Publicado el: 16 Jun 2021

La necesidad de cultura

Por Javier F. GRANDA

Resulta absolutamente primordial llevar la cultura a todos los rincones, lo sabemos, pero no siempre se hace. La cultura nos diferencia y nos hace mejores, nos aporta claves para pensar y analizar lo que nos rodea. En Asturias, las Casas de Cultura vienen a canalizar todo aquello que a priori resulta necesario para que los ciudadanos, los habitantes de un municipio, satisfagan una necesidad tan primaria como alimentarse.

En ellas se localiza una biblioteca, se llevan a cabo actividades muy diversas, teatro, cine, talleres, etc. El ser humano necesita del conocimiento. Primero es la supervivencia, pero luego hay una necesidad imperiosa que es la de saciar nuestra curiosidad e incrementar nuestros conocimientos. Alimentar nuestro cerebro, que para eso encierra uno de los mayores tesoros del ser humano: la inteligencia.

El modelo más extendido hoy a nivel municipal es el de Casa de Cultura. Un lugar donde la cultura se manifiesta en sus diferentes soportes o propuestas. Ha de haber un lugar donde centralizar las actividades, pero sabemos que la cultura no tiene límites ni conoce fronteras. Hoy por hoy hay actividades que se escapan a la localización en lugares normalizados y es más interesante desarrollar un evento cultural fuera de los circuitos habituales. Por ejemplo, proponer la presentación de un libro en una estación de autobuses puede resultar más sugerente por la cantidad de personas que van y vienen y la curiosidad o el interés que puede suscitar entre aquellas que esperan. Caben muchas excepciones, no es lo mismo celebrar un acto en una ciudad que en una villa de dos mil habitantes. Obviemos lo que ha ocurrido y ocurre en tiempos de pandemia como los que vivimos. Necesitamos reinventarnos y buscar canales alternativos para dinamizar aquello que es cultura. No confundamos el espectáculo con el conocimiento, lo que es literatura, arte y fomento de mentes despiertas y críticas, con lo que es divertimento, esparcimiento, simple populismo o fomento del clientelismo político. Claro, todo es cultura, porque podemos analizarlo desde ese ángulo, pero no todo es cuantificable como significativo en lo que a cultura e interés se refiere. Las emulaciones que vemos todos los días aportan muy poco a la cultura. Por poner un ejemplo cercano: a Salas se le denomina “villa medieval”, o “villa de los castillos”. A Salas nadie le negará un origen medieval, como lo tienen la inmensa mayoría de las villas asturianas que se fundan a lo largo del siglo XIII, pero lo que hoy está a la vista tiene muy poco de medieval ya que la Colegiata y el Palacio Valdés son del siglo XVI, la torre que sí tiene un origen medieval, fue reconstruida por Menéndez Pidal en 1959, y el resto de edificios históricos de la villa se pueden fechar en siglos posteriores. Así que, aquello que es medieval en Salas no está a la vista, si exceptuamos la configuración del antiguo asentamiento y la centenaria iglesia de San Martín, muy transformada en los ss. XV y posteriores. Por tanto, hablar aquí de medieval es hablar de una fundación como asentamiento en torno al castello antiquo de Salas de Annonaia, cimientos que seguramente se encuentren bajo los muros de las actuales edificaciones, pero que nadie se engañe, lo que hoy está a la vista no es medieval. Por tanto, ¿qué sentido tiene denominar a Salas villa medieval? ¿Tiene sentido confundir a las gentes haciéndoles creer que lo que ven es medieval? ¿No sería mejor hablar de Historia Moderna y de historicismo, de Menéndez Pidal, que se encarga de reconstruir la torre y acondicionar la plaza de La Campa a finales de los años cincuenta del siglo XX? Para ser villa de los castillos, ¿cuántos castillos habría de tener? Más de uno, y solo hay una torre. Desconozco quién ha sido el ocurrente inventor que ha propuesto esto que se ha instalado tan ricamente en el acervo popular.

Pues bien, una Casa de Cultura serviría para proponer actividades que tengan un interés y nos hagan mejorar como individuos, que nos permitan conocer, aprender y corregir errores. Hay tanto por hacer… Salas sale de varias décadas en las que la dinamización cultural de su Casa de Cultura brilló por su ausencia, empezando por una biblioteca escasa y mal atendida. Una Casa de Cultura ha de servir para despertar la curiosidad y responder a las necesidades del público. Es algo dinámico en el que se ayuda a aprender, se atienden sugerencias, se crean clubes de lectura, se llevan a cabo encuentros con escritores, se ayuda a difundir el conocimiento, se plantea formación útil, y un largo etcétera de actividades, pero se ayuda a evolucionar y conocer lo que nos rodea.

Desde una Casa de Cultura son muchas las actividades que se pueden desarrollar para que sus usuarios crezcan personalmente pero también como individuos que forman parte de la sociedad. En ellas las personas se ponen en contacto, socializan y pueden desarrollar proyectos en común. La cultura puede contribuir a fijar población y a mejorar nuestros pueblos, que nadie lo dude. Por el contrario, no fomentar las mejoras sociales es destruirlas y hundir el futuro de todos.

Comentarios:
  1. El cultu dice:

    Tas guapu tú pa falar de cultura…

  2. ellibertador dice:

    Cultura, es decir, costumbres, mitos, creencias, normas y valores que guían y estandarizan su comportamiento como miembro de un grupo social.

    Tabas mejor cogiendo un libro pa leer…

  3. El Incultu dice:

    Y sobre todo la Cultura para por el respeto hacia las opiniones ajenas sin entrar en la descalificación, que es el lenguaje de los ignorantes.

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