Categorías: 04 - Fila 1 Bloque 2

Una estirpe vaqueira en Cuba

El matrimonio somedano Agustín Feito y Liberata Taladrid viajaron a La Habana en 1891, en donde crearon un emporio desde la nada

Familia Feito Taladrid en La Habana. De izquierda a derecha: Sabina Feito Taladrid, junto a sus padres, Liberata y Agustín, que visten de negro. Y sus tres hermanos: José Fernando, sentado entre sus dos padres; Francisco, sentado al lado de su madre; Encarnación, en el extremo derecho

Por Ileana Celina Peláez

En una tarde de noviembre de 2018 nos reunimos en La Habana los salenses Ramón Riesgo Dorado y Marisén Menéndez Cañedo con el presidente del Círculo Salense de La Habana y una servidora, vicepresidenta de la centenaria sociedad asturiana. Invitamos a Virginia Caunedo García, una asociada que ofreció amablemente su testimonio sobre sus ancestros vaqueiros.

Virginia es hija de Julio Caunedo Feito, natural de Caunedo en el concejo de Somiedo, quien viajó a Cuba en noviembre de 1926 con dos años de edad junto a sus padres, Servando Caunedo Feito y Sabina Feito Taladrid. Nos detalla Virginia, mi abuela paterna: «Sabina emigró a Cuba en 1905, con 15 años, acompañada de sus padres, Agustín Feito Riesgo y Liberata Taladrid Riesgo. Agustín y Liberata en 1891 viajaron a La Habana y vivieron durante un año en suelo cubano, volvieron a Caunedo y regresaron definitivamente a Cuba en 1905, pero con sus cuatro hijos: Sabina, José Fernando, Francisco y Encarnación».

Precisa Virginia «mi abuelo paterno, Servando, llegó a Cuba en 1893, con 23 años, solo. Se hizo sastre primero y luego fue pequeño comerciante. Él conoció a mi abuela Sabina por ser naturales del mismo pueblo y contrajeron matrimonio en 1911, en la Iglesia del Santo Ángel Custodio, en La Habana». «En 1912 mis abuelos paternos, en matrimonio, viajaron a Caunedo. La abuela Sabina iba embarazada y allí nació su primer hijo, mi tío Servando, en 1912. Luego nacieron mis tíos: Agustín, Edelmira, Carmen, Mario Manuel, Elena y, por último, Julio, mi padre, quien nació en 1924».

Agustín Feito Riesgo viajó desde La Habana hasta Asturias a buscar a toda la familia de su hija mayor, Sabina. De regreso a La Habana Sabina viajó de nuevo embarazada, junto a sus siete hijos nacidos en Caunedo y su esposo, Servando. Al comienzo de 1927 nació en La Habana María Ángela, la menor de los ocho hijos de Sabina y Servando.

La familia Caunedo Feito en La Habana, 1933. Servando Caunedo Feito y Sabina Feito Taladrid con sus ocho hijos. De pie, de izquierda a derecha: Edelmira, Agustín, Elena, Julio, Mario Manuel, Servando y Carmen y la niña María Ángela

Nos cuenta Virginia «Agustín Feito Riesgo el abuelo como todos le llamaban, fue un hombre emprendedor, era carpintero, luego tuvo una empresa constructora que fabricaba inmuebles de los que fue el dueño. Tuvo una ferretería y otros negocios como la importación de equipos de ferretería, con varias exclusividades de venta en Cuba. Además de la construcción, se dedicó a la venta de materiales de la construcción, O sea, era toda una compañía. A mi abuelo Servando cuando regresó con Sabina y los hijos de España, lo incorporaron a los negocios familiares; más tarde él compró sus propios inmuebles. Cuando falleció mi abuelo en 1945, mi abuela Sabina se convirtió en propietaria de seis edificios de apartamentos. Virginia recuerda que su abuela Sabina decía que aunque vaqueira «mi familia estaba asentada, pero recibí la cultura de ellos. Mi abuela y sus padres, aunque creyentes nunca comulgaron ni fueron asiduos a la iglesia como institución, se sabe que la iglesia no veía con buenos ojos este espíritu libre de los vaqueiros y esto y otras cosas trajeron discriminación. Mi abuela y yo tuvimos una relación entrañable. Ella tuvo 23 nietos y luego de 1959 se quedó solo con cinco nietos en Cuba.

