La nueva ola de la pandemia, con los casos disparados durante el puente, ha llevado al Gobierno regional a intentar frenar los contagios en los lugares más conflictivos, la hostelería, donde se reúnen personas a comer y beber y se quitan la mascarilla. Tras
una semana con más de 300 casos diarios (ayer se detectaron 391 casos de coronavirus, y se registró el fallecimiento de tres hombres de 60, 68 y 91 años por esta causa. Hay 162 personas hospitalizadas, 27 de ellos en UCI)
esta medianoche entran en vigor las nuevas medidas, que obligan a todos los lugares públicos donde se come o se bebe, y a los gimnasios, a disponer de medidores de CO2 y a ventilar cuando los aparatos den la señal de alarma. El decreto deja una semana de moratoria para que los propietarios de los establecimientos puedan adquirir los equipos. El c
onsejero de Salud, Pablo Fernández, ha pedido a los ciudadanos que extremen las precauciones, y ha alertado contra la sensación de seguridad que dan los test de antígenos, que no garantizan que no haya habido contagio, y por tanto no deben llevar a bajar la guardia y deben mantenerse todas las medidas de seguridad (distancia, mascarilla, lavado frecuente de manos, etc). Estas restricciones han favorecido el aumento del número de terrazas y se han ampliado los espacios para las
mesas y sillas. En la comarca, el concejo con peores datos sigue siendo
Grado, que ya suma 38 casos. En
Belmonte se ha detectado un nuevo positivo, con lo que son ya cinco los casos registrados, y hay un nuevo caso en
Quirós y otro en Santo Adriano. Tambi´ren se ha detectado el primer positivo en Somiedo en esta nueva ola. El resto mantienen
las cifras del 6 de diciembre. Sólo permanece libre de esta oleada de la pandemia en la comarca el concejo de
Yernes y Tameza.