Publicado el: 12 May 2021

Arranca la declaración de San Pedro de Arroxo como Bien de Interés Cultural

La Consejería de Cultura ha publicado en el BOPA la memoria de la iglesia románica y delimitado el perímetro de protección, que incluye la vega hasta el río Trubia, y donde cualquier obra deberá ser autorizada por Patrimonio

San Pedro de Arroxo/ B. Álvarez

B. Álvarez/Quirós

La consejería de Cultura ha iniciado los trámites de la declaración de la iglesia románica de San Pedro de Arroxo, en Quirós, como Bien de Interés Cultural. La incoación del expediente ha sido publicada en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), con la memoria sobre el monumento, su descripción artística y la delimitación, una zona en la que cualquier obra debe ser previamente autorizada por Patrimonio para evitar afecciones al templo. Esta delimitación parte de la casona de Quirós, a la que estaba muy vinculada la iglesia «por patronazgo» en incluye la vega de Arroxo, al otro lado de la carretera, hasta el río Trubia.

Delimitación de la zona de protección del BIC de San Pedro de Arroxo

 

El expediente destaca el gran valor histórico y artístico del edificio, cuya construcción se remonta al siglo XI, aunque fue reedificado con posterioridad. «La iglesia de San Pedro se localiza en el pequeño núcleo rural de Arroxo, en el tramo medio del valle de Quirós, enmarcado por los poderosos relieves calcáreos de las sierras del Aramo, al E, y de la Sobia, al O. El templo ocupa el centro de un pequeño pueblo que, dispuesto a lo largo del antiguo camino real del puerto de Ventana, está formado por un caserío de características tradicionales con influjos urbanos decimonónicos y estética actual remozada. Ese eje de comunicación constituía uno de los principales enlaces del corazón de Asturias con la Meseta y remarca el privilegiado emplazamiento del templo, como reafirma la vecindad del castillo de Alba, solio del conde Gonzalo Peláez, principal magnate de la Asturias central en aquel momento. Su fundación se remonta al siglo XI, según ratifica una donación de Alfonso VI del año 1100, quedando bajo dependencia de la Mitra ovetense merced a varias disposiciones de Fernando I, pero de esa obra solo quedan cimientos soterrados. La fábrica actual corresponde a finales del siglo XII o, mejor en virtud de algunos temas decorativos, a la primera mitad del XIII. Durante el siglo XIV la Iglesia de Oviedo cede el templo en encomienda a la Casa de Quirós, una de las familias más poderosas de Asturias, que ejercerá el señorío y patronazgo con reflejo en la construcción de panteones en arcosolio en su interior y su símbolo heráldico en el exterior. Sin perjuicio de ello, la iglesia cumplió con sus funciones parroquiales, tanto en la liturgia y acogida de enterramientos, como en la celebración de los concejos abiertos vecinales en su cabildo. A finales del siglo XVI los vecinos compran su jurisdicción con el apoyo de los Quirós que, no obstante, mantienen su influencia señorial por ser castellanos de Alba y electores del curato sobre la iglesia. Diversos avatares de los siglos contemporáneos y la inestabilidad del subsuelo afectaron gravemente a su fábrica, lo que ha motivado actuaciones de alcance para garantizar su conservación», señala textualmente la memoria.

En cuanto a su valor artístico, el expediente BIC destaca la robustez y buena hechura de los sillares, y la decoración escultórica del templo. «Particular interés tiene el capítulo decorativo de la iglesia, que se concentra en grupos escultóricos en los canecillos soportantes de las cornisas, en torno a la portada, al arco de triunfo y a vanos menores». Esta decoración es muy variada, por ejemplo en los canecillos. «Muchos son lisos en quilla de nave o con decoración geométrica, pero entre los figurados se encuentran zoomorfos y humanos, destacando temas como la serpiente, el castillo almenado, rostros humanos y de diversos animales como un oso y un ovino».

El templo está cerrado al culto desde 2017, por el agravamiento de las grietas que afectan a parte de su estructura, y está pendiente de su consolidación, tras el encargo por parte de la consejería de Cultura de un estudio sobre la patología que sufre la construcción.

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