«Trabajo y libertad de pensamiento»

Virginia vivió con su abuela los últimos 10 años de su vida. «Nos veíamos a diario, si bien a veces era difícil coincidir con ella porque estaba de viaje ya que acudía todos los años a ver a los hijos y los nietos que marcharon de Cuba. La familia siempre fue para mi abuela su bien supremo y la quería unida. Ella logró, a pesar de las ideas diferentes y la distancia física, mantener un cordón de amor que nos ata y nos mantiene unidos en la actualidad. .Había que admirarla por su inteligencia y su manera de relacionarse con las personas. Tenía gustos sencillos, su única vanidad reconocida eran los juegos de aretes con el broche que colocaba en el escote. Siempre la vi con polvo facial y un color muy tenue para resaltar sus labios. El final de la vida trajo recuerdos a su memoria y repetía: ¡quien canta su mal espanta / quien llora siempre lo aumenta/ y yo por no aumentar/ el mío cantando y siempre contenta!».

Entierro de Agustín Feito Riesgo en la Necrópolis Cristóbal Colón, La Habana, enero de 1941. Otros asturianos acompañan la carroza

En general, la familia de Virginia tuvo tres ferreterías en La Habana: Hermanos Caunedo Feito, en el Vedado, Feito y Hermano, en 10 de Octubre y Feito y Cabezón, en Centro Habana. Esta última fue la primera en el tiempo, -existía a inicios de la década de 1930-, y fue la más importante. En la actualidad, se conserva el nombre de la ferretería en el recuerdo de los habaneros que la identifican con su nombre original, Feíto y Cabezón, inmueble que continuaba la actividad comercial en 2019 e incluía ferretería. En el imaginario popular se decía que los dueños eran gallegos con sentido del humor, uno feo y otro cabezón. Virginia remarca: Feíto era mi bisabuelo asturiano, el vaqueiro Agustín Feito Riesgo. Cabezón era de León, se nombraba Nicolás Cabezón García, contador, quien contrajo matrimonio con mi tía abuela Encarnación, la menor de las hijas de Agustín y Liberata. José Feito Taladrid, tras morir sus padres, pasó a ser propietario de la Ferretería Feíto y Cabezón y quedó oficialmente al frente de todos los negocios, los que impulsó mucho con su gestión. Desde que enfermó Agustín, José tenía el timón de los negocios de su padre. Virginia y su hermana Alina son las bisnietas del dueño original de la Ferretería Feíto y Cabezón, identificada actualmente por los habaneros que peinan canas, pero también por sus hijos. Actualmente, la familia conserva el panteón Agustín Feito y familia, en la necrópolis Cristóbal Colón, a nombre de Agustín Feito Riesgo, un asturiano que imprimió la cultura vaqueira de sus antepasados a sus cuatro hijos y éstos a sus nietos: el trabajo, garantía de vida; la libertad de pensamiento; las facilidades para negociar, heredadas de la trajinería y la arriería seguramente; la adaptación a los escenarios cambiantes de la vida; un elevado concepto de la unión familiar; el respeto por su gente y la solidaridad con sus coterráneos, como dijera José Feito Fernández, presidente del Consejo de Cultura Vaqueira. Virginia siente orgullo de tener orígenes vaqueiros, «una estirpe increíble».

Aparece en primer plano Virginia, luego Marisén, a continuación, Ileana Celina, después Ramón Riesgo y por último Nelson Fernández, el presidente del Círculo Salense de La Habana

Redacción
Publicado por
Redacción

Entradas recientes

El PP denuncia el abandono del Camino de Santiago

La diputada Sandra Camino y el concejal moscón José Ramón González visitaron la pasada semana…

hace % días

Incendio sin heridos en Teverga

El fuego se declaró de madrugada y calcinó una habitación, el desván y la cubierta…

hace % días

Grado desbrozará este verano 342 kilómetros de carreteras y caminos

El Ayuntamiento moscón limpiará también la maleza y abrirá fajas auxiliares contra incendios, con medios…

hace % días

Quema parte de una casa en Entrago, en Teverga

Bomberos de Proaza y La Morgal sofocaron de madrugada el incendio, que no ocasionó daños…

hace % días

El centro asturiano de Madrid homenajea a la exalcaldesa de Belmonte Rosa Rodríguez

La exalcaldesa de Belmonte, Rosa Rodríguez, fue homenajeada recientemente por amigos, vecinos y compañeros en…

hace % días

Buen camino (primitivo) a todos

Más de 80 kilómetros del Camino Primitivo de Santiago transcurren por nuestro territorio, entre Oviedo,…

hace % días