirós, figura de la cultura quirosana prematuramente fallecido y que llenó la Plaza de San Pedro con las notas de su gaita. San Melchor se convirtió así en el primer santo asturiano, un quirosano de Cortes. Y es en la aldea de Cortes donde se pueden visitar dos enclaves vinculados a la figura del Santo: el santuario y la casa natal que puede visitarse como Museo y que realmente es un ejemplo de cómo era la vida en aquellos días: el llar, el escanu, las pequeñas habitaciones, testimonio de la pobreza material de aquellas gentes, pero de su grandeza humana. Respecto al santuario hay que decir que hasta el año 2000 estuvo abandonado, y es en este año cuando tras hacerse eco la prensa del estado ruinoso en que se encontraba, se acomete una reforma que le da el aspecto actual. La iglesia de interior austero se sitúa a la entrada del pueblo muy cerca de la casa natal del santo.
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