El palacio moscón que sufrió dos guerras

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La Casa de Cienfuegos o de Fontela, en pleno centro de la villa, fue incendiada por las tropas napoleónicas y bombardeada en la guerra civil

Palacio de Fontela/ B. Canitrot

Beatriz Canitrot / Grado

En el centro de la villa de Grado se encuentra el Palacio de la Marquesa de Fontela o Casa de Cienfuegos. Es un conjunto formado por tres elementos: la casa residencial, el conjunto de casitas localizadas frente a la fachada principal de la vivienda y una capilla exenta, comunicada con la residencia mediante un patio que, en origen, era un jardincillo intermedio cerrado a la calle con un murete de mampostería y rejería. La fecha de partida de esta construcción podemos fijarla en el S. XVIII aunque la capilla es más moderna. Es un edificio de planta rectangular con tres pisos, separados por línea de imposta, y buhardilla superior. Presenta los muros enlucidos y pintados, mientras los esquinales y el cerco de los vanos, distribuidos estos últimos con una disposición regular, son de sillar.

En la fachada principal, flanqueando el balcón del primer piso, aparecen dos blasones: el primero, que ostenta las armas de Álvarez de Bandujo, tiene campo partido y presenta en el cantón diestro un árbol y un perro atado a su pie, y en el siniestro el sol orlado de rayos; el segundo escudo, perteneciente a la casa de Solares, está cuartelado en cruz, y pinta en el cantón superior diestro un castillo con unas lanzas a él arrimadas y en el inferior el ajedrez que interpretado como un jeroglífico cruzado dice: “soldados, a las armas”; en los cantones siniestros aparece en el superior un sol, y en el inferior un águila exployada.

Estos blasones fueron colocados a principios del siglo XX por su posesora, Doña Gloria Fontela Campomanes, pues habían sido destruidos por las tropas de Bonaparte en 1808. Fueron los poseedores de este palacio Doña Juana Cienfuegos y Argüelles; D. Juan Flórez de Valdés, Don Faustino Flórez Valdés que realizó obras en la casa para poder acomodarse en ella; D. Pedro Antonio Flórez de Valdés y Flórez de Valdés; D. Ramón Flórez Valdés y Cienfuegos que, en 1785, construye las casitas que aún existen frente a la casa principal, parece que murió en 1804 y su cuerpo fue enterrado en la iglesia de San Pedro de Grado; sigue a este en la posesión del palacio D. Ignacio Francisco Javier Andrés Pantaleón Flórez de Valdés y Arango que emprende importantes obras de adaptación y reconstrucción de la casa en los años 1792- 93, dándole el carácter que conservó hasta la última restauración.

En 1809 el inmueble fue incendiado por orden del Mariscal Ney. Seguidamente tomó posesión del mismo D. José Ignacio Ramón Flórez Valdés y Solares, que realizó también obras de consolidación en la casa; pasó a Doña Eusebia Flórez (Valdés) y Cañedo; y de esta a Doña María Manuela Campomanes y Flórez Valdés, que conservó uno de los pisos de la casa para los administradores, y los bajos y otra planta los arrendó a diversos inquilinos; esta murió en 1893 sucediéndose como posesora de la casa de Grado Doña María de la Gloria Fontela y Campomanes, que la reconstruyó al igual que su capilla, hacia 1907- 1909 bajo la dirección del prestigioso arquitecto De La Guardia.

En 1937 la casa fue bombardeada causando desperfectos en la techumbre y segunda planta, restaurados al año siguiente. Su última propietaria fue Doña María Manuela Teresa Ignacia Díaz Rubín y Fontela que realizó importantes mejoras hacia 1960- 65, rescindiendo el arrendamiento de la primera planta y convirtiendo los bajos en una confortable sala, adornándola con muebles de época, haciendo cuartos de baño y quitando un martillo que afeaba la fachada posterior. El palacio se restauró en la última década del S. XX siguiendo las pautas de los arquitectos Carlos Ignacio R. Marqués y Miguel Ángel García-Pola. Se modificó la estructura de varios de sus vanos y el pequeño jardincillo que lo bordeaba. Los tres elementos que conforman el conjunto son de propiedad municipal. La hilera de casitas situadas frente a la fachada fueron adquiridas por el Ayuntamiento en el presente año con idea de ampliar el espacio y trasladar parte de la colección etnográfica que, actualmente, está situada en las instalaciones de La Cardosa.

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