Publicado el: 18 Nov 2021

Encima del teito

Aún quedan familias de vaqueiros que renuevan la cubierta vegetal de los cabanos teverganos, un ritual ancestral que les une a su historia

Teitado en teverga

Trabajos de teotado de un ‘cabano’ en Teverga/ Juanjo Menéndez

Juanjo Menéndez/ Teverga

En Teverga se conservan teitos en las brañas de L.lamarasil, Revel.lón, El Tronco, Tuiza, Fonfría y El Val.le. Teito, deriva del latín tectum, y es palabra asturleonesa para nombrar las construcciones de techo vegetal. Los cabanos de teito suelen ser de planta rectangular o cuadrada, también los hay de planta circular aunque son bastante raros. Dentro de ellos convivían la familia y el ganado. El aislamiento térmico con estas cubiertas y los muros de piedra hacían que el verano fuese fresco, mientras se conservaba el calor en invierno aprovechando el calor de los animales que estaban en el piso inferior o cuadra. Entre los meses de septiembre a octubre y con el menguante de la luna, se cortan las escobas o cytisus scoparius, una planta con ramas delgadas, estriadas, de color verde y con pocas hojas. Los teitos sufrieron con los incendios. También a muchos vaqueiros les cambiaron la cubierta por la teja árabe ya que con ésta el mantenimiento es más fácil que la cubierta vegetal que requiere renovaciones anuales. Otros teitos fueron desapareciendo ya que sin el mantenimiento termina cayendo la techumbre. Cuando te encuentras con uno de ellos siempre hay que tener en cuenta el trabajo de las familias que lo mantuvieron hasta nuestro tiempo.

Hoy en día, en las brañas se reúnen varias generaciones de la misma familia para teitar, desde los más viejos hasta el más joven colaboran en el mantenimiento del mismo. Familias como la de Fito Trigo, Agustín García Arias y toda su familia en la braña del Rebel.lón, Leandro y sus hijos Sergio y Leandro, David el gallego y sus hijos Iván y Daniel, así como Héctor de Barrio, son algunos ejemplos que siguen con la tradición del teitado en Teverga. Población, con jóvenes que garantizan el futuro de las brañas en Teverga, conservando aún sus tradiciones milenarias que implican también el mantenimiento del paisaje, características que el antropólogo Adolfo García Martínez identifica como la esencia de la identidad rural, que son las tres “P”: paisaje producción y población.

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